En tacones hacia Ti *vuelve Pronto*

Capítulo dos

Salir de la oficina de Nafar cerrando la puerta de cristal no hace que tenga las miradas puestas en mí, porque las miradas ya estaban puestas en mí y Nafar desde que entré a esa oficina.

Todos me siguen con la mirada sin decir una sola palabra porque saben que les responderé mal, nadie puede juzgar lo que hago ni mucho menos él y ya debería saberlo.

─¿Acaso la reina de la insolencia ha sido bajada del trono? ─escucho la voz de uno de los hombres más insoportables que pudiera habitar en la tierra. No respondo y sigo caminando ─ ¿He hecho enojar a la reina?

Eso es todo, no soportare que un infame como él comience a creer que puede decir cualquier cosa sobre mi persona, así que detengo mi andar y respiro profundamente antes de voltearme y darle un golpe en la cara sin decir nada más.

Siento que he quitado un peso de mi espalda cuando descubro lo tranquilizante que es descargar mi furia contra el imbécil mayor de este piso, y no, no hablo de Nafar el jefe cabrón al que tengo que soportar.

─Espero que eso te haya enseñado que no hay que hablarle mal a una dama, imbécil ─digo, me acerco a él y acomodo el cuello de su camisa ─. Recuerda que no todos somos blandengues para no decirte nada por lo que ten cuidado porque estas comenzando a colmar mi paciencia, Richard.

─Maldita perra, te voy...

Niego con la cabeza sonriendo y tomo su rostro para acercarlo al mío.

─Cuidado con lo que dices ─comienzo a hablarle ─, ya me hartaste y no te permitiré que me vuelvas a hablar de esa manera y menos ahora que me encuentro de muy mal humor. Así que basta con estupideces e insultos mediocres que aquí ya no vales nada obsoleto.

Quiere hablar, pero lo único que logra hacer es cerrar la boca y mirarme con furia. Yo, pues encajo más mis uñas en su quijada y cuello.

»¿Acaso es quebrantado tu ego y derrumbado tu impero de falsedad y recuerdos que se desvanecen con el pasar de los días? ─ pregunto muy intrigada ─ Oh vamos no te pongas así, sabemos que de los dos yo he tenido mejor aceptación del público con mis artículos, además ¿cuántos eventos has cubierto en los últimos tres meses? ¿Diez? Oh no perdón, ¿qué acaso no son tres?

Su rostro se frunce y no logro descifrar si es por dolor, enojo o tal vez las dos. Se lo merece.

─No te molestes Richard ─sonrío y aflojo el agarre en su mandíbula. Solo un poco ─, sabes que digo la verdad.

Escucho la voz de Nafar a lo lejos diciendo que esto no es un hotel para darnos amor, de inmediato mis ojos ruedan en fastidio al saber que como nos ha comparado. Sonrió nuevamente y para dar fe a las palabras de él, vuelvo a acercar el rostro de Richard y le doy un pico en la boca.

Solo un pequeño roce y me alejo de él para tomar mis cosas y marcharme de este lugar y regresar a casa para trabajar a mi gusto y agendarme con cada uno de los deberes que me ha asignado Nafar.

─¡¿A dónde rayos vas? ─ pregunta, Nafar sale por completo de su oficina o por lo menos eso es lo que alcance a ver antes de girarme y comenzar a caminar hacia el ascensor e ignorarlo ─Te pregunte que a dónde vas.

─Creo que es obvio, ¿no? ─ dije ─Es obvio que aquí no puedo concentrarme, así que me marcho de aquí.

─Te vas y ya no tienes trabajo.

Esa amenaza hace que me detenga y no por temor a perder mi trabajo, sino que me parece gracioso que después de darme tantas tareas para una semana y con varios artículos por escribir y fotos por ceder a la empresa quiera echarme.

─¿Tú me vas a echar de aquí? ─pregunto, alzo una ceja y dejo mis bolsos en el suelo para mirarlo a los ojos. Camino hasta él y digo lo que sé, la verdad ─Recuerda que una vez me das trabajos por hacer firmas un contrato conmigo para cederme los derechos y créditos de cada evento al que exista el cual en cada contrato estable que se mi echas de la empresa antes de yo entregar mi producto, es decir, fotos, vídeos, entrevistas, artículos, sesiones deberás pagar una indemnización por haber hecho que perdiera mi tiempo trabajando para una empresa que no sabe seguir sus propios acuerdos.

─¡Estas loca!

─Lo cierto es que no ─afirmo y sonrió después de ver su rostro ─, yo firme el contrato que dice eso, además en mi contrato con la empresa lo dice ahí mismo. Así que si quieres echarme perderás mucho dinero porque desde hace unos meses he recibido varias ofertas para vender los derechos de mis eventos, sino que para trabajar con ellos y créeme cuando te digo que la paga rebasa el doble de lo que me pagas por evento como comisión, pero sobre todo lo que me pagarían mensualmente.

Su rostro y el de Richard se miran rojos; uno por saber que podría meterlo en un gran problema por evasión de contrato y el otro por saber que a mí me han contactado para ofrecerme mejores puestos y mejores pagas y no él.

»Puedo mostrarte las cifras que dictan los contratos si gustas.

─¡Te pago más de 20 mil por evento y te pago 56 mil al mes por trabajar aquí! ─dice, está alterado y eso me gusta ─, ¿Quién mierda te está ofreciendo más de lo que yo? ¿Quién?

─¡¿Por qué carajos te han contactado a ti?!

─¡Cállate Richard! ─grito hacia el hombre desagradable ─Vete a... trabajar.

─Sabía que tomarías una buena decisión, Nafar.




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