En lo alto del Duraznero

REFLEXIÓN: La rosa y sus espinas

Te amé, así con tus espinas.

Te amé el tiempo que me amaste,
en realidad... un poquito más.

Sabía que eras mi rosa,
que merecías tiempo y seguridad,
y peor aún... aceptaba tus espinas.

No pude sentirlo,
pero cada cortada y espina clavada
lastimaba mi ser.

Muchas veces pensé:
"No puedes amar una rosa sin aceptar que tiene espinas",

Hoy, niego esa afirmación, en parte.
La rosa puede tener espinas, es natural,
pero no debían ser utilizadas para lastimar a alguien
que trato con tanta fuerza de soportar al dolor.

Me hubiera gustado que, antes de que te fueras,
al menos te llevarás estás espinas contigo.
Pero... hasta de eso, debo hacerme responsable.

REFLEXIÓN: La rosa y sus espinas




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.