A medida que pasan los días, Lucas se recupera satisfactoriamente, mientras que Elijah se adapta con soltura a su nuevo puesto en la empresa. Su desempeño es tan notable que logra resolver por completo el persistente problema en la sucursal de Países Bajos, demostrando a todos que detrás de su fachada de seminarista se oculta un hombre feroz en el ámbito de los negocios.
Así, Elijah muestra su astucia y su capacidad para desenvolverse en el complejo mundo empresarial, y demuestra que tiene lo que hay que tener para hacer frente a los desafíos del sector.
Su habilidad para tomar decisiones estratégicas y su determinación para alcanzar el éxito no solo sorprenden a sus colegas, sino que también consolidan su reputación como un líder formidable, capaz de transformar los obstáculos en oportunidades.
En este proceso, Elijah no solo se reafirma en su nuevo papel, sino que también empieza a redefinir su propia identidad, fusionando su vida profesional con sus aspiraciones personales.
—Buenos días, Elijah. ¿Cómo va todo con el nuevo proyecto? —pregunta su secretaria.
—Buenos días. Va bien, aunque hemos encontrado algunos obstáculos. Estoy trabajando en estrategias para superarlos.
—Eso suena prometedor. ¿Necesitas que organice una reunión con el equipo para discutirlo?
—Sí, sería útil. Quiero asegurarme de que todos estén alineados y listos para abordar las estrategias.
—Perfecto. ¿Te gustaría que preparara un resumen de los puntos clave para la reunión?
—Sí, por favor. También incluye algunos ejemplos de cómo hemos superado obstáculos en el pasado.
—Claro, lo haré. ¿Hay algo más que necesites?
—Solo que mantengas un ojo en el calendario. Quiero asegurarme de que no haya conflictos de horarios.
—De acuerdo, entendido. Te mantendré informado.
—Gracias, aprecio tu apoyo.
*****
Desde aquella breve conversación que Elijah y Zoé mantuvieron en la clínica, cuando Lucas estaba recluido, no han tenido la oportunidad de verse ni de volver a llamarse. A pesar de la conexión que sintieron en ese momento, las circunstancias de la vida los han llevado por caminos diferentes. Elijah, sumido en sus responsabilidades y preocupaciones por la salud de Lucas, se ha centrado en apoyar a su padre. Por otro lado, Zoé, atrapada en su propio torbellino de emociones y duelos personales, ha estado lidiando con la incertidumbre que rodea su vida. La distancia y el silencio entre ellos han ido creciendo con el tiempo, dejando un vacío que ambos sienten, pero que ninguno se atreve a llenar. La falta de comunicación ha hecho que se cuestionen mutuamente sus sentimientos y el impacto que tuvieron el uno en el otro, mientras el recuerdo del encuentro en la clínica persiste en sus mentes como un eco de lo que pudo haber sido.
Casualmente, Elijah se encuentra hoy con Solange, justo cuando está a punto de inaugurar la consulta médica destinada a asistir a las personas con pocos recursos de la comunidad. A pesar de sus múltiples ocupaciones, no ha dejado de lado este proyecto, que ya está muy avanzado y que estará completamente operativo en un par de meses.
Elijah y Solange se encuentran en el vestíbulo del dispensario, rodeados de cajas y herramientas, en un ambiente lleno de emoción por los avances del proyecto.
—No puedo creer lo lejos que hemos llegado. Este dispensario va a cambiar muchas vidas.
—Sí, es increíble. Cada día que pasa, siento que estamos más cerca de marcar una diferencia real en la comunidad —asiente Solange con un brillo en la mirada.
Ambos se miran fijamente y el silencio se llena de una tensión palpable. Sus corazones laten con fuerza y el mundo a su alrededor parece desvanecerse.
—Solange, no sé qué haría sin ti. Tu dedicación y pasión son lo que realmente ha hecho posible esto.
—Gracias, Elijah. Pero tú también has sido fundamental. Sin tu visión, esto no existiría.
El momento se vuelve más intenso y están a punto de besarse cuando, de repente, Zoé aparece en la puerta e interrumpe la atmósfera romántica.
—¡Elijah! ¡Solange! ¿Qué están haciendo aquí? —exclama con una mano en el vientre.
Ambos se separan rápidamente, un poco avergonzados.
—Oh, solo estábamos hablando sobre el dispensario.
—¿Hablando, eh? ¿Seguro que no estaban a punto de hacer algo más? —pregunta mirando a Solange con curiosidad.
—Bueno, estábamos emocionados por los avances, eso es todo.
—Claro, claro. Pero no se olviden de que hay cosas más importantes en juego, deben darse prisa. ¡Este bebé no va a esperar a que terminen el dispensario! —advierte Zoé mirando a Elijah con recelo.
Elijah y Solange se miran, un poco decepcionados, pero también joviales por la interrupción.
—Tienes razón, Zoé. La comunidad necesita nuestro enfoque ahora más que nunca—dijo Elijah con nerviosismo.
—Sí, y hay mucho trabajo por hacer. Pero, Elijah… —lo miró a los ojos. —No olvidemos ese momento —susurró Solange a Elijah con dulzura.
—Nunca lo haré.
Y así, aunque el momento romántico se desvaneció, su unión se fortalece al saber que su trabajo juntos apenas ha comenzado.
*****
Zoé se dio cuenta de que estaba a punto de perder a Elijah para siempre si algo entre él y Solange llegaba a suceder. El pánico la invadió, y esperó a que Solange se alejara para poder hablar con él de manera seria. No permitiría que nadie, ni nada, la separara del amor que sentía por Elijah. Con una mezcla de rabia y egoísmo, decidió abordar el tema, consciente de que su amor por él era considerado prohibido. Sabía que sus sentimientos eran intensos y que la situación era complicada, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras veía cómo otra persona se acercaba a él. Con determinación, se acercó a Elijah, dispuesta a luchar por lo que creía que era suyo, sin importar las consecuencias.
Zoé se acercó a Elijah con el rostro encendido, la rabia burbujeando en su interior.