—¡Feliz cumpleaños, Otis!
Sonreíste.
—Gracias, pequeña Nicole.
—No soy pequeña, tengo veinte años —me quejé.
—Lo sé, pero apesar de eso te quiero.
Reí ante tal tontería.
—No sé puede querer a alguien con el cuál tan sólo has intercambiado palabras.
—Yo siento que te amo.