Los días pasaban más rápido de lo que Lucas hubiera querido. Se mantuvo firme en su postura y desheredó a Elijah de su fortuna. Sin embargo, el joven aún contaba con la herencia de su madre fallecida. Elijah, que nunca había sentido apego por lo material, poco le importaba reclamar esa fortuna junto a su hermana Linda.
Por otra parte, Linda hablaba muy seriamente con su tía Emma sobre la situación.
—No puedo creer lo que Zoé y Elijah le hicieron a nuestra familia; mantuvieron su relación en secreto y hasta tuvieron un hijo—decía Linda con voz tensa. —Eso fue un error y han llegado demasiado lejos. Pero Elijah es mi hermano y no me parece justo que siga viviendo una vida sin las comodidades que siempre tuvo por ser el hijo de un poderoso magnate.
Emma la miró con preocupación:
—Entiendo tu frustración, Linda, pero ¿realmente crees que forzar a Elijah a reclamar lo que le corresponde solucionará algo? La vida no siempre se trata de dinero.
—Tal vez no, tía —respondió Linda. —Pero él merece tener una vida digna. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras él sufre por las decisiones de otros.
Linda respiró hondo, invadida por la emoción:
—Tía Emma, a veces me olvido de lo que realmente está en juego aquí. Joshua... él no tiene la culpa de los errores de Elijah y Zoé. Es solo un niño, inocente en medio de toda esta incertidumbre y descontrol.
Emma asintió con una mirada suave y comprensiva:
—Tienes razón, Linda. Joshua merece crecer en un ambiente seguro y amoroso, lejos de las disputas de los adultos.
—Me duele pensar en lo que podría enfrentar si no hacemos algo —continuó Linda, con la voz entrecortada. —No quiero que su vida se vea afectada por las decisiones que tomaron otros. Él no debería cargar con ese peso.
—Es un desafío, sin duda —dijo Emma, acariciando el brazo de Linda. —Pero recuerda que también podemos ser una fuente de apoyo para él. A veces, lo que más necesita un niño es amor y estabilidad, no solo recursos materiales.
Linda asintió, con una mezcla de tristeza y determinación en su voz:
—Tienes razón, tía. Debemos asegurarnos de que Joshua se sienta amado y protegido. Tal vez, en lugar de forzar a Elijah a reclamar su herencia, deberíamos centrarnos en construir un futuro mejor para él y su hijo.
—Eso suena como un buen plan —respondió Emma, sonriendo. —Juntos podemos ayudar a Joshua a encontrar su camino, sin importar lo que pase con Elijah y Zoé.
Linda sonrió, sintiendo que, a pesar de la tormenta que se avecinaba, había esperanza en su familia. Miró a su tía con una mezcla de determinación y preocupación.
—Tía, siento que necesito acercarme de nuevo a Elijah. A pesar de todo lo que ha pasado, lo amo con todo mi corazón. Pero tengo miedo de que papá lo vea como una traición, especialmente después de lo que él y Zoé le hicieron.
Emma la miró con comprensión:
—Linda, entiendo tu dilema. El amor que sientes por Elijah es real, pero también es importante tener en cuenta cómo se siente tu padre. ¿Has pensado en cómo podrías abordar esta situación?
—Sí, he pensado en eso— respondió Linda, suspirando. —Quiero hablar con Elijah, aclarar las cosas y ver si podemos reconstruir nuestra relación de hermanos. Pero no sé cómo hacerlo sin que papá se entere o se sienta herido.
—Quizás podrías hablar primero con tu padre—sugirió Emma. —Podrías explicarle tus sentimientos y que no estás tratando de traicionarlo, sino de sanar una parte de tu vida que es importante para ti.
—Eso podría funcionar—dijo Linda, sintiéndose un poco más aliviada. —Pero tengo miedo de su reacción. No quiero que esto cause más divisiones en la familia.
—Es un riesgo, pero a veces es necesario arriesgarse por lo que realmente queremos—respondió Emma con una sonrisa alentadora. —Recuerda que el amor y la familia son complicados, pero siempre vale la pena luchar por lo que sientes.
Linda asintió, sintiendo que, a pesar de sus miedos, había un camino por recorrer.
—Gracias, tía. Hablaré con papá y luego con Elijah. Necesito hacer esto por mí y por Joshua.
*****
Portland.
En un moderno café de Portland, Zoé y su amiga Emily se sentaban cómodamente a conversar. Emily, es la abogada a cargo del divorcio de Zoé con Lucas, tenía una impactante noticia que compartir.
—Zoé, tengo que decirte algo —comenzó Emily, con un tono serio. —Lucas ha decidido viajar personalmente a Portland para firmar los papeles del divorcio.
Zoé la miró desconcertada.
—¿Qué? ¿Por qué haría eso? —preguntó, sintiendo una mezcla de sorpresa y ansiedad.
—No lo sé, pero parece que quiere cerrar este capítulo de su vida de una vez por todas —respondió Emily, tratando de mantener la calma.
—Esto es... inesperado. No sé si estoy lista para verlo —dijo Zoé, jugando nerviosamente con su taza de café.
—Entiendo que sea difícil, pero es importante que estés preparada. ¿Cómo te sientes al respecto? —preguntó Emily, apoyando su mano sobre la de Zoé.
—Siento que todo esto está sucediendo demasiado rápido. Aún tengo muchas preguntas —admitió Zoé, con un nudo en el estómago.
—Es normal sentirse así. Pero recuerda: este es un paso hacia tu nueva vida. Tómate tu tiempo y piensa en lo que realmente quieres —aconsejó Emily con una sonrisa alentadora.
Zoé respiró hondo e intentó encontrar claridad en medio de la confusión. Siente una extraña sensación que la paraliza y la saca de su centro. No quiere toparse nuevamente con Lucas por temor a su reacción, intuye que todavía está severamente lastimado por el engaño del que fue víctima. Piensa que aún los odia a ella y a Elija con toda su alma. El nerviosismo se apodera de ella.
—¿Y si Lucas hace algo en contra de Elijah y de mí? —preguntó Zoé, con la voz temblándole ligeramente.
—No puedes quedarte atrapada en el miedo, Zoé. Tienes que enfrentar esto —respondió Emily, tratando de infundirle valor.