Esmeralda: tenías que ser precisamente tú el que diera el primer paso. Ahora nos faltaría tiempo para compensar todo lo que hemos perdido durante estos años.
Sebastián: no puedo pedirte que cierres tus ojos. Porque estoy conduciendo y solo espera unos segundos para que los tenga en tus manos.
Él saca de su pantalón una pequeña cajita y se lo da. Ella lo empieza abrir con mucho cuidado y cuando lo hace se da cuenta de que es un brazalete de Esmeraldas.
Esmeralda: ahora entiendo cuando me dijiste que esta era la única manera de que no olvidarías mi nombre. Este regalo es un recordatorio de tu amor.
Sebastián: exactamente, mi Esmeralda. Me gusta que lo hayas entendido como yo lo veo y quería darte algo que significara algo para nosotros.
Esmeralda: la pulsera es demasiado hermosa. Seguramente te costó cara y no quiero que gastes dinero en mí, porque siempre me han gustado las cosas sencillas.
Sebastián: eres mi novia y por supuesto que nunca me mediré en gastos. Además, te mereces todo esto y así que nada te impide aceptar lo que te regale.
Ellos tiempo después llegan y él saca el brazalete de la cajita para posteriormente ponérselo en su mano. El cuándo termina de hacerlo le besa la palma de su mano y el sale del auto para ayudarla a bajar, Sebastián la toma del brazo y entran a un restaurante, el mesero los lleva hasta su mesa y ellos toman asiento.
Esmeralda: jamás pensé que me traerías a un restaurante. Nada más que me siento fuera de lugar porque tengo puesto el uniforme de la escuela.
Sebastián: no te preocupes por eso. Recuerda que yo también tengo el uniforme y te traje a este restaurante por la simple razón que le pertenece a mi familia, solamente que me pareció el lugar más ideal para pedirte que seas mi novia.
Esmeralda: nunca pensé que tu familia fuera tan importante. Seguramente tus padres deben de estar orgullosos de ti, además en todos estos años nunca lo he visto.
Sebastián: mis padres son personas demasiado ocupadas en sus negocios. Ellos siempre tienen tiempo para mí, pero eso me recuerda que necesito presentarte con ellos como mi novia.
Esmeralda: será mejor que esperemos. Porque siento que todavía no es el momento para que lo hagas y parece que olvidaste que el día de ayer me confesaste tus sentimientos y esto sería algo precipitado.
Sebastián: lo que pasa es que yo no necesito perder más el tiempo. Este fin de semana te presentare con ellos y estarán encantados de conocerte.
Él sonríe antes sus palabras, Sebastián sabía perfectamente lo que decía. Ella se le queda viendo y se imaginaba como le iba a pedir que fuera su novia. Ellos piden su comida al mesero y a los pocos minutos ya estaba servido en la mesa para posteriormente empezar a comer y tiempo después terminan.
Esmeralda: ahora sí llego el momento que había esperado desde ayer. Solamente te pido que hagas lo que te dicte tu corazón, por favor.