Estaba desorientado, bajo esa enorme luna, no encontraba el camino, o eso creía yo en ese momento, el sol se había puesto hace varias horas, tenía que ser honestos conmigo mismo, estaba perdido y no encontraba el camino, tenía que regresar eso lo tenía seguro en mi mente, pero aun así, tenía la esperanza de encontrar el sendero que me guiaría de regreso a casa seguro, y sin un rasguño, sabía que estaba solo, eso lo tenía en la cabeza, aun así quería llegar a ese lugar, aunque me estuviera esperando la misma soledad.
Estaba completamente en la oscuridad, mi cuerpo ya no se sentía con la energía para poder seguir, mis ojos queriendo cerrarse por completo por el cansancio que sentía, tenía que detener esos pasos que me atormentaban, había caminado toda la mañana, la tarde y me quedaba la mitad de la noche, ya no tenía esa sonrisa que me caracterizaba, mi cuerpo pedía que me detuviera, pero aun así no podía hacerlo, no podía creer que estaba perdido en aquel bosque que solo lo cubría los árboles y ocultaba la mitad de la luz de la luna, no se podía ver aquellas estrellas que tanto me gustaba observar. Había perdido una pequeña apuesta con uno de mis amigos, todos estaban satisfechos que hubiera perdido, cuando cada uno de ellos tenía una pequeña fobia, aun así era complicados mis amigos, pero aun así los quería a todos por igual, no importaba como se llevaban cada uno tenía pequeños problemas, pero aun así nunca me dejaban solo o eso creí hasta este momento, aunque no sentía esa soledad que aumentaba cada noche cuando estaba solo en aquella enorme casa, aunque la soledad siempre me caracterizaba, me decían “allá viene el solitario” aquella palabras siempre me hacían doler el pecho, pero aun así, tenía que salir de ese lugar, no quería seguir perdido, *había estado tanto tiempo metido en mis pensamientos que aun así no podía seguir perdiendo el tiempo en aquel bosque que me tenía prisionero tenía que escapar* no quería seguir dándole escusas a mis compañeros de porque me estaba tardando en salir de ese infierno de porque aún seguía con esa tonta oscuridad de la noche, se había puesto nublado ya no estaban las estrellas, era un fastidio seguir dándole lata a mi cabeza, pero era una estúpida apuesta.
Ya estaba cansado, tenía que detenerme eso era seguro, mis pies me dolían, de tanto caminar, tenía que buscar en donde podía sentarme y no estar en ese lugar donde nadie más me encontrara pero que más podía hacer si mis amigos ya no estarían en casa y que solo me estaría esperando las penumbras de la soledad, solo decía que los bebes lloraban, pero las lágrimas solo empezaron a salir de mis ojos sin algún consentimiento de mi parte, era un fastidio, pero ya no podía hacer nada, se sentó en la rama de su árbol ya que tenía miedo que alguien me estuviera observando en ese estado en el que me encontraba, pero aun así, nadie se daría cuenta de esas lágrimas cuando empezara a llover. Lo único que había llevado ese día en su mochila era comida para una sola noche tomo uno de sus bocadillos y camino tranquilamente mientras comía, y observaba la tranquila noche con algunas gotas que caían en su rostro mojándolo levemente, se maldecía mentalmente por no haber llevado una muda de ropa en su mochila y eso era un completo fastidio y aun mas mojarse su única ropa que llevaba puesta, no tenía opción tenía que seguir caminando Asia su casa, solo le faltaba menos de 1hs de caminata y ya estaría en su hogar, una cama calientita, y su único compañero que era fiel a él, su gato, se lo había regalado su hermano mayor, antes que se fuera a vivir solo, era su único y confiable compañero. Ya casi llegaba, solo unos cuantos pasos y estaría frente a su hogar y así fue había llegado a la puerta de esta, tomo sus llaves y el acomodo en la cerradura cuando la abrió, volvió su nostalgia, la soledad de su hogar, sus amigos solo dejaron una carta que decía:
Carta de uno de sus amigos:
“bro lo sentimos, tardaste demasiado en volver de aquel bosque, nos tuvimos que ir porque ya era muy tarde y te estuvimos esperando para saber cómo te fue en aquel lugar que tanto llamas hoja, nunca entenderemos de porque aquel cambio de felicidad cuando sabias que habías perdido la apuesta, sabemos que en ocasiones faltas a la escuela para caminar por ese lugar, pero tampoco queremos ponerte incómodo para que nos cuentes, también sabemos que nunca nos has presentado a tu familia, tenemos muchas preguntas por hacerte, pero no queremos que te sientas agobiado por eso, somos tus amigos y entendemos que te quieras guardar tus cosas pero también confía en nosotros, y una cosa más en un mes volveremos todos a la escuela espero que estés listo y nos volveremos a ver allá
Tus amigos
Tomo la carta entre sus manos, la miro por unos segundos y la rompió en 10 pedazos de lo molesto que estaba, miro a su gato, tomo entre sus brazos y camino hacia su habitación, no se molestó en prender la luz, solo se despojó de su ropa húmeda y sus zapatillas, distendió su cama aun con su gato en brazos y se acostó en esta, cerrando lentamente sus ojos para después en segundo quedarse profundamente dormido entre sus blancas sabanas que lo cubría desde sus pies hasta la mitad de su pecho, no pudo ver más allá de la oscuridad de sus sueños, no quería soñar, porque sabía que algo malo pasaría, pero estaba seguro que los sueños se iba volando y no los recordaría, era doloroso, pero se tenía que despertar para poder encontrarse con sus supuestos amigos, pero no se estaba preparando para lo que le estaba esperando a la vuelta de la esquena
#3420 en Thriller
#1763 en Misterio
#7535 en Fantasía
#2843 en Personajes sobrenaturales
lobo solitario, un mundo sin amor en el que carezemos, un lobo sin su manada
Editado: 04.01.2023