Era insoportable, doloroso, una agobiante y desesperada sensación, mis entrañas se revolcaban pidiéndome casi a gritos aquel rojo líquido culpable de mis mayores pecados. Mi condena, mi maldición, mi vida, lo que iba contra todo razonamiento lógico.
Una víctima, solo una, pequeña, menuda, asustada, miraba su reloj. Su corazón latiendo aceleradamente, su sangre que me enloquecía, levantó su mirada aterrada. Una fracción de segundo, un grito ahogado, el sabor de lo prohibido, una vida perdida y mis manos manchadas de sangre mofándose con aquella salvaje e incontrolable parte mía a la que yo tanto temía.
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Seleccionado entre los mejores Micro-relato del reto de verano de@WattVampiros
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Editado: 24.06.2024