En la mafia.

Capítulo 2. Recuerdos

Principalmente la idea de mi hermano me gusto, destruir esa familia desde dentro iba a ser más fácil que lanzarles una bomba, así que no era mala idea. Pero el hecho de tener que engañar a esa chica era lo que me molestaba, eso no era mi estilo, jamás tenía que engañar a nadie para tener lo que quería, siempre lo obtenía. Ella era muy retraída, y podría creer que hasta era un poco ingenua, no era como sus hermanos mayores, lujuriosos y presuntuosos, ella era la oveja blanca de esa familia.

Cuando la conocí, ella tenía 13 años y yo 15, éramos unos niños que entendíamos muy poco de los negocios de la familia, ella no quiso involucrarse nunca con esas cosas y hasta ahora yo veía que ella era la más alejada de todo esto, exceptuando a su hermana menor Jasmine, que solo sabía sacarse los mocos.

Chloe y yo solo habíamos hablado una vez en la vida y fue hace muchos años, mucho después de que nuestras familias se encontrarán por primera vez en una de las reuniones del papa Larry, que era el hombre encargado de repartir los negocios, de encontrar compradores y distribuidores de los países extranjeros, era por decirlo, el jefe, hasta que un día extrañamente desapareció y mi hermano se quedó con su puesto, reemplazándolo.

FLASHBACK

El día estaba gris, las personas iban y venían por las puertas de la enorme mansión y yo solo veía como todo se movía a mi alrededor, tenía 15 años, pero era tímido, tenía lo que todos a mi edad podrían querer, pero no me importaba, yo solo me encerraba en mi celular, que en ese entonces no era uno muy bueno.

Escuchaba música con los auriculares mientras mi hermano hablaba con papa Larry, era un señor muy gordo y con mirada retorcida, me atemorizaba estar cerca de ese hombre, mi hermano decía que era comparado con el diablo por su maldad y yo le creía, hasta que vi a Björn hacer las cosas más horribles e inhumanas y yo supe que mi hermano era el mismo satan.

La fiesta se hacía cada vez más pequeña y las pocas personas que quedaban sospechaba que eran las más importantes, que eran las más cercanas a papa Larry, al final solo quedo mi familia junto con la familia Wilson. La primera vez que los conocimos pensamos que eran unas personas agradables, el señor Bill se veía como un padre norteamericano común y corriente, estaban todos vestidos de negro porque su esposa acababa de morir por culpa de una guerra que ganaron, pero perdieron a esa persona importante. Los hijos de Bill eran unos niños normales, el mayor era un poco más grande que yo, pero se veía que ya estaba metido en todo esto, después estaban dos niñas una era mayor que la otra, por último, llevaban una niña en brazos, como de 1 año y medio, por eso pensamos que eran una familia agradable, ningunas malas personas podrían tener un bebé.

Yo seguía en mi celular sin prestar mucha atención a lo que hablaban, el sonido de la música de mi juego online impedía que escuchara la conversación de los adultos, hasta que un estruendo llamó mi atención, la tensión estaba en el aire, todos miraban hacia un punto en especifico que me obligo a mirar también, el señor Bill había estampado una botella de vidrio en la pared justo al lado de mi hermano Björn. Después de eso, los hombres que le protegían sacaron sus armas en contra de Bill, y así mismo en el sentido contrario, los hombres de Bill amenazaban a mi hermano.

Los hijos de Bill, mis hermanos y yo fuimos obligados a entrar en una habitación, todos juntos, separados de los adultos que estaban afuera peleando y discutiendo sobre algo relacionado con unos terrenos.

Mi hermana Emma miraba por el rabillo de la puerta mientras yo me concentraba en la mancha de la pared que me hacia volar fuera del lugar, no quería estar ahí y no quería que nada le pasara a Björn. Y aunque que no se escuchaba gente gritando ni peleando, me atemorizaba más el silencio.

-¿Qué crees que están diciendo?- El chico de cabello castaño se acercó a Emma para tratar de mirar hacia afuera también como ella, Emma se removió y trato de alejarlo.

-¡Quítate! ¿no ves que estoy tratando de oír?- Volteo a verle con el ceño fruncido, era una niña bastante amargada y vanidosa, con apenas 16 años ya era toda una diva.

-Aléjate de mi hermana imbécil- Mi hermano Kenji se acercó al chico que de inmediato se puso a la defensiva.

-¡No le estoy haciendo nada!, solo es una estúpida gritona- Mi hermano Joel camino hacia él con ánimo de estamparle un puñetazo en la cara pero Kenji lo detuvo.

-Quieto Joel, bastante tenemos con los problemas que hay fuera, no queremos una guerra aquí dentro solo porque nuestra hermana es una loca- Dijo Kenji con una expresión seca, él era el más responsable y sensato de los dos, también el más inteligente.

-Si, dile a tu espejo que me deje tranquilo- Respondió el chico amenazante.

-Ya, puedes mirar- Dijo mi hermana dándole espacio al chico, quien de inmediato se acercó.

-Se han ido- Dijo volviendo a mirar a mi hermana entrecerrando brevemente sus ojos con furia, ella respondió con una carcajada.

-Lo siento, ahora tendrás que salir si es que quieres escuchar a los viejos- Se cruzó de brazos poniendo una sonrisa cínica, como siempre yo solo observaba la situación con la boca cerrada.

-Pues eso haré- El chico trato de abrir la puerta en un intento fallido ya que le habían puesto seguro desde fuera.

-¿Eres tonto o simplemente estás fingiendo?- Mi hermana le seguía hablando al chico.

-¿Y tu te metes en lo que no te importa o simplemente eres una regalada? - Otra niña habló tras de ella, tenía el cabello castaño igual al de su hermano, estaba toda maquillada como si quisiera aparentar más edad y vestía una falda corta pegada al cuerpo, también se asemejaba en la edad de mi hermana.




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