Enamorada del hijo de mi marido.

Capítulo 33. Miedo por el engaño.

En la amplia y silenciosa sala de la mansión, donde cada paso resonaba contra los muros adornados con antiguas pinturas, Elijah caminaba lentamente hacia donde su padre, Lucas, lo esperaba sentado. La tenue luz del atardecer se filtraba a través de las grandes ventanas, creando sombras que parecían danzar sobre los muebles. Elijah, con el corazón latiendo fuertemente en el pecho, se detuvo a unos pasos de distancia de su padre, incapaz de levantar la mirada hacia él.

Lucas, un hombre de mediana edad con una mirada penetrante y una postura que imponía respeto, rompió el silencio:

—Elijah, hijo, ¿por qué has decidido dejar el seminario? Siempre creí que era tu vocación, tu pasión.

Elijah tragó saliva, buscando las palabras adecuadas.

—Padre, he estado pensando mucho sobre mi camino, y he llegado a la conclusión de que tal vez el sacerdocio no sea mi verdadera vocación.

Lucas frunció el ceño, preocupado, pero intentando mostrarse comprensivo.

—¿Es solo una duda sobre tu vocación o hay algo más que te está perturbando, Elijah?

El joven desvió la mirada, sintiendo cómo el peso de su secreto lo aplastaba.

—Hay... Hay más—admitió con voz apenas audible, temiendo las consecuencias de revelar la verdad sobre su relación con Zoé.

—¿Algo que ver con una chica? —Lucas preguntó directamente, sorprendiendo a Elijah con su perspicacia.

Elijah se sobresaltó, finalmente encontrando el valor para mirar a su padre a los ojos. La mirada de Lucas era inescrutable, pero detrás de ella, Elijah pudo percibir una chispa de preocupación.

—Sí —confesó, y la palabra salió de él como un susurro. —No sé cómo ha sucedido, pero... esa mujer y yo hemos desarrollado sentimientos el uno por el otro.

Lucas se quedó en silencio, procesando la confesión de su hijo. Después de lo que pareció una eternidad, habló con una calma que sorprendió a Elijah.

—Esto es algo muy serio, Elijah. No solo por lo que significa para nuestra familia, sino también por lo que significa para ti y para tu vida. Es importante que entiendas las consecuencias de tus acciones y sentimientos. ¿Es esa chica Solange? Y si es ella, ha sido parte de nuestra familia durante mucho tiempo, por lo que podría cambiar la dinámica de nuestra relación con ella. Además, debes considerar cómo esto afectará a tu relación con ella a largo plazo. Siento, hijo, que todavía no estás preparado para lo mundano. Aún eres un joven inocente, Elijah.

Elijah asintió, consciente de la gravedad de la situación.

—Lo sé, papá. He pensado mucho en esto y puedes estar tranquilo, no es Solange, así que no tendrás problemas con Salvador. Se trata de otra mujer, no fue algo que buscamos, simplemente sucedió. Pero entiendo que tenemos que ser cautelosos con cómo manejamos esto, por el bien de todos los involucrados.

Lucas suspiró y se pasó una mano por el cabello.

—Lo primero es lo primero, debemos hablar con esa mujer. Necesitamos saber cómo se siente al respecto y si comparte los mismos sentimientos que tú.

—Estoy de acuerdo —dijo Elijah, aunque la ansiedad era evidente en su voz. —Pero, ¿y si ella no siente lo mismo? ¿O si esto arruina nuestra relación?

—Esas son posibilidades que debemos estar preparados para enfrentar —respondió Lucas con firmeza. —Pero también debemos estar abiertos a la posibilidad de que esto pueda llevar a algo positivo. Lo importante es que manejemos esto con honestidad, respeto y cuidado. No importa el resultado, quiero que sepas que te apoyaré.

Elijah miró a su padre y encontró un consuelo inesperado en sus palabras.

—Gracias, papá. Eso significa mucho para mí. —aseguró con temor.

—Ahora, vamos a buscar a la mujer y hablar con ella. Es mejor aclarar las cosas antes de que se compliquen más —dijo Lucas, levantándose de su silla. Elijah asintió y lo siguió. Ambos sabían que lo que se avecinaba sería difícil, pero necesario para el bienestar de todos.

De pronto, Zoé se acercó a Lucas, posó su mirada fija en Elijah mientras se arrimaba a su padre con una mezcla de disimulo y cinismo.

—Lucas, ¿podemos hablar un momento? Hay algo importante que necesito discutir contigo. Es sobre nuestro viaje al Caribe —dijo con una voz suave, pero firme.

—Claro, Zoé. Pero más tarde, ahora estoy tratando un asunto muy serio con mi hijo —dijo Lucas, asintiendo mientras miraba a Elijah con preocupación.

Elijah observaba la escena, sintiendo una mezcla de emociones. El amor de su vida estaba ahí, tan cerca físicamente, pero su corazón parecía estar a miles de kilómetros de distancia.

Zoé lanzó una mirada rápida a Elijah, una mirada que llevaba un mensaje claro: «No digas nada». Luego, volvió su atención a Lucas.

—Creo que es importante que hablemos sobre nuestras expectativas y lo que ambos queremos. Este viaje es un sueño para mí, amo viajar, cariño—continuó, manteniendo su tono calmado pero firme.

—Lo sé, mi reina. En el dormitorio lo discutiremos, de hecho, he traído el itinerario —respondió Lucas mientras la besaba.

Elijah sintió como si un cuchillo le atravesara el pecho. La mujer que amaba estaba hablando de su viaje con su padre, y él no podía hacer nada al respecto. Se sentía atrapado entre el amor y la lealtad, entre su corazón y su familia.

Elijah se siente perdido y sofocado, atrapado en un torbellino de emociones que parecen consumirlo desde dentro. La firmeza de Zoé en mantener su matrimonio con su padre, a pesar de los combates y la tensión creciente, lo aplasta, dejándolo sentirse aniquilado por dentro. La dura realidad de su situación lo envuelve, sofocando cada chispa de esperanza que había albergado en su corazón. Mientras las palabras de Zoé resuenan en su mente, se pregunta si ha valido la pena cada decisión, cada paso que ha dado en busca de lo que creía que era el amor verdadero. ¿Ha valido la pena asumir tanto riesgo? ¿Merece la pena seguir luchando por un amor que parece estar destinado a permanecer en las sombras, atrapado entre las complicadas dinámicas de una familia que se resiste a aceptar su relación? En este momento de profunda introspección, Elijah se enfrenta a la encrucijada de su vida, sopesando el precio del amor y si el camino que ha elegido realmente conduce a la felicidad que tanto anhela.




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