En manos de la bestia

El traidor quiere convertirse en lobo.

 

El líder de la casa de Oberland estaba parado frente a la puerta principal del castillo del clan de los colmillos de obsidiana, ya no tenía puesto su traje de cazador, no llevaba el emblema de su clan ni de la casa a la que pertenecía, solo era reconocido por su cabellera blanca y su mirada fiera, cuando los lobos que cuidan la entrada lo reconocieron por su olor, avisaron rápidamente a Adbin y este le dio la noticia a su alfa.

—¿Qué es lo que quieres humano? ¿acaso has venido para que te despedacemos entre todos? — lo cuestionaron los guardias que saltaron a gruñirle como si estuvieran viendo a su próxima presa.

Se trataba de cuatro lobos que merodeaban en circulo alrededor suyo y se relamían el hocico mientras enseñaban sus afilados colmillos.

—Quiero hablar con su alfa, deseo unirme a la manada. —expresó Daven con gran seriedad.

—Jajajaja ¿Qué? ¿acaso estás ebrio muchacho?

—No digas tonterias, te conocemos bien, eres parte del clan de la flor púrpura, tu cabello es inconfundible.

—¿Piensas que te dejaremos seguir con tus fantasías?

—¿Qué llevas en esa bolsa? Huele a carne…

Daven se mantenía en su postura recta y seria, fue todo lo que dijo he ignoraba a sus acosadores, pues no era con ellos con quien quería hablar.

Para sorpresa de todos, las puertas se abrieron de par en par y cuando el aroma de Arnes penetró su nariz, los cuatro lobos agacharon la cabeza y le hicieron una reverencia a su señor.

En cuanto Daven lo vio, le clavó la mirada, estaba lleno de ira contra él, lo detestaba, el deseo de cortarle la garganta era muy tentador, pero sabía que debía mantener la compostura, se consolaba así mismo con la idea de asesinarlo en el futuro.

Arnes estaba acompañado de Adbin y dos lobos más que estaban detrás de él, todos miraron con desprecio a Daven y estaban a la espera de la reacción de su alfa.

Daven le hizo una reverencia y lo saludo como se saluda a un rey de su estatura, muy en contra de su voluntad, pero con un propósito claro.

—Larga vida al rey de las bestias, descendiente del dios cronos, padre de los lobos y amante de la luna llena, he venido ante usted con el atrevimiento de solicitar unirme a la manada.

Arnes dibujó una sonrisa irónica en su rostro y le ordenó que se pusiera de pie y ambos se miraron fijamente, la tensión era evidente, al igual que las sospechas.

—¿Qué hace aquí uno de los mejores guerreros de Noren? ¿A qué has venido realmente? —le preguntó Arnes con seriedad y añadió. —¿Viniste a rescatar a mi prisionera? —en cuanto Arnes dijo esto, Daven apretó los dientes y lo miró como si quisiera arrancarle la cabeza.

—Se equivoca, desde hace tiempo he pensado en unirme a su clan, se que usted puede transformarme en uno de ustedes, soy el único que no ha asesinado a ningún lobo, mi espada solo les ha arrebatado la vida a los miembros del clan de los ojos escarlata, si no fuera verdad lo que digo, no me atrevería a ponerme frente a usted.

—Dices que quieres unirte a mi clan, que mi mordida te transforme en un lobo y pases a ser parte de mi manada, aunque te has despojado de tu uniforme de cazador y te has mordido la lengua para postrarte ante mí, pero, aun no me convencen tus palabras ¿Qué prueba tienes de lo que estás diciendo humano? Quisiera creerte un poco más peli blanco, pero me huele a que estás mintiendo y yo no suelo dejar con vida a los mentirosos. —le dijo Arnes con un tono de amenaza.

—Quizá esto termine de convencerlo. —declaró Daven con el semblante apagado y de la bolsa que llevaba, sacó un brazo, el barco izquierdo de Noren.

Al ver que se trataba de la extremidad de su enemigo, Arnes se sorprendió, esta era la prueba que estaba esperando, Daven había sido capaz de traerle ese presente que simbolizaba su decisión de cambiarse de bando.

La verdad es que solo eso convencería a un rey tan cauteloso como Arnes, antes de irse, Noren le pidio a Daven que le cortara el brazo y se lo presentara al rey alfa para que no hubiese reproche alguno, Daven se opuso rotundamente, pero era la única manera de mezclarse entre ellos y liberar a Linéa.

Así que, con gran dolor, Daven le cortó el brazo y este era entregado como presente para el enemigo.

—Espero que esto reafirme mi voluntad sincera de pertenecer a su manada.

—¿Por qué tanta insistencia en eso? ¿me dirás que no tienes ningún interés en recuperar a la flor sagrada?

—Noren ya no es el líder que era antes, no pienso servir a un líder que esta por morir, el tiene problemas en el corazón y no tarda en fallecer, además, siempre me he sentido atraído por este clan, reconozco que encuentro un gran propósito en servir a líderes fuertes y capaces de conquistarlo todo, usted es el líder a quien quiero seguir, en nada me interesa recuperar a la mujer de la sangre sagrada, ya traje la prueba de eso, si aun no lo convencen mis palabras, puedo traerle la cabeza de Noren. —exclamó Daven rogando en su interior que eso no fuera necesario.

—Mis lobos han batallado contigo, dicen que eres dificil de matar, quizá terminen aprendiendo algo de ti, voy a convertirte en lobo, tendrás tu primera transformación el día de la asamblea que es en luna llena, a partir de ahí te transformaras a voluntad,  estarás aprueba, si logras demostrar que eres digno de confianza te dejaré con vida y disfrutaras de las comodidades que obtiene un buen guerrero, si no, conocerás el infierno al que someto a mis enemigos, te advierto que yo no perdono la traición.

Arnes se acercó a Daven y le arrancó la camisa de un solo jalón y después lo mordió, el dolor era peor de lo que Daven había imaginado, pero no gritó ni demostró estarse muriendo por dentro, las venas de su cuerpo le resaltaban y una fiebre intensa se apoderó de su cuerpo, el corazón le latía muy rápido y por un momento pensó que iba a morir, el sacrificio era muy grande.




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