Me toma de la mano y me guía hasta un lugar más aparado para poder conversar con más privacidad. Mientras me va guiando lo detallo por la espalda y por dios si que es guapo si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias de seguro que me fijo en el…. madre mía pero que estoy penando.
-Te tengo una propuesta –habla cuando estamos apartados de la gente.
-Te escucho –le respondo.
-Ya que en estos dos meses tenemos que conocernos mejor –comienza diciendo –Y sé que tú no te quieres casar ni yo tampoco lo mejor para los dos es estar del mismo lado, podemos fingir que somos novios y les acemos creer que peleamos mucho y no nos llevamos bien y con suerte cancelan la boda ¿Qué te parece?
-No está mal tu plan –le digo –Pero quisiera poner ciertos límites.
-Me parece justo –me responde –Te parece si cenamos hoy para terminar de planear todo.
-Está bien –le digo.
-Paso por ti a las 8 –me dice –Se puntual princesita.
Y con eso termina nuestra conversación y él se va para el aula. Yo me quedo pensando y llego a la conclusión que con el de mi lado tengo más posibilidades. Me encamino hacia el aula ya que está por comenzar el turno de clase. El día transcurre normal un turno de clase tras otro y cuando ya es hora de irse salgo con Sami a esperar a que lleguen a recogernos.
-Vamos a salir por fin o tienes planes con tu novio falso –me dice ella y ya no me acordaba que habíamos quedado para salir.
-Lo siento amiga, pero no puedo salir contigo, voy a ir a cenar con Dylan –le digo apenada.
-Tienes que contarme todo –me dice mi amiga, pero vemos que llega su madre a recogerla y no me da tiempo a contarle la conversación.
-Te juro que mañana te cuento todo –le digo en lo que ella se sube al carro y se va.
Yo me quedo allí parada en la acera esperando a Max. En eso veo el carro de Dylan parquearse frente a mí.
-Parece que tenemos nuevo chofer –te avías demorado mucho cierto.
-Hola princesita se perdió tu chofer –me dice.
-Que te den imbécil –le respondo algo molesta.
-Esa boquita, no te enseñaron que las niñas no hablan así –me habla en un tono burlón.
-Y a ti no te enseñaron que lo que está quieto se deja quieto –le respondo.
-Sube que te llevo a tu casa –me dice él.
-Gracias por tanta amabilidad, pero Max debe estar por llegar –le digo, se le está haciendo costumbre llevarme para la casa.
-Tu chofer no va a llegar, no te aviso tu padre –me hace saber y enseguida reviso mi móvil viendo que tengo varias llamadas perdidas de mi padre –El anda con tu padre en asuntos de negocios –me informa que manía de no decirme nada tienen mis padres –Tienes dos opciones o te vas conmigo o llamas un taxi.
-Está bien me voy contigo –le digo –Pero si me molestas no respondo de mí.
Me subo al asiento de copiloto y me pongo el cinturón de seguridad.
-Listo hora de escoltar a la princesa a su castillo –me dice en tono de burla.
-Vas a empezar –le digo.
-Vale ya me rindo –dice y se ríe.
El resto del camino lo pasamos en silencio hasta que veo que para frente a mi casa. Abro la puerta para bajarme y oigo que dice:
-No me vas a dar un beso de despedida –lo aniquilo con la mirada –Tranquila fiera –se ríe –Paso por ti a las 8.
Asiento con la cabeza y me bajo para entrar a la casa. Voy directo a mi cuatro, me pongo a hacer as tareas y después a ver una película hasta que son las 6:30 y me empiezo a arreglar para la cena. Me visto con un vestido negro con escote discreto, con la espalda descubierta y unas cadenas adornando esta zona, el pelo me lo recojo en un moño, un par de tacones altos y maquillaje sencillo. Ya lista bajo ya que son las 7:50 y Dylan debe estar por llegar.
Cuando estoy llegando al final de la escalera veo a mis padres sentados en la sala.
-Buenas noches padres –saludo.
-Buenas noches –dice mi padre y sigue en lo que estaba haciendo.
-Buenas noches –me saluda mi madre –¿A dónde vas a esta hora y así vestida?
-Dylan me invito a cenar, ya debe estar por llegar a recogerme –le respondo.
-Qué bueno que se están llevando bien –me dice con una sonrisa en su rostro.
Oigo el pito de un carro y sé que es él. Cuando sierro la puerta y me doy la vuelta lo veo recostado a su carro.
Que empiece el juego