Enamorando A La Bruja

Capítulo 3

— ¡No, Celeste! —Fue lo primero que gritó Azul al ver la prenda de ropa que puse sobre su cama.

Era un vestido rojo que se ajusta en todo el cuerpo.

Sabía que se iba a negar, pero quería molestarla, porque… ¡Vamos! ¡Es muy gracioso ver su cara de espanto!

—Me niego rotundamente a usar eso—Solté una carcajada y saqué otro vestido color salmón bastante sencillo, tiene escote corazón y falda acampanada que llega encima de las rodillas.

—Este estará mejor—Se lo extendí mientras yo buscaba que ponerme.

Me decidí por un vestido gris que se ajusta a mis curvas, me llega unos seis dedos encima de las rodillas.

Coloqué mi chaqueta de cuero negra y mis botas de tacón negras, até los cordones de mis botas y me hice un maquillaje simple.

—Están divinas—Halagó Osaires.

—Vayamos de una vez por todas—Azul soltó una queja.

—Te vas a divertir—Ella rodó los ojos con indiferencia—Los veo luego—Me despedí de Osaires y Lenny.

Caminamos fuera del edificio y recibí un mensaje de Alison que decía que nos esperaba allá.

Tomamos un taxi lo cual fue una experiencia extraña para Azul al notar que el taxista nos miraba con cara de violador por el retrovisor.

Le pagué y bajamos del auto con quejas de parte de mi hermana menor.

            —Eso fue asqueroso, no tenía pudor alguno—Reboleó los ojos.

—Bienvenida al mundo de los humanos.

Escuchaba la música incluso antes de entrar al lugar, vi a Alison que me hacía señas en la entrada junto a otras chicas.

—Por favor, Azul…Diviértete—Le supliqué con la mirada.

Tuvimos una pequeña guerra de miradas hasta que accedió.

Caminamos hacia las chicas y nos invitaron a pasar, fuimos a la barra después de que Alison nos pusiera al día sobre los chicos lindos que había visto desde que llegó.

Alison escogió por nosotras y se lo entregué a Azul a lo que ella sonrió sorprendiéndome.

—Por lo menos no me emborrachare con esto—Sonrió.

Sentí que eso fue un reto para mi, no podre evitarlo, hechicé mi bebida dándole un poco de diversión y cuando se distrajo las cambié.

A las brujas las bebidas alcohólicas con las que los humanos se embriagan no hacen el mismo efecto, siempre hay que ponerle uno que otro hechizo si quieres despejarte algunas horas y a mi hermana parece funcionarle cuando va por la segunda bebida riendo con unas chicas.

Realizo el mismo hechizo al igual que en el mío.

Fui a bailar con Alison y sus amigas mientras el efecto del hechizo inundaba en mi cuerpo.

— ¡Azul! ¡Iré a tomar algo de aire! —Ella solo asintió riendo.

Salí del lugar y me senté en la entrada, habían momentos en las que el ruido me atosigaba y tenía que salir lejos de ahí, este era uno de esos momentos.

— ¿Cigarro? —Se sienta un chico de cabello castaño y ojos mieles a mi lado.

Asentí, él extendió la cajita y el encendedor, los tomé y encendí uno.

— ¿Todo está bien? —Me pregunta mirándome.

—En perfecto estado—Devuelvo sus pertenencias sin mirarlo para no asustarlo con mi intimidante mirada.

— ¿Por qué será que no te creo nada? —Rodé los ojos.

Odio a la gente entrometida y de esas hay muchas.

— ¿Por qué será que me vale mierda lo que creas? —No lo evité mas y miré sus ojos los cuales no se sorprendieron, solo detallaba mi rostro con detenimiento.

Su sonrisa se volvió evidente.

— ¿Tu nombre?

¿En serio cree que le diré mi nombre a un completo desconocido que me ofrece cigarrillos?

—No es tu problema.

— ¿Siempre estás a la defensiva?

Me encogí de hombros, la verdad es que si, muy pocas veces no estoy preparada para responder de manera despectiva, es como un mecanismo de defensa.

—Puede que si.

—Soy Gabriel—Asentí sin darle importancia.



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En el texto hay: brujas, fantasia, amor

Editado: 24.10.2018

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