Elijah y Zoé están en una situación complicada porque sus sentimientos hacia el otro son prohibidos. Eso hace que sea difícil para ellos pensar con claridad y tomar decisiones racionales. Ya no cabe duda de que sienten atracción mutua, pero también son conscientes de que su relación podría tener consecuencias negativas para la familia y los demás.
Ambos piensan que es importante para ellos intentar mantener la mente abierta y buscar ayuda en personas adecuadas que los orienten sobre cómo manejar sus divergentes sentimientos con cautela. También consideran que deben hablar honestamente sobre sus emociones y escucharse mutuamente con empatía.
Consideran también las consecuencias de sus acciones, si se llegarán a aventurar en lo indebido, lo que menos quieren es causar daño. Por lo que les he difícil a cada uno seguir a su corazón y hacer lo que creen correcto.
—¿Ya te vas de viaje, amor? —le pregunta Zoé a su esposo, mientras él hace la maleta.
—Sí, querida, tengo que resolver el asunto de la empresa en Países Bajos.
—Es una lástima que no te pueda acompañar, con lo que me gusta a mí viajar.
—Estaré muy ocupado, amor. Es un viaje de negocios. Tengo que resolver la crisis en esa sucursal como sea.
—Seguro que lo harás. Eres muy hábil para los negocios. Aunque me entristecerá estar alejados durante un tiempo.
—Yo también te echaré de menos, amor. Tenemos que confiar en nuestro amor y en nuestra relación.
—Tienes razón, a veces solo necesito oír tu voz para sentirme mejor. ¿Me llamarás todos los días? —pregunta, trata de llevar la fiesta en paz con su marido.
—Por supuesto que sí, cariño. Yo también necesito oír tu voz. A veces la distancia resulta difícil, pero debemos encontrar la forma de mantener nuestra conexión.
—De acuerdo.
—Podemos vernos a través de videollamadas y hacer cosas divertidas —advierte con picardía.
—Ja, ja, ja, me gusta lo que piensas. Suena genial, solo necesitamos encontrar formas creativas para mantener nuestra conexión emocional.
—Sé que podrás superar todo lo que sucede en la empresa y que tanto te perturba—lo anima.
—Lo sé, cariño. Todo estará bien. Los momentos difíciles también tienen su final.
—Exacto.
—Gracias, cariño, por tenerme presente —se conmueve al oírla tan serena como antes.
—Siempre estaré aquí para apoyarte, Lucas.
Zoé y Lucas están en una situación en la que se enfrentan a un reto en su relación. Lucas debe viajar a Países Bajos para resolver un asunto de la empresa, lo que significa que estará lejos de Zoé durante un período de tiempo. Lucas intuye que debe ser comprensivo con los sentimientos de Zoé y asegurarse de que ella se sienta apoyada y comprendida durante su ausencia. Ella, por su parte, decide buscar formas de mantenerse ocupada y ser feliz mientras él está lejos.
*****
Durante la cena, Linda anuncia su decisión de irse a vivir al campus de la universidad. Elijah no está presente en la mesa, pues tiene la mente puesta en otra parte y no parece interesado en la conversación. Por su parte, Lucas también les anunciará a sus hijos que debe viajar a Países Bajos por trabajo.
—¡Familia! Quería compartir con ustedes una decisión importante que he tomado. He decidido quedarme a vivir en el campus durante la universidad—anuncia Linda con emoción.
—Creo que es una gran idea, así podrás concentrarte en tus estudios y disfrutar de la vida universitaria al máximo—expresa Zoé sonriendo.
—Suena genial, Linda. Siempre hemos apoyado tus decisiones y estamos orgullosos de ti—señala Lucas.
—Elijah, ¿qué opinas? —pregunta Linda mirándolo distraído.
—Me parece bien, hermana. Es una decisión inteligente, así no tendrás que desplazarte todos los días hasta la universidad—dice Elijah.
—Gracias, me alegra que estén de acuerdo con mi decisión. Prometo mantener el contacto y visitaros a menudo. Prometo visitarte los fines de semana, Elijah. Sé que por mi culpa dejaste el internado.
—No te preocupes, hermana, también hago trabajo social en la comunidad. Lo importante es que sigas tu corazón, Linda —dice Elijah con la mirada aún ausente. Zoé lo mira preocupada en silencio.
—Por cierto, mañana tengo que viajar temprano en mi avión privado a Países Bajos, así que, si necesitan algo, muchachos, asegúrense de decírmelo antes de que me vaya.
—No te preocupes, papá. Estoy segura de que todo irá bien durante tu ausencia—dice Linda.
—Sí, papá, no te preocupes. Nosotros estaremos bien en casa—responde Elijah.
—Muy bien, hijos, me retiro con mi esposa a la habitación —dice, y se levanta de la mesa con Zoé. Antes de irse, los abraza con fuerza.
En ese momento, Zoé y Elijah se sumergen en sus emociones, mientras ella sube las escaleras. Elijah no puede evitar seguirla con la mirada y sentir una chispa de dudas en su interior. Zoé le devuelve la mirada disimuladamente y Elijah la sigue con contemplación. Linda se da cuenta del cruce de miradas, pero está tan contenta con su nuevo comienzo en la universidad que decide no refutar esta vez.
—Has tomado una decisión sabia, hermanita, todo estará bien—dice de repente Elijah.
—¿Seguro que todo estará bien? Te noté triste y ausente en la cena.
—No es nada, cariño, tengo mucho trabajo últimamente con las ayudas y el seminario, casi no he tenido tiempo para descansar—dijo con una sonrisa forzada.
—Bueno, ya vamos a dormir, hace frío.
—Vamos.
Elijah sube las escaleras con su hermana Linda agobiado por la carga emocional que lleva a cuestas y por la confusión que le produce lo que siente por su joven madrastra. Considera que debe descansar para hacer frente a los desafíos del día siguiente. Zoé, por su parte, se encuentra justo ahora en los brazos de su esposo, correspondiéndole íntimamente.
Mientras Elijah se prepara para dormir, su mente vaga entre los recuerdos vividos junto a Zoé, han sido pocos, pero muy intensos para él. Sabe que su padre es una figura importante en su vida, pero no puede evitar sentirse atraído por su madrastra.