Enamorado de la embarazada de Crossville - Libro (1) -

Capítulo 5

Segunda Parte

STEVEN LUCAS 

Odiaba a regresar al pueblo.

Odiaba volver y sentirse como que estaba retrocediendo.

Las luces seguían igual de amarillas. Las calles igual de estrechas. Las casas del mismo color a excepción de las nuevas construccilnes que imaginaba eran obra de la empresa a la que iba a trabajar. 

Él había vuelto por petición de sus padres por sobre todo, porque estaban enfermos porque necesitaban su ayuda. Sin embargo eso no evitaba que estuviera nervioso mientras se bajaba del avión y tomaba el taxi con dirección a la casa que lo vio crecer. 

Hacía su familia. 

Familia. 

Esa palabra se sentía extraña ahora. 

Él se había marchado del pueblo hacía más de  dos década, por no decir más de dos. Sus padres no habían tenido comida suficiente para mantenerlo, ni tampoco para enviarlo a la secundaria, mucho menos para pagarle universidad. La unica alternativa que encontraron fue enviarlo donde un tío para que esté lo ayudara.

Un tio lejano que ni siquiera estaba emparentado con ellos, sino que era el mejor amigo de su padre mientras estos estaban en el servicio militar.

Pero las cosas habían cambiado y como su padre recordaba a su amigo dictaba mucho de lo que era este cuando Steven llegó. 

Lamentablemente a Steven Lucas  le tocó aprenderlo de la mala manera. La brusquedad, la fuerza, la firmeza con lo que este hombre hablaba, la forma en la que se refería a él como si fuese una basura, como si fuese una escoria y por más dinero que le diera, por más lujos que tuviera; porque en eso sí, Steven Lucas no podía ser un mentiroso, el hombre le había dado absolutamente todo, sin embargo a medida que los años pasaban la felicidad de Steven, la alegría en sus ojos se iba apagando cada día más.

 Su tío pudo haberle dado todo, pero nunca lo más importante. A Trent Williams le faltaba algo importante. Lo único que su tío no podía darle era amor. Un hogar con amor. 

No tuvo eso. No hubo amo en su vida. 

Su tío quedó viudo muy joven y no tuvo hijos. 

Su padre, quizá ahora Steven poniéndose en su lugar, talvez pensó que su tío sería un buen padre para él.

Más lejos no pudo estar. 

Él regresó, el regresó porque el muy desgraciado entendía que él debía de encargarse de esa empresa,  esa que su tío le había comprado a un tal Prietto.

Esa que ahora sería parte de su herencia. El loco de Trent Williams no tenía a quien más dejarle su fortuna. 

Y el solo le daba asco saber que después de ehaberle tratado tan mal, el iba a heredar esa mierda. 

Se sentía como una jodida puta. 

Utilizada. 

Lo que le molestaba no era el hecho de sentirse utilizado y aún más que utilizado, un objeto que su tío podría emplear a su antojo. 

Él había salido de esa ciudad. El conocía absolutamente todo y una vez que había probado el fruto prohibido, el sabor de la de seducción de la gran ciudad, ya no estaba dispuesto a quedarse estancado en aquel pueblucho. Un pueblo condenado a la muerte desde hacia décadas. CrossVille, un pueblo que no tenía ganas de crecer, que seguían haciendo actividades que iban de generación en generación estaban desprovistas de elegancia. 

Recordaba que de niño disfrutaba de aquellas cosas, disfrutaba de las creencias en los ancestros, disfrutaba de pensar que todo el esfuerzo por mojar los escenarios, bailes, disfrqces, etc, de cada marzo  de  los habitantes del pueblo era porque en verdad tenía un propósito mantener esas costumbres con vida.

Sin embargo ahora se daba cuenta, con e pasar del  tiempo, que había estado perdiendo su vida.  Él no deseaba ser uno mas. 

No nació para ser uno en un montón. El no vino al mundo para aglomerarse tan solo porque veía un tumulto. 

Nació para ser grande y eso su madre siempre que tenía la oportunidad se lo recordaba. 

A lo largo de los meses transcurridos a su llegada a Manhattan, luego de llorar y patalear durante todo el vuelo, gritándole a Trent que era un desgraciado por alejarlo de su familia, lo que más sufrió fue que hablaba muy pocas veces con su madre. 

Con las escasas llamadas mensuales que su tío le permitía recibir, como parte del acuerdo entre sus padres y él. Según el desgraciado que lo ayudó a crecer y educó en las mejores escuelas, con profesores iban a darle clases de matemáticas contabilidad a la mansión de su tío sábados y los domingos porque según el, no había descanso posible. Trent Williams siempre especificó: " No te ates a quienes no pudieron darte comida" 

Recordaba la perfección las últimas palabra de su madre cuando se lo entregaron: "serás grande aquí en este pueblo o en dónde vayas. Naciste para ser extraordinario"

Y él aunque con el pasar de las semanas se dio cuenta que no iba a regresar a su hogar, que no iba a volver otra vez ,  asimismo con el trascurrir de los meses se dio cuenta qué sus padres solo buscaban lo que era mejor para el su padre. 

Y ahora le tocaba a él, sacrificarse para darle lo mejor a ellos. 



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En el texto hay: traicion, jefe, amor

Editado: 25.10.2022

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