Enamorada de los libros

Capitulo 13

«Las mentiras nos llevan a limites impensables, nos transformar en los malos de la historia y nunca nos dejan ser sinceros con nosotros mismos.» 

Dormí como una princesa a pesar de tener los ojos hinchados de tanto llorar, tuve que levantarme de golpe porque definitivamente mi cama no era tan suave ni tan grande y justo cuando creía que iba a escapar como una espía, la puerta de la habitación se abrió. 

— ¿Que hacías? Espero que no intentar tirarte desde una ventana de un segundo piso —Escucho su risa y ¡Raioz! que pena —Eso sería un trauma, deberías bajar a desayunar pero primero ponerte un pantalón —me intento tapar pero es en vano, ya a visto hasta mi alma, no se en que momento me quite el pantalón. 

Odio mis malas mañas para dormir...

— Tienes suerte de que sea gay, Ayla —susurro un ya voy sonrojada intensamente, cubro mis mejillas y me repito que gracias a Dios el que abrió la puerta haya sido Edell y no Eider, termino de alistarme para poder al bajar.

Y encuentro a un relajado Edell desayunando en un inmenso comedor y todavía no me explico como di con el, me siento de frente y solo logra regalarme una mueca como sonrisa.

— Que seriedad la tuya Edell, te veías mas simpático intentando sobornarme —me mira mal y definitivamente no le hizo gracia mi pequeña broma, este tipo es un bipolar, primero se estaba burlando de mi y ahora es un tempano de hielo.

— No me gusta que me hablen mientras desayuno, a diferencia de otros aprecio el silencio que hay en las mañanas a la hora de desayunar —Eso lo explica todo, me traen el desayuno y ¡Vaya! ya veo porque aprecia su desayuno, es una esquisites lo que come esta gente, unos sabrosos wafles con miel de maple, variedad de frutas para colocarle y siros.

Pero al ver su desayuno que consta de una tostada y café negro, termino confirmando que Edell Blair además de ser un tipo, guapo, educado, serio y calculador también la sencillez le sale por los poros o simplemente es un aburrido hasta para desayunar. 

— Si me coloco un nepe entre las piernas ¿Te casas conmigo? —escupe el poco de café que iba a tomarse por mi tonta propuesta y empieza a reírse como loco. 

— ¿Un nepe? ¿Que eres? porque pareces una niña —pregunta divertido y vuelve a reírse, ya cuando se esta calmando vuelve a hablar un poco más serio— Con esa belleza y carisma que te traes me puedes volver hetero —Yo muestro una gran sonrisa y después de agarrar un pedazo gigante de Wafle vuelvo a preguntar. 

— ¿Entonces? ¿Aceptas? —mi esperanza esta por los cielos y el termina de desayunar para luego levantarse e ir soltando carcajadas y alcanzo a escuchar un 'definitivamente no' .

— Que decepción...—Murmuro y me dispongo a comer para poder irme lo antes posible de la casa de los hermanos Blair alias 'Hermanos sexys'.

— Nunca había visto a mi hermano reírse tanto, tienes un don Ayla —dice Eider entrando a la cocina y sentándose en la mesa tan despreocupadamente— Deos muero de hambre —y por arte de magia aparece la sirvienta con un gran plato de wafles. 

— Tu hermano disfruta es burlarse de mi —Eider hace como si pensará y ríe, se mete como dos wafles a la boca y yo intento no reírme de su fea manera de comer— A todo esto, ¿De donde vienes? No pareces ser de los chicos que se levantan temprano —comento y este traga de golpe.

— Que te puedo decir, no soy tan perfecto —dice divertido y luego se pone serio— fui a dejar a la fiera de Laurelle con sus padres —bajo la mirada al darme cuenta de lo que eso significa, todo queda en un profundo silencio y me voy a la sala para estar lejos de él, de ellos...

Ella al final se fue, al otro lado del país, lejos de mi y de todo lo que esta pasando; no podía decir que era cobardía de su parte, cuando yo sentía un poco de alivio para poder prepararme para lo que venga. 

Pero Laurelle no era de irse así como así, aunque me lo haya dicho y Edell confirmado, sabía que ella tenía miedo y me sorprendía que ella no corriera a pedirme apoyo, porque yo era la causa de su miedo. 

— No deberías llorar por ella, no vale la pena —no me había dado cuenta de que derramaba pequeñas lágrimas arrumada en un sofá y me sentí avergonzada cuando Edell se sentó enfrente de mi y seco una lágrima que se había deslizado por mi mejilla.

— Ella no te quiere lo suficiente, yo jamás te mentiría ni te ocultaría cosas mucho menos te haría sufrir— sentía sus manos acariciando mi rostro y yo apretaba mas los parpados para no abrir los ojos y mirarlo. 

— Es mi mejor amiga, Edell, lo que me duele es que no me diga lo que le pasa —presiono su mano contra mi mejilla— Me preocupa —siento su respiración demasiado cerca. 

— ¿Segura? Porque a veces no lo parece —afirmo y quito su mano de mi mejilla pero al quitarla, siento sus labios sobre los míos, tan suaves y a la vez tan firmes, pero su manera de besarme es tan delicada y temerosa, solo por un segundo le sigo el beso, solo por un segundo. 

¡Ayla! No seas idiota...

— ¿¡Que te pasa, Eider!? ¡Estas loco! —Me levanto de golpe bien molesta, mas conmigo porque me gusto el beso pero eso no lo tiene porque saber, no puedo besar al hermano de mi novio. 

Uno falso al fin de cuentas, pero novio. 

Se le ve realmente apenado. 

— Si Eider, ¿Que te pasa? Porque besas a la novia de tu hermano —Aparece un imponente hombre hablando, muy elegante, mirándolo con una cara que hasta a mi me da miedo. 

— Papá... —Murmura Eider y yo que perpleja, ¿Como dices que dijistes?.

 




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