En manos de la bestia

Un enemigo en la manada.

Un enemigo en el castillo

Linéa no entendía bien lo que estaba pasando, aquella mujer había levantado su mano abofeteando a Adbin varias veces descargando toda su furia y frustración, era la favorita del alfa, esas palabras nunca fueron tan pesadas para Linéa que, aunque juraba que no sentía nada, su estomago se revolvió formando un gran nudo.

 —¿Cómo que su favorita? —le preguntó a Adbin y luego cambio la pregunta rápidamente preguntándole si se encontraba bien, pues tenía las mejillas rojas.

—No tiene de que preocuparse, una vez que un lobo entra en maridaje con su luna, no existe mujer que lo haga cambiar de parecer.

—¿De parecer?

—Para mi amo, usted será siempre la única.

Esas palabras ruborizaron de gran manera a Linéa y sintió alivio al escucharlas.

—¿Por qué está aquí? ¿viene a buscar a mi amo? No tiene permitido verlo hasta el día de la asamblea, no sea tan desesperada, falta un día para eso, además está profundamente dormido. —le dijo Adbin con seriedad.

—¡No es eso! Ya te dije que no pienso caer en sus garras, no importa cuanto me cueste, me libaré de la maldición del enlace, ya lo veras. —exclamó Linéa sonrojada.

—Ay, no ha entendido nada. —exhaló Adbin frustrado.

—Vengo a pedirte un favor, quiero saber si el hombre al que recién convirtió tu alfa es en realidad un miembro de mi clan, su cabello es blanco y es bien parecido, es alto y fornido, usa dos espadas y… —Linéa fue interrumpida por Adbin pues ya venían dos lobos más para hablar con él de un asunto importante.

—No tengo tiempo de hablar de ese tema, si le ayuda en algo, ese hombre esta bien, sobrevivió a la transformación.

—¿De verdad? Es un alivio… gracias al cielo…

—Le aconsejo que no haga cosas buenas que parecen malas, no lo busque, entiendo que se trata de un amigo suyo, pero mi amo puede mal interpretar sus intenciones con coqueteo y eso terminará metiéndola en grabes problemas con él.

—¿Qué? ¿a aco piensa que lo ignore y no lo busque? ¿Qué clase de cosa cree que haré? Daven es parte de mi familia…

—Siga mi consejo y le irá bien.

—¡Señor Adbin! ¿podemos hablar con usted? —le preguntaron los lobos que buscaban su consejo.

—Por supuesto, acompáñenme. —Adbin le dio la espalda a Linéa y se fue dejándola sola.

Evidentemente no seguiría ese consejo y aprovechando que no estaban Rengo y Murlad se escabulló como pudo hacia la enfermería, pero no lo encontró, una vez que entró al lugar sus ojos se decepcionaron al ver que el lugar estaba vacío.

 —Me mintió…no sobrevivió, Daven murió ante el veneno de la mordida de esa bestia…pobre Daven, Dios mío… —Linéa se tapó la boca para ahogar sus sollozos y se fue al único lugar que conocía, aquel laberinto donde había esos jardines hermosos y solitarios donde fue a desahogar sus penas.

Cuando llegó a su destino, Linéa se echó a llorar pegada al muro donde había intentado escaparse, aquella gran muralla la dividía de su hogar y de su libertad y lloraba amargamente imaginándose a Daven sin vida.

—Viniste a rescatarme y terminaste muriendo por mi culpa, ojalá te hubiese aceptado cuando mi padre nos comprometió, me hubiese casado contigo y así no habríamos tenido que salir de la mansión, si hubiese aceptado engendrar hijos nadie sabría que yo soy la heredera de la flor de acónito, este poder solo le trajo desgracias a mi familia, es mi culpa que todo esto este pasando. —se decía Linéa entre lágrimas.

Pero Daven quien se encontraba resignado con la idea de que ya no era humano se había salido de la enfermería para tomar algo de sol y aire fresco, tenía la mente llena de ideas y el corazón repleto de sentimientos negativos en contra de Arnes y su pueblo.

Pero levantó la vista al escuchar la voz de Linéa y sus pupilas se dilataron cuando avanzaba y más se convencía de que era ella.

Hasta que la vio tendida en el suelo llorando.

—Linéa….

El corazón de Linéa latió con fuerza y volteó cuando la sombra de Daven la cubría por completo y al levantar el rostro y verlo frente a ella se sorprendió.

—¿Daven? Estás vivo… estas vivo….

Linéa se puso de píe como pudo y se abalanzó contra Daven aferrándose a él con fuerza y él la apretó a su cuerpo quedando prensados el uno del otro.

—Linéa me alegra que estes sana y salva, no sabes la alegría que me da verte con vida.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué en el castillo se rumora que Arnes te ha convertido en lobo? ¡dime que es mentira! Por favor…

El silencio de Daven le dio valor aquellos espantosos rumores y Linéa lloró en sus brazos desconsolada al saber que Daven ya no era parte de su clan.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te sacrificaste de esa manera? ¿Por qué?

—Era la única forma de llevarte de regreso con tu familia, lo lamento, tuve que cortarle el brazo a tu padre para que me dejara entrar a la manada, era la única manera.

—¿Él estuvo de acuerdo? —preguntó Linéa con olor.

—Si…

—Daven….ninguno de los dos podremos regresar al clan ahora, estamos perdidos.

—Yo no podré volver, pero tu si, voy a encontrar la manera de sacarte de aquí, en cuanto gane poder retaré al alfa en un duelo y tendré la autoridad de liberarte una vez que lo asesine, no podrán negarse si lo venzo en un duelo…

—No lo entiendes, me he enlazado de él…. —Exclamó Linéa con gran olor.

—¿Qué?

—Entré en maridaje con el alfa…me convertí en su luna, jamás podré dejar la manada…

—No…no es verdad, eso es imposible… —Daven la miró a los ojos devastado y la acercó a su pecho para consolarla, no se esperaba algo así.

—No puedo hacer nada al respecto, cuando lo tengo enfrente actúa de maneras impredecibles, no soy yo misma, no importa cuánto me resista, él siempre me hace caer.

 Linéa le enseñó su marca y Daven apretó los dientes con fuerza.




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