Todo está dispuesto para el gran día; las flores, los invitados, las cámaras, la inquieta de mi hermana dando gritos... ¡Las cámaras! No hay suficientes para sacar fotos de nosotros dos. No sabía que el evento sería tan privado. Los únicos flashes son de nuestro canal. Sólo las personas afiladas a nuestro canal tendrán acceso a imágenes dentro del conglomerado D. S. Por otro lado es una gran treta publicitaria; nuestros suscriptores han subido exponencialmente. Una gran idea de la brillante mentecita de Meg.
Meagan es la imagen de las mujeres decididas y emprendedoras del presente: Se hizo cargo del negocio familiar tan pronto salió de la Universidad, con una capacidad y determinación impresionantes que termino porque mamá se semi-jubilase. Semi, porque en ocasiones vuelve a la cabeza de Estudios D. S.
Meg con su vestido índigo de muerte en ese cuerpazo parece fría e inalcanzable; pero su cubo de hielo en realidad es uno de gelatina que tiembla constantemente en su interior. Lo que la hace impredecible.
¡Qué delicia!
Me alejo de la mesa de aperitivos vegano-vegetariana bien surtida por Vacas, por supuesto.
— Mamá, ¿Exactamente cuándo aparecerá Robbie?
— ¿Robbie?— limpia sus dedos con una sonrisita—. Él no viene, mi linda.
Un momento...
— ¿Qué? Mamá, Meg me dijo... una mentira— la ubico en los ascensores que llevan a las oficinas presidenciales—. Me va a oír.
— Eve, no hagas un escándalo, por favor.
Es inconcebible que me haga esto.
Mis rayos oculares debieron dar en el blanco, porque voltea a verme y no tarda mucho en comprender la situación. Presiona el botón tantas veces que pudo hacerlo averiado; llego justo a tiempo para evitar el cierre de las puertas.
Suena su garganta y arregla su elaborado moño.
— ¿Qué haces aquí?
Doy un paso al frente.
— Robbie Hart.
— Ha de estar por llegar.
No me mira directo a los ojos.
Atravieso mi brazo al momento que intenta escabullirse.
— Nos están mirando.
Muevo mis ojos al rabillo viendo a dos oficinistas.
— Presiona el botón de stop.
— ¡No...! Ustedes trabajan para mí.
— La segunda en la línea para manejar todo esto soy yo. Y mi hermana no saldrá de aquí con vida; si quieren seguir recibiendo sus salarios... ¡Detengan el ascensor ya!
Meg expresa un desesperado «no» mudo con sus ojos y rostro. Pero el ascensor se detiene.
— Lo sentimos, pero ahora ella da más miedo que usted— dice el chico.
— Será mejor que hables.
Suspira sin más remedio.
— Te lo dije desde ayer, él no quiere dar la cara a la prensa o al público. Sólo nos dio su nombre e intelectualidad. Lo que no es poco.
— ¡Lo sé, Robbie es tan talento! Uh-mmm... Ese no es el tema aquí.
— Perdón por mentirte pero si te decía la verdad no me ibas a dejar en paz y tenía un evento que coordinar.
— Y sin embargo aquí estamos.
— Tiene razón.
— ¡Casey! Además, ya está todo presto— sonríe triunfal.
— No cantes victoria tan pronto; aún tienes que dar la presentación y dar inicio a la ceremonia.
— No boicotearías nuestra propia presentación por un berrinche...
Un silencioso desafío de miradas se alza entre las dos.
— No...— deja salir el aire aliviada— porque mamá se encargaría de todo a la perfección. En cambio tú no podrás ver todo a través de estas paredes de cristal sin querer inmiscuirte.
Mira hacia abajo; mordiendo su labio por dentro.
— Eres... ¡Bien! ¿Qué quieres que haga?
— Ohhhh. La señorita Evelei es de armas tomar.
Meg los manda callar con una mirada.
— Quiero que lo llames y hagas que venga.
— Será imposib... ¡Bien!
Saca su teléfono y le llama. Después del tercer intento, se da por vencida.
— Te lo dije.
— Nooo... Tiene que haber otra forma— cuelgo mis hombros cabezcaída.
— Ya hice mi parte del trato— pone al ascensor en movimiento.
No puede ser. Perdí todo mi esfuerzo en verme aún más fenomenal... Siempre lo puedo ver mañana en la Universidad, pero hoy sería diferente, hoy sería como el Robbie que recuerdo.
— ¿Sí? — habla al manoslibres en su oreja. Antes que la pantalla del móvil se apague, atisbo a ver un «Rob». No creo sea Robert de contaduría o Robertson de recepción— Aguarda, aguarda, ¿Cómo? ¿Estás seguro?— silencio— Te devuelvo la llamada.
Cuelga.
— ¿Qué pasa?
Salen del ascensor.
— Eve..., tengo que resolver un asunto— mete los dedos en su cabello estresada. Pulsa el botón de bajar.
— Pe... ¡Aysh!
Me recuesto en las puertas cerradas. En estos momentos necesito una piedra para patear. Las puertas se abren y apenas puedo mantener el equilibrio. Salgo a trompicones...
— Wow, wow... Con cuidado, no querrás arruinar esos lindos bebés.
— ¡Tana!
— ¡Hey! Mar me dijo que estabas aquí. Aunque esperaba subir y encontrar una batalla.
— Ay, no me hables de eso...
— Oki— se pone en guardia— Eve, ¿me acompañas a sacarme fotos con los famosos? Sería embarazoso que me rechazaran, en cambio, si voy con la jefa...
Río.
— Vamos. Te ves muy magnifique para que no te saques fotos.
— ¡Lo sé! Seguí todos tus consejos. Oye, tienes que prestarme esos bebés.
No sé porqué Soch se queja tanto de Tana si es un amor.
— Lo pensaré.
(...)
Tana está modo fangirl con los chicos de Art-Dragons. Yo...Bueno, feliz de ver como ella sí puede convivir con sus ídolos. Ellos son los ídolos del momento, una sensación mundial que Estudios D. S. saco de sus entrañas. Son nuestro mayor orgullo. También tenemos muchas más bandas y solistas que la están dando, aunque AD son los que ahora están en la cima mundial.