Días después, Zoé y Lucas ahora dormían en camas separadas. Zoé estaba decidida y firme en su postura de divorciarse de su otoñal marido. A pesar de la tristeza que le provocaba esta decisión, pensaba para sí que, a pesar de todo, tenía mucho que agradecerle a Lucas. Él había sido fundamental para que su familia saliera de la ruina y le había proporcionado una vida cómoda, libre de complicaciones. Sin embargo, esa estabilidad no era suficiente; la falta de amor en su relación pesaba más que cualquier otro aspecto. Zoé se encontraba en una encrucijada emocional, reconociendo los sacrificios y logros de Lucas, pero también sintiendo que era hora de buscar su propia felicidad, incluso si eso significaba enfrentar un futuro incierto.
En la sala de estar se respira un ambiente tenso. Grace, su madre, está sentada en el sofá mirando a su hija con una expresión de determinación. Zoé, visiblemente angustiada, está de pie cerca de la ventana.
—Mamá, tienes que entender que Lucas no es el hombre adecuado para mí. No puedo seguir viviendo en esta mediocridad emocional—dijo de repente Zoé.
—Zoé, no se trata solo de eso. Lucas ha trabajado duro por nosotras. Ha hecho sacrificios.
—¡Sacrificios! ¿Y qué hay de mi felicidad? Me veo cada día más apagada. No puedes seguir viéndome con codicia. No soy un cajero automático, mamá.
—Jamás te he visto como uno, Zoé, no te confundas. Solo trato de encontrar un equilibrio.
—¿Equilibrio? ¿Te parece que vivir en esta rutina es un equilibrio? Me merezco más, y mi hijo también. No puedo permitir que mi vida se reduzca a esto, a estar atada a un hombre mayor sin amor. Joshua merece crecer con su verdadero padre.
—No es tan simple. Hay un niño de por medio. Elijah, jamás le dará a tu hijo lo que se merece. Date cuenta, hija, deja el romanticismo de lado. Ese niño necesita una madre feliz, no una que se conforme con menos. Si te divorcias de Lucas, no podrás encontrar a alguien que realmente te valore.
—Por Dios, mamá. Ya no hay arrepentimiento que valga, la decisión está tomada. Ya no soy la misma, entiéndelo.
—Basta, Zoé. ¿Y si sigues así y te pierdes a ti misma? No puedes dejar que tu vida dependa de un hilo junto a un hombre que posiblemente no te ama como mereces.
—¿Y tú qué sabes de amor, mamá? Siempre has estado más preocupada por el estatus y el dinero que por lo que realmente importa.
—¡Eso no es cierto! Solo quiero lo mejor para ti.
—Lo mejor para mí no significa lo mismo que para ti. Necesito tomar mis propias decisiones, aunque eso signifique enfrentar lo desconocido.
—No puedo creer que estés dispuesta a arriesgarlo todo por un hombre que no te valora. Elijah no es más que un don nadie.
—Tal vez deberías dejar de pensar en lo que quieres para mí y empezar a escucharme, mamá. Joshua está llorando —advierte Zoé, y se esconde de la vista de su madre.
*****
En el dispensario...
Elijah se acercó a Solange con una sonrisa, pero al notar su expresión seria, su rostro se tornó preocupado.
—¿Solange? —preguntó, frunciendo el ceño. — ¿Estás bien? Te veo un poco... malhumorada.
Solange cruzó los brazos y desvió la mirada.
—No es nada, Elijah. Solo estoy cansada.
—¿Cansada? —replicó él, sorprendido. —Pero si apenas hemos comenzado el día. ¿Te pasó algo?
—No, de verdad, no es nada —insistió ella, tratando de mantener la calma.
Elijah la observó detenidamente, intentando descifrar lo que realmente le pasaba.
—Sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? —dijo con suavidad. —Estoy aquí para ayudarte.
Solange suspiró, sintiendo la presión de su preocupación.
—Es solo que… a veces siento que no estás aquí, aunque estés presente.
Elijah se quedó en silencio por un momento, comprendiendo que había más en juego de lo que parecía.
—Lo siento, Solange. Prometo que intentaré estar más presente. ¿Podemos hablar de esto más tarde?
Ella asintió, aunque todavía con un cierto aire de descontento.
—Sí, más tarde está bien.
Solange todavía está decepcionada y molesta por haber visto a Elijah besándose con Zoé. El descubrimiento de su relación secreta ha sido abrumador para ella, ya que había comenzado a hacerse ilusiones sobre la posibilidad de un acercamiento más profundo con Elijah.
Durante semanas, había interpretado sus gestos y miradas como señales de interés, alimentando la esperanza de que su conexión podría transformarse en algo más significativo. Sin embargo, la realidad de su traición la ha dejado destrozada y llena de dudas sobre su propio criterio.
La confusión y el dolor que siente son intensos, y le resulta difícil procesar lo que ha sucedido. Mientras trata de gestionar sus emociones, se pregunta si podrá confiar en él de nuevo o si su relación está condenada a quedar marcada por esta traición.
*****
Empresas Hamilton.
En la empresa, Lucas se encontraba distraído y descontento, sumido en sus pensamientos y preocupaciones. La atmósfera laboral, que solía ser un refugio para él, ahora le resultaba opresiva. Su mente vagaba constantemente hacia su relación con Zoé, que estaba al borde de la ruptura.
Cada discusión y cada malentendido parecía acumularse como un peso sobre sus hombros, dejándolo cada vez más decaído. La incertidumbre sobre el futuro de su relación lo mantenía en un estado de ansiedad que no solo afectaba a su concentración en el trabajo, sino también a su bienestar emocional.
A medida que los días pasaban, la sensación de pérdida y desilusión se hacía más intensa y Lucas se preguntaba si habría algo que pudiera hacer para salvar lo que una vez había sido una conexión tan especial. Sin embargo, la realidad era que se sentía atrapado en un ciclo de tristeza y desánimo que le dificultaba encontrar la motivación necesaria para hacer frente a sus responsabilidades diarias.
—¡Lucas! Necesitamos hablar—exclama Grace, entrando rápidamente en la oficina.