En manos de un psicópata

Capítulo 17

—¡Muy bueno! ¡Me encanta ese diseño de zapatos! Con ese taco será bastante impresionante —Mia contemplando el monitor del computador de Susana.

Aquella la contempló sorprendida, no se había dado cuenta que estaba mirando su trabajo.

—Es solo un prototipo aun, creo que falta aún pulir la idea —exclamó fijando sus ojos en el zapato con tacón.

Mia se quedó a su lado sin moverse, y Susana incomoda suspiró, no quisiera preguntarle, pero se da cuenta que no tiene otra opción.

—¿Qué pasa? —le preguntó con poco ánimo.

Mia se aferró a sus hombros alzando la mirada suplicante.

—Tengo una salida con un chico apuesto, pero quiere llevar a su amigo y nos falta una chica linda y divertida ¿Puedes venir con nosotros?

No respondió de inmediato, la miró de reojo antes de tensar el ceño ¿Bonita y divertida? Sí, claro, esa descripción podría ser el de ella hace meses atrás cuando aún no se había involucrado con Antonio Vélez ahora Antonio Fave.

Ahora ya no es la misma persona, solo sabe sonreír con amargura, y prefiere estar encerrada los fines de semana en vez de salir a divertirse. La anterior hubiera aceptado siempre y cuando primero le mostrara la foto de aquel hombre. Pero ahora no tiene interés alguno de involucrarse con alguien, si quiera una noche.

—No puedo —respondió sin mirarla.

—Pero si ni siquiera te he dicho que día será —suplicó Mia decepcionada—, vamos no seas así, solo vamos a comer y a bailar. Nada más, te lo prometo como ex niña exploradora.

Hizo un juramente que Susana no le prestó atención. Aquella suspiró ante la insistencia.

—Lo siento, no me he sentido bien, prefiero quedarme en casa —respondió ante la expresión desolada de su compañera de trabajo.

—Hubiera hecho una bonita pareja, a él le gustas —murmuro como una niña mimada y herida antes de alejarse arrastrando los pies.

Susana se masajeó las sienes apenas la vio desaparecer, luego dejó escapar un bufido “A él le gustas” ¿Cómo podría ser eso si ni siquiera lo conoce? Lo que se inventa Mia para convencerla debería ser algo más coherente.

Además, en su estado de embarazo no debería siquiera acercarse al alcohol. Día tras día parece todo haber vuelto a la calma. Ya no ha recibido más paquetes sospechosos ni nada que altere su aparente tranquilidad.

Solo las náuseas y el hambre nocturna le recuerdan la criatura que carga en su vientre. Ya tiene planificado todo, apenas de a luz le entregará el niño a la asistente social, luego seguirá trabajando unos meses y enviará solicitudes de trabajo a otra ciudad, en cuanto tenga una buena entrevista se irá del lugar y comenzara en otro lugar. Se olvidará de todo… incluso del niño que nazca.

A la hora del almuerzo prefirió quedarse en la oficina y salir a comprar solo una ensalada, no quiere arriesgarse a mostrar sus nauseas al ir con sus compañeros a almorzar juntos. Frustrada solo contempla el monitor apagado de su equipo.

¡Qué absurdo! Pensar que todo esto es por culpa de un tipo, que al final, solo se acercó a su familia, obedeció como un perro entrenado, e incluso hasta se casó con ella; esperando el momento preciso de lanzarse a la yugular de los Fave y lograr su venganza. Al fin y al cabo, todos, incluyendo su abuela, no fueron más que personas crueles que abandonaron al verdadero heredero por estar enfermo.

Ahora comienza a entender la insistencia de ellos ese día en el orfanato de querer llevarse a un niño de similares características e inteligencia, pero debieron conformarse con una niña que era la única con similares logros académicos.

Pensar que siempre fue el número uno de la escuela, pero su desencanto con su familia adoptiva la llevó al camino de la rebeldía y a comportarse lejos de lo que esperaban, y en cambio el verdadero heredero trabajó tanto para lograr la confianza de la monarca de la matriarca de la familia llegando al puesto de CEO.

Simplemente ese fue un lugar que nunca le perteneció. Nunca fue amada por su padre que solo la miraba con un rencor, que en ese entonces no entendía; ni por su madre que solo lloraba y la rechazaba. E incluso por su abuela que vivía decepcionada de como la niña que había elegido solo era una mujer promiscua que prefería meterse con cuantos hombres se le cruzaran en el camino.

En realidad, nunca fue su familia.

Entrecerró los ojos y no pudo evitar pensar en el ser que carga en su vientre.

—Al final tú eres lo único que tengo —susurró.

¿Sería egoísta querer cambiar de opinión y quedarse con el niño? ¿De criarlo y vivir cada etapa juntos? Por primera vez tendrá a alguien que en realidad si es parte suya, su única familia. Pero…

No está segura de darle la vida que él necesita. Ni siquiera si será una buena madre cuando no tiene un concepto de serlo. Nunca conoció a la suya, nunca en el orfanato siento un apego especial a alguna de las cuidadoras, ni menos con la madre adoptiva que no quería tenerla cerca.

—Bien, todos reúnanse acá —la jefa llamó la atención de todos luego de que finalizara la hora del almuerzo—, Quiero presentarles a un nuevo compañero de trabajo que a partir de hoy comienza a trabajar con nosotros, él es Bastián López.

Ante todos apareció un tipo alto, de cabellera castaña, ojos marrones y una sonrisa amigable y simpática. Susana lo contempló un par de segundos antes de volver a lo suyo.

—Susana ¿Puedes mostrarle el lugar y darle las pautas de lo básico? También diseñará a partir de hoy zapatos de mujer, quiero que le enseñes como se maneja las aplicaciones y todo eso. Muchas gracias —dijo la jefa sin esperar su respuesta.

La mueca de Susana no pasó desapercibida. Pero Mia de inmediato se acercó impaciente para susurrarle al oído.

—Es el amigo del chico apuesto con el que salí hace unas semanas, es el que decía que quería conocerte. Que loca las vueltas del destino —señaló sonriendo en forma confidencial.




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