«La mejor manera de conocer el amor, es aprender a entenderlo; ya que hay muchas maneras de amar y cuando uno tenga claro que el amor no conoce de prejuicios, reglas ni limites podrán entender la importancia que esto conlleva.»
POV Eider Blair.
Chica linda, lágrimas, chica mala, no interesarme, novia falsa de mi hermano, NO INTERESARME.
— Ya deja de dar vueltas frente a la puerta, pareces su guardaespaldas —me mira con desdén— hace una hora dejo de llorar, por favor se que tienes debilidad por las chicas complicadas pero ella no, hermano, por favor —detengo mis pasos y lo miro con seriedad.
¿Quien se cree?
Estúpido.
— Ella vale la pena, Edell —me dirijo al sofá y me tiro dramáticamente— Sino, no estuviera aquí soportando tus dramas después de lo que le hiciste —este suelta un suspiro y se sienta a mi lado dejando caer su careta de 'Soy un tipo serio'.
— Yo no le hice nada, bro —lo mire con cara de ¿En serio?— bien, solo le ofrecí dinero, investigue toda su vida y le hice una inocente amenaza; ¡Pero! Su mejor amiga y su padre hicieron todo lo demás por andar con secretos —trata de justificarse pero lo dejo pasar porque se que muy en el fondo a él le afecta.
— No digo que este enamorado porque apenas la voy conociendo pero me gusta —finge vomitar y le levanto una ceja indignado— además estoy seguro que no puede resistirse a este cuerpecito —ahora él es el que levanta una ceja y le lanzo un cojín.
— Esa chica tiene un amor raro con su mejor amiga, te recomiendo no meterte ahí, porque tu cuerpecito no puede competir con la atrevida de Laurelle —Y ahí esta su voz de hermano mayor dándome un consejo que obviamente no voy a tomar.
— Es obvio que Laurelle esta perdida por ella, pero ella no a dicho nada sobre lo que siente hacia esa loca — mi voz tiene un toque de fastidio y este me voltea los ojos— ¡Se que Laurelle esta demasiado buena pero tu que sabes del cuerpo masculino para decir que no le voy a interesar a la pelirroja! —mi voz esta llena de indignación y su cara de que esta aguantando la risa me frustra.
¡Dios! Dame paciencia para no patear su trasero demasiado gay.
— Yo te lo advertí Eider, no me vengas a llorar después y de paso te digo que conozco muy bien el cuerpo masculino, soy gay, no chica; además lo he visto, tocado y senti... —me tiro encima y le tapó la boca con el cojín para que no siga hablando.
— Si, si, si, ya entendí —le quito el cojín y al ver mi cara de pánico se suelta a reír escandalosamente, para un poco cuando escucha su celular, al leer lo que sea que leyó vuelve a su seriedad.
— Vamos a dormir, mañana debo hacer algo importante —y sin más se pierde en las escaleras, él siempre tan expresivo y especifico.
Bueno ya que, me voy yo también pero antes decido pasar por el cuarto de la pelirroja y arroparla mejor.
Nada de suspiros idiota.
Sip, ahí esta mi cordura hablándome.
***
— Eider, te puedes levantar por favor —Siento unas sacudidas y bostezo un poco, miro la hora en el reloj de mesa y me alteró.
¡6:30 am!
—¿¡Que quieres, idiota!? —Grito con la cabeza hundida en la almohada— ¡Son las 6 de la mañana! —me levantó y le tiro la almohada.
— Necesito que te quedes con Ayla , iré a llevar a Laurelle con sus padres —brinco de la sorpresa y presiono sus hombros al levantarme.
Es mi oportunidad...
— Mejor, tu te quedas con Ayla ya que ella te conoce mas y yo llevo a la fiera loca a donde sea —nota mi sonrisa socarrona y suspira sabiendo que no podrá decirme no.
— Bien, pero no hagas nada loco, te pasare las dos direcciones por mensaje —dice sin más y sale de la habitación, comienzo a vestirme con una playera sencilla y unos short.
Me miro en un espejo y confirmo mi pinta de jipi relajado y guapo.
Alboroto un poco mi cabello y salgo con las llaves del auto en la mano.
De camino confirmo la primera dirección y llego en un santiamén.
¿Que hará Laurelle?
Una pregunta respondida al verla salir con unas cuantas maletas después de despedirse de un señor.
¡Si! Tengo el camino libre.
— ¿Esta es la casa de la pelirroja? —pregunto de una cuando entra y deja todo atrás, me mira con desprecio al darse cuenta de quien soy.
— Te asomas por estos lados y te corto tus preciados, pendejo —se cruza de brazos y arranco de golpe para hacer que se golpee.
Si ella es desagradable puedo ser su mejor dolor de cabeza.
¿Tanto tiempo llevan conociéndose para que viva en su casa? ¿Ayla tendrá algo con ella? ¿Que tanto le oculta para lastimarla así?
Son tantas preguntas que se me acumulan en la mente siempre que la veo de soslayó.
— Dices amarla y la lastimas —mi comentario después de tanto silencio la hace tensarse y decido volver a abrir la boca.
— Lloró hasta quedarse dormida —concentro la vista en la carretera y siento como su mirada me quema.
— Tu no sabes lo que es el amor, eres peor que tu hermano —sus palabras llenas de veneno me hacen sonreír de lado.
— Conocí el amor cuando la escuche llorar y todo lo que quería hacer era llevar su sufrimiento para no escucharla así —mi voz se escucha suave y la miro de reojo ya que la deje sin palabras.
Sus ojos llenos de tristeza se perdieron por la ventana mientras mordía sus labios pintados de un color cereza.