Capítulo 10

Sebastián: eso no se me ha olvidado todavía. Solo que no veo nada de malo que exprese mis sentimientos, porque eso es lo que me dice el corazón.

Ellos se levantan de su asiento y Sebastián la toma de la mano para poder dirigirse a su destino. El besa la mano de su novia y la suelta cuando llegan. Ellos toman asiento y la maestra empieza a dar sus clases, así el tiempo siguió su curso hasta que dieron el timbre de la hora de la salida.

Fernando: hace unos momentos te veía algo impaciente, nada más sonó el timbre y cambiaste. Pero antes de que te vayas tengo que decirte que todo saldrá bien.

Sebastián: muchas gracias, amigo. No entiendo como tuve demasiado paciente para esperar y no irme con ella en la hora del receso.

Fernando: ella desde que dieron el timbre no ha dejado de verte y sobre todo de sonreír. Además, tienes una linda novia que debes de cuidar.

Sebastián: siempre la he cuidado. Ella es lo más preciado que tengo y por mi Esmeralda estoy dispuesto a todo para que me ame más que antes y mañana te presento con ella.

Él se despide de su amigo y cuando Esmeralda ve que se está acercando a ella se levanta de su asiento, solo que estaba a punto de tomar su mochila y Sebastián lo hace por su novia.

Esmeralda: no es necesario que me ayudas a llevar mi mochila. No insistiré para que me la des, seguramente esto lo haces por ser un caballero conmigo.

Sebastián: algunas veces quisiera ser un príncipe para ti, mi Esmeralda. Nada más que recuerdo que vamos a tener nuestra propia historia de amor donde serás mi princesa.

Esmeralda: recuerda que ninguna princesa es fea, porque todas son bellas. Definitivamente no tendré belleza exterior, pero si interior y esa es la que verdaderamente cuenta.

Sebastián: en ese sentido coincido contigo. El amor que siento por ti es único, la belleza se marchita como las flores y la belleza del alma es lo que queda. Precisamente me enamore de ti, que eres una persona maravillosa que quiero amar, si me pides que me aleje de ti jamás lo hare, porque mi amor nunca morirá y la muestra de esto es que vivió todos estos años con la esperanza de que algún día íbamos a estar juntos y ahora lo estamos.

Esmeralda: tienes razón. El amor que sentimos jamás morirá, mi corazón siempre me decía que tenía que seguir esperando y que alguien especial iba a llegar amarme.

Sebastián: ese alguien siempre seré yo. Nada más que no es necesario que sigas esperando, porque tu verdadero amor lo tienes en frente de ti.

Ella sonríe ante lo que acaba de decirle, ellos salen de su salón de clases y tiempo después llegan al estacionamiento donde Sebastián la ayuda a subir al auto para después hacerlo el también y de esta manera se dirigen a su destino.

Esmeralda: ahora que estamos en camino. Estoy lista para que me des mi obsequio, seguramente debe de ser algo lindo, ya que será mi primer obsequio.

Sebastián: compre esto y era la única forma de nunca olvidar tu nombre. Solamente que en las vacaciones se me vino la idea de regalártelo después de que entramos a clases, pero no sabía cómo estar cerca de ti.