Extra: Un paso falso - Parte 2

—Lo agradezco, pero tú no me gustas—fue la respuesta de la muchacha ante la declaración de Felipe.

Se quedó impávido, luego de años de crear una imagen popular, de convertirse en el llamativo, importante y apuesto compañero de toda la clase, la chica más bonita de la escuela acaba de rechazarlo frente a todos.

Se sintió tan seguro de ser aceptado que le propuso salir juntos en medio del patio frente a todos. Y por ello no reaccionó mientras la chica se alejaba de su lado. Alejandro tampoco supo que hacer, si debía acercarse y consolarlo.

Y más cuando intentó acercarse y aquella muchacha detuvo sus pasos solo para mirarlo y sonreírle ante de sonrojarse y alejarse. Eso fue evidente para todos, menos para Alejandro, pero sí fue evidente para Felipe.

Apretó los dientes, presa del rencor, apretando las uñas contra el pavimento. La chica más linda de la escuela está interesada en el gordo Alejandro Fave ¡¿Cómo mierda puede interesarle alguien como él?!

Él es el chico alegre de la clase, el expresidente, cuya presencia ilumina cualquier lugar. En cambio, Alejandro, ¿qué tiene más que una familia poderosa a su espalda?

Y es que Felipe no logra entenderlo, no logra ver que el rostro de Alejandro es apuesto, independiente de su peso. Sus ojos color miel son atractivos, su aire de indiferencia y su actitud para caminar, son atrayentes. Y otro punto, es que él además ha ayudado a esa chica con sus tareas como parte de un programa de tutorías de la escuela. Eso ha provocado que para ella no haya nadie más que Alejandro Fave.

—¿Estás bien? —le preguntó Alejandro intentando ayudarlo a pararse.

—¡Déjame solo! —le gritó de mala forma y se alejó ante la mirada curiosa de todos que de inmediato comenzaron a murmurar.

Alejandro se sintió extraño, miró la mano que Felipe acababa de rechazar antes de irse, y se dio cuenta de que no conocía esta personalidad de su amigo. Pero intentó entenderlo, fue rechazado por la chica que le gustaba.

Felipe dejó de ir a la escuela, y las cosas comenzaron a empeorar.

Fue como revivir una pesadilla, volver a la sala y encontrar su mesa y silla llenas de la palabra como "Oing", "Se nace cerdo y se muere cerdo", y otras cosas del estilo.

Alejandro no supo como reaccionar frente a algo que consideraba del pasado.

—Ustedes saben quién fue, díganme su nombre —preguntó arrugando el ceño.

La mayoría bajó la mirada, es evidente que tienen miedo de decir quién fue, pero bastó ver como sus miradas se dirigieron al fondo de la sala donde un chico pelirrojo sonrió con burla.

—¿Y qué si fui yo? ¿Vas a hacerme algo? ¿Quieres vengarte, niño bonito?

Sintió su corazón agitarse al ver que se tenía que enfrentar al matón de la clase, tragó saliva y sintió su cuerpo temblar, no olvida que su padre le dijo que debe enfrentarse a ellos, aunque le den una paliza debe hacerlo. Pero él no es como Antonio Fave, no es igual. Alejandro tembló, tragó saliva y cuando estaba a punto de decir algo, Felipe apareció en escena.

—No te metas con él —habló con seriedad y el pelirrojo bufó con mala actitud.

No hubo más palabras, aquel volvió a su asiento maldiciendo por lo bajo, mientras que Felipe pasaba su brazo detrás de la espalda de Alejandro, rodeándolo por el cuello.

—¿Todo bien, amigo? —le dijo en tono protector, notando la expresión preocupada de Alejandro. Es como si su amigo hubiera vuelto a ser el de antes—. ¿Puedo ir a tu casa?

Le preguntó una vez que estuvieron en el pasillo. La verdad es que es la primera vez que un amigo quiere ir a su casa. Susana, su madre, no tuvo ningún problema, al contrario, se mostró muy feliz de que su hijo al fin traería un amigo a casa.

Al llegar ese día, fue bien recibido. Felipe, al entrar, no pudo evitar ver con envidia las enormes dimensiones del hogar de Alejandro, además de la cantidad de sirvientes, y una madre tan dulce y amigable. Pensaba que la casa de los Fave, era un infierno, pero contrario a los rumores, parece ser todo lo contrario.

—Esta es Petunia —dijo Alejandro mostrando orgulloso a una cerda enana de color rosa y moteados de marrón. Aquella como si lo saludará soltó un "oing".

En el jardín extenso y bien cuidado les sirvieron ricos tentempiés para que pudieran disfrutar.

—¿Algún día podré conocer también tu hogar? —le preguntó Alejandro con timidez.

Felipe solo alzó las cejas antes de soltar una falsa sonrisa que su amigo no notó.

—Sí, claro —respondió, "la mía no se compara con la suya..."—. Tengo una bonita hermana menor, es algo caprichosa, pero te caerá bien...

"Porque es igual de tonta y confiada como tú"

Alejandro no pudo darse cuenta la mirada de maldad que Felipe dirigió hacia su cerda, y como su mente planificaba una venganza cruel con quien se atrevió no solo a tener una vida mejor que la suya, que incluso con su fea apariencia logró quitarle el cariño de la chica más bonita de la escuela.

Al otro día, en el pasillo, Alejandro fue detenido por el pelirrojo y otros alumnos mayores que lo arrastran a la azotea. Ahí lo golpean y se burlaron de él, Alejandro intentó defenderse, pero el número mayor de contrincantes y además su falta de experiencia, no le ayudaron en nada.

Fue golpeado, maldecido, burlado, hasta el cansancio. Agotado, se quedó en el piso, resignándose a resistir esta golpiza.

—Vaya, así que el gordo seboso de Alejandro Fave, al fin se da cuenta de cuál es su lugar...

Alejandro abrió los ojos al escuchar una voz conocida, ve a Felipe avanzar llevando a Petunia en sus brazos.

—¿Felipe? —exclamó confundido, sin entender qué hace con su cerdita en sus brazos—. ¿Qué está pasando?

—Yo, yo, quiero contarle todo —el pelirrojo salta levantando su mano con gesto gracioso y, ante el movimiento afirmativo de Felipe, empieza a contar con entusiasmo—. Desde el principio empezamos a acosarte a petición del presidente de la clase a cambio de darnos la respuesta de los exámenes finales, eso fue el año pasado. Ahora hace poco volvió a pedirnos que te volviéramos a acosar. ¿Lo ves? ¿Imagino que debe dolerte darte cuenta de que tu supuesto amigo en realidad siempre fue tu peor enemigo?