Capítulo 36. Desenmascarado una traición.

Tiempo después, en la mansión, Zoé se ve atrapada en un torbellino de emociones y deseos prohibidos. Una noche, cuando todos duermen y los susurros de la noche parecen cómplices de sus secretos, decide arriesgarse. Espera pacientemente a que su esposo se quede dormido y, con pasos silenciosos, se desliza fuera de su dormitorio. Su corazón late con fuerza, consciente del peligro que corre, pero la atracción que siente por Elijah es demasiado fuerte como para ignorarla. Se asegura de que los pasillos estén vacíos, moviéndose con la cautela de quien conoce el riesgo de cada sombra.

Sin embargo, lo que Zoé no sabe es que su madre había decidido quedarse a dormir en la mansión, bajo la excusa de que extrañaba a su hija. Desde la penumbra de su habitación, la madre percibe el sigiloso desplazamiento de Zoé hacia el dormitorio de Elijah. Un escalofrío de preocupación y desaprobación recorre su cuerpo al darse cuenta de hacia dónde se dirige su hija. La madre comprende de inmediato que los intereses de la familia podrían verse gravemente afectados si Zoé continúa con su imprudente comportamiento. La posibilidad de que su hija se relacione con su hijastro, cruzando líneas que la sociedad no perdona, es algo que no puede permitir. En ese momento, se hace evidente que deberá tomar medidas para proteger el legado y la reputación de la familia, aunque eso signifique intervenir directamente en los asuntos del corazón de Zoé. La tensión en la mansión aumenta, presagiando conflictos y decisiones difíciles en el horizonte.

—Mamá, espera un momento. Necesitamos hablar. —Imprime Zoé al sentirse descubierta.

Grace, sorprendida, se detiene y la mira con una mezcla de curiosidad y cautela.

—¿Qué sucede, Zoé? ¿Hay algo que deba saber?

Zoé toma aire profundamente, sabiendo que lo que está a punto de decir podría cambiar las cosas para siempre.

—Mama, sé que has estado preocupada por mi relación con Lucas y que mi posible separación entorpecería tus intereses. Y sé que has intentado, de alguna manera, protegerme. Pero lo que Elijah y yo tenemos es complicado, más de lo que cualquiera podría entender.

Grace cruza los brazos y endurece el gesto, preparándose para lo que se avecina.

—¿Complicado? Zoé, él es tu hijastro. ¿Cómo esperas que me quede de brazos cruzados viendo cómo te involucras en algo que claramente te hará daño?

—Lo sé, mamá, y agradezco tu preocupación. Pero lo que siento por Elijah... va más allá de cualquier cosa que haya sentido antes. No es algo que haya elegido, simplemente ha sucedido. Y sé lo difícil que es entenderlo, pero te pido que intentes comprenderme. —susurra con la voz entrecortada, suplicando clemencia.

Grace, visiblemente frustrada, pero también preocupada, baja los brazos y suspira.

—Zoé, yo solo quiero lo mejor para ti. No quiero verte lastimada. Pero, si esto es lo que realmente quieres, prometo intentar mantenerme al margen. Solo espero que sepas lo que estás haciendo. Lo único que te pido es que acabes con esto pronto.

Zoé, aliviada pero todavía tensa, asiente.

—Lo sé, mamá. Y te prometo que tendré cuidado. Gracias por intentar entenderme. —Intenta persuadirla a toda costa, sabiendo que su madre no es de fiar y que tratará de engañarla con astucia.

Ambas se quedan mirando durante un momento y se entienden entre ellas de manera tácita. Grace asiente por fin, dando un paso atrás.

—Solo cuídate, Zoé. Eso es todo lo que te pido.

Con eso, Grace se da la vuelta y se aleja, dejando a Zoé sola con sus pensamientos y la noche que se cierra a su alrededor, contemplando el futuro incierto que le espera.

*****

Al día siguiente, la tensión en la mansión es palpable. Lo que era un rumor, ahora es una realidad confirmada por Grace; entre Zoé y Elijah existe algo más que una simple amistad. En su habitación, Grace se muestra visiblemente inquieta, caminando de un lado a otro, atrapada en un torbellino de pensamientos y emociones. Es consciente de que cualquier decisión que tome tendrá significativas consecuencias.

Si decide hablar, sus propios intereses podrían verse gravemente afectados. Un divorcio entre Zoé y Lucas no solo mancharía la reputación de la familia, sino que también podría desencadenar una serie de eventos impredecibles que podrían poner en peligro la estabilidad financiera y social que tanto les ha costado mantener. Por otro lado, guardar silencio significaría ser cómplice de una relación que, en su opinión, está destinada a terminar en desastre, no solo para los involucrados, sino para toda la familia.

Grace se encuentra en una encrucijada, consciente de que cualquier camino que elija traerá consigo un conjunto de desafíos y sacrificios. La posibilidad de un escándalo que podría desmoronar años de cuidadosa construcción de su imagen pública y su poder es un peso demasiado grande sobre sus hombros. Sin embargo, también es consciente de que el corazón no entiende de razones ni de conveniencias y de que, al final del día, la felicidad de Zoé podría ser el precio a pagar por mantener intacto el legado familiar.

La decisión de Grace está lejos de ser fácil. Se debate entre la lealtad a su familia y la posibilidad de permitir que Zoé siga su propio camino, aun cuando eso signifique desafiar las convenciones sociales y enfrentarse a las posibles consecuencias. En este juego de poder y pasiones, cada movimiento es crucial y Grace sabe que el tiempo para tomar una decisión se agota rápidamente.

*****

Al cálido atardecer, mientras los últimos rayos de sol se deslizan por el horizonte, la familia se reúne en el jardín trasero, un lugar que ha sido testigo de tantos momentos cruciales de su historia. Lucas, con una mirada pensativa, rompe el silencio.

—Este proyecto del dispensario médico es más que una construcción; es un legado, una promesa hacia el futuro. Pero, para construir sobre bases sólidas.

Elijah, con una determinación serena, asiente.