En manos de la bestia

Impulsos de amor.

 

No podía explicar como había llegado a esto, me encontraba perdida en el gris de sus ojos lobunos, era la primera vez que lo veía convertirse en un lobo y no tenía ganas de huir de él, Arnes y yo estábamos sumergidos en nuestras pupilas, estaba segura de que no había tiempo ni espacio, solo él y yo.

 Estábamos destilando un río de feromonas y me di cuenta que ambos habíamos provocado nuestra perdición, los dos estábamos en pleno celo, toda la adrenalina y la montaña rusa de emociones que experimentamos con mi familia, nos indujo a esto.

El bosque nos cubría con su oscuro y espeso follaje, yo lo deseaba más que al agua o al aire que respiraba, su perfume me resultaba exquisito y fragante, ante mis ojos su naturaleza salvaje desapareció y quedó mi hermosa pareja destinada, su cuerpo desnudo me parecía una obra de arte, adoraba todas sus cicatrices, las viejas y las recientes.

Impulsivamente extendí mi mano hacia su cabeza y le desaté el cabello, era todo un hombre y me temblaban las piernas de la emoción, sabía lo que esperaba, después acaricié su rostro y su barba que recién le salía le hizo cosquillas a mi palma, mis dedos se deslizaron de sus labios hasta su pecho y después me aventuré ha su abdomen brutal, era precioso…

Quería todo de él, estábamos en medio de su bosque, lejos de las amenazas y los ojos juiciosos, se que esta no era mi primera vez, pero él si era el primero, el único hombre que me hacia respirar de manera agitada y estaba dispuesta a todo, quería consentirlo, enseñarle las cosas peligrosas que había aprendido hacer solo para él, por que sí, ya era tarde para negar que estaba sintiendo todo esto por el mafioso que tenía delante de mí.

—Quiero hacerte el amor… —susurre sin tapujos.

El rostro de Arnes reflejó sorpresa, era la primera vez que alguien le hablaba de amor en la intimidad, no sabía como reaccionar al respecto, pero la mirada anhelante que me lanzó me flechó por completo, mi bruto alfa tenía sed de ser amado de manera genuina.

Me hinqué junto con él para hacer del pastizal nuestro lecho, me despojé de mis prendas que se volvían más pesadas y estorbosas que nunca y me lancé a sus brazos.

—Voy a besarte. —le dije con mi rostro ardiendo y lo besé de la cabeza hasta la punta de mis pies, me subí encima de aquel criminal, Irina tenía razón, él me había robado la libertad, pero también el corazón, él era el único que me hacía olvidarme de todo, de cualquier hombre o problema, una vez que mi lobo estaba frente a mí, nada más me era relevante, parecíamos dos adolescentes con las hormonas a flor de piel.

¿Esto era a lo que se refería Arnes cuando me dijo que una vez que el celo nos afectara no me soltaría? Soy yo quién no quiero despegarme de su lado, lo quiero solo para mí…

—Ya disfrutaste suficiente, yo también quiero jugar. —Arnes me sonrío de manera coqueta y me besó apasionadamente, sus manos me apretaban contra él con fuerza, estaba siendo cuidadoso, como si tratara de no romper a su muñeca de porcelana, los dos teníamos una fiebre irracional y jadeábamos entre el cansancio y la adrenalina de continuar con nuestro acto de apareamiento, el sol nos sorprendió con un cielo pintado de rosa y naranja, estaba triste de que esto fuera a terminar.

—Te vez hermosa, así como la naturaleza te trajo al mundo, quizá ahora si pienses que soy un salvaje, pero no tengo ganas de dejarte ir nunca más, si te vas volveré por ti, si huyes te buscaré y te encontraré, no importa si huyes a las montañas, a las profundidades del océano o al mismo infierno, mi olfato te reconocerá y te traeré de vuelta a mi lado. —me dijo mirándole de manera pasional.

—¿Y que tal si me voy al otro lado del mundo y me introduzco en una cueva remota y me sepulto en ella? —le pregunté deseando escuchar su respuesta.

—Iré tan pronto como te desaparezcas y te sacaré de ahi en brazos y te traeré a mi cama, te sentaré en mis piernas y te haré entender que eres mía, que si quieres torturarme lo hagas con objetos punzantes, acido o aceite hirviendo, te acusaría de ser el ser más cruel que conozco, no entendería el sadismo de ocultarte sabiendo que ahora eres la razón de mi existencia.

—¿Soy la razón de tu existencia? —le pregunté completamente embelesada, este hombre ya sabía cual era mi punto débil ahora me tenía comiendo en la palma de su mano.

—Totalmente, preciosa. —En ese momento lo besé, quería ser suya una y otra y otra vez, me acababa de volver adicta a mi enemigo.

—Haber dime más cosas como esas jeje, tal vez piense seriamente en quedarme contigo de manera voluntaria.

—¿Enserio? digo…aun si no quieres te obligaré. —expresó el alfa ruborizad y una sonrisa de ternura se dibujó en mi rostro.

—La verdad es que me gustas, así que no es un sacrificio como tal. —cuando me di cuenta de lo que dije cerré la boca de golpe, pero en el momento que vi sus ojos brillantes supe que él era feliz cuando le decía cosas como esas, parecía que su lenguaje de amor eran las palabras de afirmación.

—¿Te gustó más que él? —me preguntó con esa mirada anhelante, estaba listo para escuchar cualquier respuesta, incluso si no le gustaba la verdad.

Estaba muy avergonzada por la forma tan sexy en al que me veía, así que le tapé los ojos y lo besé.

—Cuando estoy contigo solo me importas tú, nadie es tan importante como para hacer que me distraiga de tu presencia, eres todo lo que quiero ver sentir y tocar, deja de preguntar cosas así, acabo de dejar a mi familia de manera voluntaria solo por ti, eres mi debilidad, mi tentación y mi recompensa…no se como explicarlo, nunca me he sentido así con nadie más.

Arnes sonrió y se quedó callado, para después abrirme de manera abrupta su corazón.

—Siempre me dolerá no haber sido tu primer amor, pero me place saber que soy el hombre al que más fuerte has deseado, si te descuidas vas a terminar enamorada de mí, entonces sí, te olvidarás de tu ex prometido y de cualquier amor infantil, yo quiero ser el único, quiero tu fidelidad, tu devoción, tu obsesión, tu lugar seguro y tu hogar ¿entiendes eso?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.