Lucas, con un poco más de calma, comienza a sacar conclusiones sobre cómo llegó el correo electrónico a su ordenador y quién pudo haberlo enviado sin conocer su identidad. Llama rápidamente al jefe de tecnología para que averigüe la dirección IP de donde salió el correo misterioso que confirmó la traición de Elijah y Zoé.
Lucas, en voz baja y tensa, le dice:
—Camilo, necesito que me ayudes con algo. He recibido un correo electrónico anónimo que revela algo muy importante. No sé cómo llegó a mi ordenador, pero necesito que averigües la dirección IP del remitente. Hazlo con la máxima discreción, por favor.
—Claro, jefe. Lo entiendo. Deme un momento y lo llamo para darle los detalles.
Minutos más tarde, el jefe de tecnología llama a Lucas.
—Jefe, he encontrado la dirección IP del remitente del correo electrónico. Parece que proviene de un ordenador de la Universidad de Los Ángeles.
—¿De verdad? ¿Puedes decirme de qué ordenador se trata?
—La dirección IP coincide con la computadora del área de cómputos de la universidad.
—¿Cómo es posible? Linda no podría haberme enviado ese correo. Debe de ser una trampa —expone Lucas incrédulo.
—No lo sé, jefe. Pero es lo que indican los registros.
Preocupado, Lucas llama a su hija Linda para confrontarla por haber enviado el correo, sin saber que ella no tuvo nada que ver con ese asunto.
—Linda, necesito hablar contigo. He recibido un correo hace días que me tiene muy preocupado.
Lucas no le había revelado cómo se enteró de la relación secreta entre Zoé y Elijah, solo les dijo en qué situación se encontraba.
—¿De qué correo hablas, papá? —pregunta Linda con confusión.
—Es un mensaje que parece haber sido enviado desde una de las computadoras de la universidad. Habla de algo muy delicado y me hace dudar de tu responsabilidad.
—Papá, yo no envié ningún correo. Debe haber sido un error o algo más serio.
—Pero el mensaje proviene de la misma universidad donde estudias. Voy a decirte la verdad, hija. Me enteré de la relación secreta entre tu hermano y Zoé gracias a ese mensaje. ¿Cómo puedo estar seguro de que no fuiste tú?
—Te lo juro, no fui yo, papá. Debemos pensar con cabeza fría y castigar al verdadero culpable, que en este caso no soy yo—insiste en mostrar su inocencia.
—Tienes razón, Linda. Vamos a revisar eso. No quiero que piensen que estás involucrada en algo que no hiciste—advierte Lucas con mesura.
*****
Universidad de Los Ángeles.
Linda, que es muy lista, recuerda a Solange y va a enfrentarse a ella llena de rabia por lo que hizo. Piensa que ha llegado muy lejos al enviar la información del engaño de su hermano a su padre a través de un mensaje anónimo.
—Solange, ¿fue tu idea enviar ese mensaje a papá? ¿Cómo pudiste hacer algo así?
—Lo siento, Linda. Pero no podía seguir callada. Elijah está haciendo daño a mucha gente con su comportamiento. Algo tenía que hacer para detenerlo.
—No puedo creer que hayas traicionado a mi hermano de esta manera. ¿Cómo puedes estar tan segura de que él es el único culpable? Mira hasta dónde has llegado con tus celos, pudiste haber provocado una tragedia, Solange.
—Sé que no soy inocente en todo esto, pero Elijah es el que está rompiendo el corazón de Lucas y de todos. Algo tenía que hacer para detener este ciclo de mentiras.
—Entiendo que estés molesta, pero esta no es la manera de resolver las cosas.
—Tienes razón. Lo siento mucho, Linda. Prometo que no volveré a hacer algo así.
—¡Solange! No me vuelvas a dirigir la palabra. Lo que hiciste no tiene nombre.
—Lo siento, Linda. No me di cuenta de lo que estaba haciendo.
—¡No me importa! Tenías que haberlo hablado conmigo. Por eso, últimamente estabas actuando de manera extraña.
—Lo sé, y te pido disculpas. No volveré a hacerlo.
—No es suficiente con pedir disculpas. Has dañado nuestra relación y la confianza que teníamos.
—Entiendo que estés molesta, y te prometo que haré lo posible por ganarme tu confianza de nuevo.
—No sé si podré perdonarte por esto, Solange. Ha sido un golpe muy duro.
—Lo comprendo, y te pido disculpas una vez más. Haré lo que sea necesario para enmendar mi error y reconstruir nuestra relación.
Linda, visiblemente molesta, decidió ignorar las súplicas que resonaban a su alrededor. Con una expresión de menosprecio en su rostro, se dio la vuelta y se alejó, dejando atrás las palabras de Solange que intentaba convencerla. Su mente estaba llena de pensamientos contradictorios y la frustración la empujaba a alejarse aún más. Mientras se retiraba, el eco de las súplicas se desvanecía, pero su enfado seguía latente, como una tormenta a punto de estallar. Con cada paso que daba, sentía que la distancia no solo la separaba de quienes la rodeaban, sino también de sus propias emociones, sumergiéndola en un mar de confusión y descontento. Intuyó que Solange definitivamente ya no es la misma y que ahora no es de fiar.
*****
Mientras tanto, Grace y Zoé continúan su conversación a través de una videollamada.
—Gracias, Zoé. Veré cómo puedo hacer para ir pronto a ver a mi nieto.
—Mamá, siempre estaré aquí para ti. Ahora, más que nunca, debemos apoyarnos mutuamente.
—Tienes razón —dice, no obstante, con una sonrisa arrogante, apunta sin discreción. —Zoé, cariño, ¿te has mirado últimamente al espejo? Esa ropa... No es de marca, ¿verdad?
—Bueno, no todos necesitamos vestir de marca para sentirnos bien, mamá.
—Oh, lo sé, pero tú y yo sabemos que la primera impresión cuenta. Y, sinceramente, no te ves como la señora de la sociedad que alguna vez fuiste.
—La sociedad no define quién soy. Lo que importa es cómo me siento por dentro, no lo que llevo puesto.
—Eso suena muy bonito, pero en este mundo, la apariencia tiene su peso. Solo digo que podrías hacer un pequeño esfuerzo.