En manos de la bestia

En manos de la bestia

 

Linéa podía ver el hueso salido de su tobillo, el dolor era insoportable y la sangre que brotaba de su herida iba dejando un camino de sangre que llamaba la atención de las bestias, le dolía demasiado y no podía caminar, así que se arrastró como pudo y de pronto, escuchó un aullido que le heló la sangre.

La niebla no la dejaba ver lo que la rodeaba, no sabía si estaba escapando o si se estaba adentrando más al territorio enemigo, pero por alguna razón el cielo se hizo a un lado, despejándose para que la luz de la luna brillara con intensidad y cuando nuevamente aquel aullido se hizo presente, su corazón se llenó de miedo y se inmovilizó cuando detrás de ella logró escuchar las fuertes pisadas de su enemigo.

El instinto la hizo voltear atrás y lo que vio la dejó sin aliento, un enorme lobo de ojos plateados y pelaje negro como la noche se encontraba mostrándole los dientes, era tan grande que su espíritu abandonó su cuerpo, pues era imponente y aterrador.

—Dios mío…Linéa se desmayó por la impresión y el lobo gigante la tomó de la ropa y se la llevó.

Los vampiros estaban alertas, no encontraban a Linéa y sabían lo que les esperaba si Odegar no la tenía en la habitación antes del amanecer, cuando sus súbditos le explicaron la situación y le dijeron que ella había desaparecido enfureció.

—¿Cómo demonios desaprecio si estaba herida? ¡el castillo huele a perro! ¡malditos incompetentes! ¿Cómo es que nadie vio a ningún estúpido lobo en los alrededores? ¡largo de mi presencia! ¡no sirven para nada! Tengo que hacer las cosas yo mismo para que se hagan bien ¡tráiganme a las concubinas! Tendré que conformarme con una de ellas.

Odegar aventó todo lo que tenía a su alcance he hizo una rabieta que al final le sacó una sonrisa.

—Ahora no voy a poder descansar hasta no traerte de vuelta asesina jaja. —los ojos de Odegar brillaron con intensidad y sonrió de oreja a oreja mientras se relamía los labios, no estaba dispuesto a dejarle el premio a ninguno de los clanes enemigos.

Por otro lado, las valquirias y los líderes de las casas que componían el clan de la flor púrpura se encontraban en las afueras del territorio vampírico, habían sido increpados por el mismo grupo de lobos que los atacó la otra noche, la manada que estaba compuesta por Veltris, Garó, Adren, Wood, Miserad he Irving ambos grupos ya estaban heridos, pero al escuchar el aullido de su alfa, estos se fueron dejando a los cazadores desconcertados.

—¡Estos bastardos solo nos distrajeron! La líder no debe estar más en el castillo, es imposible que nosotros solos lo asaltemos, sería una misión suicida. —exclamó Irsa una de las nuevas valquirias mientras se agarraba el brazo, estaba sangrando.

—¡Si el clan de los colmillos de obsidiana la tienen, entonces estamos perdidos! —manifestó Remy, otra valquiria.

—Yo no voy a quedarme de brazos cruzados, tengo que ir por Linéa. —expresó Irina con un rostro sombrío y cuando estaba dispuesta a introducirse en el bosque Stephan la detuvo agarrándola del brazo.

—¿A dónde crees que vas? ¿tienes idea de quien es su alfa? Te harán pedazos si tan solo te atreves a poner un pie en su territorio. —le dijo su prometido jalándola hacia él.

—¿A caso piensan dejarla sola? ¡es nuestra líder maldita sea! —declaró Irina llena de frustración.

—¿Dejan que esta novata les hable de esa forma? Como se nota que no conoce el respeto, escucha bien niña, es tu deber como valquiria pensar con al cabeza y no con el corazón o el trasero, no arriesgaremos la vida sin un buen plan ¿entendiste? —le dijo Seira, la líder de las valquirias mientras la empujaba con fuerza para ubicarla.

—Ya fue suficiente Seira. —exclamó Serena la otra valquiria que las acompañaba, pero Seira no le hizo caso.

—No lo es, esta mujercita es prepotente y no conoce las jerarquías ¿quieres que yo te enseñe a respetar? —le preguntó mientras la acorralaba.

—Ya basta Seira. —dijo Herleif tratando de tranquilizarla.

—Quítate de mi camino. —expresó Irina mientras le miraba fijamente.

—Quítame tú, si te atreves.

—¡muévete! —Irina le dio un golpe a Seira en el rostro y ella se lo devolvió y comenzaron a pelearse y Stephan y Bladimir las separaron.

—No es momento de perder el tiempo con riñas innecesarias ¿Qué no ven la situación en la que estamos? —insistió Bladimir agotado.

—¡se han robado a la flor sagrada y ustedes están muy tranquilos! —les reclamó Irina mientras se limpiaba la sangre de la nariz.

—¿Quién esta tranquilo? Somos conscientes de lo que está sucediendo. —dijo Karsen quien también quería ir tras los lobos.

—El alfa no dejará que nos acerquemos a Linéa a no ser que hagamos una tregua con él, pero dudo que Noren esté de acuerdo, mientras Linea no este, él seguirá siendo nuestro líder, debemos presentarle un plan, no podemos llegar a la mansión con las manos vacías. —expresó Daven con seriedad

—Sin duda él es nuestro enemigo más fuerte y el más sanguinario y lo sabe, estamos en total desventaja ante él, incluso el clan de los ojos escarlata es consciente de esta realidad, incluso él esta por encima de ellos, por eso nadie se atrevió a ir tras él. —manifestó Herleif mientras se agarraba la cabeza.

—¿Y cual será el plan? —preguntó Karsen mirándolos a todos.

—Tendremos que infiltrarnos, debe haber un traidor entre nosotros, uno que este dispuesto a sacrificarse para unirse a la manada y traer de vuelta a Linéa. —dijo Stephan despreciando la idea.

—¿Qué? ¡eso es impensable! ¿Quién estaría dispuesto a sacrificarse de esa forma? —preguntó Irsa angustiada.

—Yo lo haré, yo me convertiré en el traidor. —exclamó Daven con firmeza.

—No, eso jamás… —Seira se acercó a él y lo sacudió de la ropa y añadió. —¿Estás demente? Si te conviertes en lobo no habrá marcha atrás, jamás volverás a ser humano otra vez y por lo tanto nunca podrás regresar al clan, serás expulsado para siempre…




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