«Cuando todo te esta agobiando y te sientes amenazada, siempre debemos tener un Plan A, B y C. Porque una mujer precavida vale por mil»
POV Laurelle Mayer.
Debí seguirla y no quedarme ahí como una estúpida, debí reaccionar antes de pegarme a ella y apenas voy reaccionando cuando el idiota de Edell Blair esta de frente con una mirada divertida.
— Tranquila huyó por mi, no por ti —su voz suena más varonil con ese tono burlón y ya lo detesto, detesto que no tenga ni una pizca de gay.
— ¿Que quieres? —lo miro amenazante— lárgate, no me caes bien —intento alejarme pero el me detiene.
— No es necesario llevarnos bien para hacer negocios —lo miro con desprecio y trato de empujarlo— debes ayudarme a convencerla, a menos que quieras que se sepan todos tus secretos —sus manos se aflojan a mi alrededor y mi mirada se pierde en algún punto lejano.
— Conozco más de lo que tu conoces de ti —ríe cínico— me sorprende que una chica tan hermosa y con tanta libertad tenga tantos secretos y sea presa de si misma —sus palabras calan muy dentro de mi y por primera vez me siento indefensa.
— Si logró convencerla... —miro directo sus ojos cafés, llenos de maldad, de secretos pero sobre todo lleno de miedos— ¿Que me asegura que no dirás nada? ¿Como se que es verdad lo que dices? —lanzo mis preguntas y no pierde su seguridad.
— Soy un hombre de palabra Laurelle Mayer —sonríe y me da una mirada de lástima— tus padres son mi fuente segura, es triste como venden a su hija por un poco de estátus, vaya mierda de sociedad —su agarre se vuelve suave, me mira comprensivo y sin querer una lágrima cae.
— Bien, te ayudaré pero esto queda entre nosotros o seré obligada a decirle a tu padre que eres gay —me mira con sorpresa y vuelve a su seriedad— tengo pruebas e incluso testigos —lo miro sin ninguna expresión, mi voz tiene seguridad aunque siga derramando lágrimas.
Él solo acepta, sabe que es un trato, sabe que soy una chica con una carta bajo la manga, una que puede hacer que lo pierda todo.
— Laurelle, no me decepcionas, tengo muchos adjetivos para ti, pero sin duda eres una mujer peligrosa —sus ojos se vuelven a llenar de maldad— no me sorprende como sigues a su lado sintiendo lo que sientes y haciendo que su padre le oculte cosas —yo le regalo una sonrisa para dejarle claro que no soy débil pero no dudó en preguntar.
— ¿Por qué ella? —levanta las cejas como si hubiera esperado esa pregunta todo este tiempo.
— Si... ¿Por qué yo? —la escucho preguntar a mis espaldas antes de que él pueda decir algo, sus ojos se dirigen a ella y no los aparta.
— Porque eres la chica que mi padre querría para mí: Decidida, hermosa. Segura, divertida y no tiene pelos en la lengua para decir las cosas —me sorprende como puede decir tanto en tan poco tiempo — haré que mi padre te ame para que aparte la vista de las cosas que hago —lo miro con desprecio y escucho quejas de parte de mi amiga en voz baja.
— Eso suena retorcido —yo me apartó para que los tres podamos vernos y él voltea los ojos.
— No literal, niña —Ayla y yo nos relajamos— ya tienes mi número —dice tosco y dirige su mirada a mi para asegurarse de que no olvide la conversación anterior y se va como un fantasma.
Ayla y yo quedamos tiesas pero soy la primera en ir hacia la mesa en la que estamos, me siento y sin mirar a alguien me pierdo en el alcohol, olvidando la advertencia de Ayli; me pierdo en el.
Se que ella no me dejaría afuera, la conozco mejor de lo que ella cree, siento más de lo que debería y no me importa, tomó.
Para olvidar todo incluso para olvidarme de mi nombre los escucho celebrar, ella vuelve un rato después y no dice nada ante mi excesiva manera de tomar.
Se que me mira con reproche y me voy a bailar para relajarme, teniendo muy claras las palabras de ese idiota y llorando en silencio.
'tus padres son mi fuente segura, es triste como venden a su hija por un poco de estátus, vaya mierda de sociedad'
A altas horas de la madrugada nos dejan en casa, mi jefa asegurando que puedo faltar mañana y Ayla que me regaña hasta caer en la cama.
— ¿Que te dijo ese idiota para que estés así Lau? —ignoro como lloro y me concentró en su preocupación, en como me mira con cariño guardando esos recuerdos para cuando me llegue a odiar.
— Vete a dormir Ayla —no dice nada en un raro más sale por la puerta.
'Olvidar es de débiles y tu no eres ninguna, mantén la comunicación' Att: Edell Blair. - Número desconocido.
Escucho como Alonso entra y me aferró a él, importándome una mierda como se desgarra mi garganta.
***