Capítulo 1

Esmeralda: toda mi vida he vivido con el rechazo de mis padres por haber nacido fea. Además, yo no tengo la culpa, por esa razón no me gusta verme reflejada en el espejo. El amor es un sueño imposible para mí, Sebastián no sabe que existo a pesar de que vamos en el mismo salón de clases. Siempre he visto como es feliz desde lejos, pero será mejor que baje a desayunar.

Ella toma su mochila y sale de su recámara para poder bajar las escaleras y dirigirse directamente a la cocina a prepararse un sándwich de jamón. Esmeralda no quería que su madre se molestara con ella, así que seguía la misma rutina de siempre. Ella se hace su sándwich y tiempo después termina, había llegado la hora de asistir a su primer día de clases. Ella sale de su casa y espera a que pase el autobús escolar y así lo hace

En la escuela

Fernando: seguramente tu novia no tardara en pasar por la puerta. Ahora entiendo porque estamos aquí, quieres ser el primero que vea antes de que entremos al salón de clases.

Sebastián: tienes razón. Además, llego el momento que había esperado por muchos años por eso la cuide desde lejos y no deje que nadie se acercara a ella.

Fernando: nunca me imaginé verte celoso. Sera mejor que se lo digas, porque no te gustara ver que ella muestre interés en alguien más que no seas tú, acuérdate de que es otro año más y todo puede pasar.

Sebastián: tengo pensado hablar con ella en la hora del receso. Esta vez ella será mía, así que tendrás que acostumbrarte a verme siempre a su lado.

Fernando: hablas como si ella sintiera lo mismo que tú. Pero el amor verdadero lo tuviste enfrente de ti, pero en verdad espero que no sea tarde.

El guarda silencio cuando la ve entrar por la puerta y su corazón se empieza acelerar. Ella cuando lo vio se puso nerviosa y siguió su camino hasta llegar a su salón. Ellos también entrar cuando de repente escuchan el timbre y el tiempo siguió su curso hasta que al fin llegó la hora del receso

Esmeralda: tengo que esperar a que salgan todos mis compañeros para estar un momento aquí para después ir a la cafetería a comer mi almuerzo.

Él sabía que este era el momento de acercarse a su Esmeralda. Sebastián lo hace ya que necesitaba hablar con ella y no podía evitar sorprenderse al verlo de repente.

Sebastián: mi Esmeralda, al fin estamos solos. Eso significa que puedo hablar contigo todo este tiempo y no quiero que huyas de mí nunca.

Esmeralda: no entiendo de qué quieres hablar conmigo, Sebastián. Además, tú y yo no somos nada para que te escuche, será mejor que me vaya a la cafetería.

Sebastián: solo te pido un poco de tu tiempo y que me escuches, por favor. Necesito expresar mis sentimientos por ti, que ya no puedo seguir callando.

Esmeralda: no puedes hablar en serio, yo nunca he inspirado nada en ningún chico y mucho menos amor. Sabes perfectamente la razón y eso se ve a simple vista, pero te escuchare y después me iré.

Ella no sabía que esperar de Sebastián, estaba segura de querer escucharlo. Aunque fuera una vez en la vida, porque este momento ya no se repetiría.