En manos de la bestia

La heredera de la flor sagrada.

 

Los sueños donde veía pasar la vida de todos mis ancestros volvió a ocurrir, especialmente la de aquellos hombres que heredaron el poder de la flor sagrada, me encontraba en medio de un verde campo y la luna brillaba delante de mí, con toda su intensidad bañándome de su luz maravillosa, cuando abrí los ojos, estaba en medio de un campo repleto de flores púrpuras que se mecían con el viento, bailando para la señora luna.

—Dios mío…son demasiadas con esto podría salvar a mi clan de los seres de las sombras, no importa si el heredero tarda diez años más, podremos pelear con esto. —se dijo Linéa mientras arrancaba las flores de la tierra.

—¿Quién dijo que la flor debe ser usada para pelear? —preguntó una voz suabe que se abría camino entre la hierba, era como un susurro tenue pero entendible.

—¿Quién anda ahí? —Linéa se asustó y vio que una esfera plateada se movía entre las flores de acónito con libertad.

—Yo soy tu madre y tu eres mi hija ¿no me recuerdas?

—Mi madre se llamaba Mildred y ya no esta con nosotros, falleció cuando dio a Luz a mi hermana ¿Quién eres tú? —preguntó nuevamente Linéa sin quitarle los ojos de encima aquella curiosa esfera de luz.

—Mildred era tu madre humana, usé su vientre para gestarte, por que yo no poseo un cuerpo físico, aunque podría tomar la apariencia de uno para que no tengas miedo, lo haré solo por esta ocasión.

Aquella esfera tomó la forma de una mujer con cabellos plateados, sus ojos eran brillantes y grises, su piel era tan blanca que parecía porcelana, usaba un vestido de ceda y tenía en la frente tres puntos dibujados de color púrpura, era tan hermosa que Linéa no podía dejar de admirarla.

—Que hermosa eres…debes ser la madre Luna. —Linéa se arrodillo, pero la luna se acercó a ella y la puso de píe nuevamente.

—Escuché que querías llevarte estas flores para pelear contra los seres de las sombras ¿Por qué has decidido eso?

—Por que nos cazan como animales, nos persiguen como a sus opresas, devoran nuestra carne y beben nuestra sangre, ha sido así desde la antigüedad, por eso usted nos concedió esta flor, para defendernos de esas bestias. —externó Linéa apasionada.

—Para los lobos ustedes son unos ladrones y para los vampiros unos usurpadores, de estos tres clanes ¿Quién es el verdadero enemigo Linéa? ¿Por qué lo han mal interpretado todo?

—Pero… ellos son quienes cazan al heredero de la flor de acónito para sus propios beneficios. —exclamó Linéa confundida.

—Ahora mi hija es la heredera de la flor que nuestro amor germinó ¿Cómo reaccionaran los hombres y las bestias al ver que ha nacido como mujer? ¿será que la discordia y la guerra llegue a su fin? ¿van a encontrar al verdadero culpable de su disputa?

—¿Quién es el enemigo si no ellos? —le preguntó Linéa desconcertada.

La madre luna se acercó a ella y le besó la mejilla iluminado su cuerpo de una luz púrpura brillante.

—Tu poder ya ha despertado, haz que tus padres estén orgullosos de ti. —le dijo aquella hermosa mujer que después descendió al cielo a tomar su forma natural y de pronto, las flores de acónito que estaban ahí desaparecieron y solo quedaba Línea en el campo y ella despertó de golpe empapada en sudor.

—¡Madre luna! —gritó Linéa agitada, se sorprendió al ver a su padre, a su hermana y a los cinco líderes alrededor de la mirándola con gran devoción.

—¡Linéa despertaste! —exclamó Irina aliviada al ver que ya no tenía fiebre.

—Hija mía gracias a Dios estás bien, tardaste varios días en despertar. —le dijo Noren y al instante, los cinco líderes se inclinaron ante ella mostrando su respeto y reconociéndola como su futura líder del clan, Irina también se arrodilló ante ella y Línea se confundió aún más.

—¿Qué hacen?

—Tu eres la heredera de la flor de acónito, el cielo no nos ha abandonado, siempre estuviste entre nosotros, pero tu poder despertó cuando tuviste contacto por primera vez con un ser de las sombras y aquella noche fluyó aún más cuando estuviste en presencia de los lobos.

—Entonces no fue un sueño…fue real, mi sangre tiene el poder de asesinar a los seres de las sombras. —manifestó Linéa viendo que no tenía ninguna herida en el cuerpo.

—Tu poder nos llenará de esperanza, acabaremos con nuestros enemigos y salvaremos a nuestro clan de la extinción, hoy es un gran día y hay que celebrarlo, esta noche te reconoceremos oficialmente como la heredera de la flor sagrada y nuestra legitima líder del clan, tú serás quien extermine a esos demonios, extinguirás su existencia y jamás serán recordados.

Las palabras de su padre hicieron eco en el corazón de Linéa, eso era lo que debía hacer como poseedora de la flor de acónito, pero no podía olvidar aquel sueño y a esa mujer que le dijo cosas que la hicieron pensar si estaban haciendo lo correcto o no.

—Preparen todo para la celebración haremos un gran banquete, nuestro clan ha sido favorecido por el cielo y hay que festejarlo. —exclamó Noren y besó a sus hijas dejándolas en manos de sus cuidadoras y se llevó a los cinco líderes con él.

—Entonces siempre estuviste entre nosotros Línea, estoy tan aliviada de que nuestro heredero si haya nacido y más aun que es una mujer y mi hermana. —le dijo Irina mientras la abrazaba.

—He tenido sueños muy extraños, sobre la luna y otro padre…creo que son mensajes que no debería ignorar.

—¿Qué clase de mensajes? ¿Profecías? ¿premoniciones?

—No, quizás advertencias o nuevas direcciones, no crep que la guerra sea la respuesta.

—Pero debemos pelear para sobrevivir, siempre ha sido así.

—Lo sé, pero…quizá exista una manera para que todo esto termine y los tres clanes vivamos en paz.

—Esos monstruos son unos asesinos, no olvides que mataron a Sebastián…no me pidas que llegue a perdonarlos algún día, viviré para asesinarlos y vengar su muerte y la de todos los inocentes que han perecido en sus manos.




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