En lo alto del Duraznero

REFLEXIÓN: La persona que decido soltar

La persona que decido soltar tiene una creencia:
“Debo hacer todo para que me amen como soy”
Esa chica llena de miedos, de rechazos, de ansiedad y estrés. Temía tanto ver en lo que se convirtió el hombre que amaba.
Esa chica visionaria… que lo amaba tal y como era, pero que no podía aceptar que la inseguridad calará tanto en el ser de otros. Como si se tratará de una heroína, ella debía protegerlo de los malos… incluso de él mismo.
La persona que decido soltar tiene otra creencia:
“No me aman por quién soy, sino por lo que puedo hacer”
Y sí, esa chica pensó que no era interesante ser ella. Que el rol de novia cariñosa, amorosa y hasta tonta que perdonaba y se callaba… era lo que podía hacer para que la amarán.

Aunque ella era amorosa, antes de sacrificarse, tenía sus propios límites. Estos límites implicaban que él otro le diera seguridad, pero ella los rompió porque eso significaba ser exigente.
La persona que decido soltar tiene más creencias:
“No importa lo que yo quiero, porque quizás no es lo normal”
“Soy fuerte, yo puedo con todo, puedo cargar con otros y ponerlos antes que a mí”
“Esta bien, las personas se equivocan. Pero yo debo tratar de hacer siempre lo mejor porque sí no lo hago estoy haciéndolo mal y nadie va a perdonarme”
“¿Realmente importa lo que yo quiero?”
“¿Realmente soy exigente?”
“¿Realmente hice mal?”

Sí.
Hiciste mal. Pero,
tienes la oportunidad de hacerlo bien.

Ahora, puedes decidir elegirte.
Ahora, puedes ser tú con todo lo que eso implica.
Ahora, no debes desnudar tu alma si no lo deseas.
Ahora, puedes decidir si le das poder a otros.
Ahora, puedes elegir desde lo que tu eres y no del miedo.
Ahora, puedes tener todo de ti.
Ahora, elige que quieres con seguridad.
Ahora, brilla.

Querida persona que decido soltar:
Es muy complejo decir que te extrañaré, porque realmente no lo haré. Encuentro paz y tranquilidad en ya: no ser la que junta los pedazos, no ver como personas están a mi alrededor sin siquiera querer estarlos, no deberé sacrificar mi ser y mi esencia, no conviviré con la inseguridad de otros -ahora puedo decidir y no desde el miedo-, pero… recordaré de ti; tu capacidad tan resiliente en tantos años de vida y tu progreso, que aunque hayan sido pasos cortos, te llevaron a tantos lugares.
Hoy te suelto y te entiendo. Te prometo, que a donde quiera que vaya, será siempre un lugar mejor que el anterior.

Gracias, perdón y te amo.




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