Encerrada

Capítulo 4

Cerca de las 2:45 am Nova logró conciliar el sueño.

Está envuelta en sus sábanas, vestida con esa misma bata de baño, el cabello extremadamente húmedo sobre su almohada empapándola de agua por completo.

Parecía tranquila, parecía estar en paz. Como si tuviera un buen sueño o nada en absoluto. Hace años que no se veía así.

Sin embargo, esa expresión de relajación en su rostro no duró mucho. Enseguida empezó a fruncir el ceño y a mover sus manos como si tratara de alcanzar algo, parecía estar persiguiendo a alguien.

En su sueño, Nova estaba sentada en un parque, viendo a la gente pasar, correr, divertirse. Veía familias sonriendo. Niños por todos lados corriendo junto a sus padres, comiendo helado, charlando, riéndose. Una familia feliz.

Parejas de enamorados tomándose las manos, posando sus labios sobre los de su amante, también riendo mucho, abrazándose cariñosamente, se veía bonito.

El aire corría, literalmente, lo sentía por cada extremidad de su cuerpo, como si este la abrazara. El día es normal, ni tan sombrío, ni tan soleado. Los pajaritos cantaban posados en las ramas de los árboles, sus hojas caían con una suavidad que le generaba paz visual.

Nova se sentía bien, algo cansada sin saber la razón. De pronto todo parecía más triste. Las familias comenzaron a irse, específicamente las personas que parecían los padres, se iban por caminos separados, dejando a los niños en el medio, llorando sin cesar.

Esto alteró a Nova, que veía la escena sin saber qué hacer. Por otro lado, las parejas empezaban a pelear, agresivamente, hasta también irse por caminos contrarios. Los pájaros dejaron de cantar y todas las hojas de los árboles habían caído por completo ya.

El sol comenzó a jugar y se escondió dejando pasar la luna.

Era de noche y todo estaba en silencio. Unos pasos comenzaron a escucharse por detrás de ella. Giró la cabeza, pero no había nadie. Volvió a girarla y se encontró con una figura delante de ella. Era un hombre, al que apenas podía distinguirle la cara. Le tocó el hombro, se acercó poco a poco y susurrando le dijo:

  • Yo soy esa persona que tanto buscas.

Esa persona comenzó a reír frenéticamente, tanto que a Nova le molestó y trató de empujarlo, pero este ni se inmutó.

Él se alejó con lentitud y sacó un arma. A punto directamente hacia el pecho de Nova. Ella estaba asustada, su pecho subía y bajaba de forma abismal.

De inmediato escuchó ese sonido seco.

¡PUM!

Nova cerró fuertemente sus párpados y se protegió con sus manos. Luego pensó:

  • Ese disparo tuvo que haberme matado de hecho, pero ¿por qué no duele? ¿Así se siente la muerte?

Abrió los ojos lentamente, y vio que ya no se encontraba en el parque. Estaba en una habitación, de paredes completamente blancas y una puerta roja en una de ellas.

Nova se acercó a la puerta y trató de abrirla tomando la manija, pero estaba cerrada con seguro.

Estaba encerrada allí, se dejó caer sobre la pared más cercana hasta llegar al suelo, dobló sus piernas y puso su mentón sobre sus rodillas, pensando en qué hacer y esperando, aunque sin mucha esperanza, que alguien abriera esa puerta.

Al pasar unos minutos se escuchó que alguien golpeaba con sus nudillos la puerta para luego abrirla. Era una niña.

Ambas hicieron contacto visual, pero la niña al verla salió corriendo y Nova salió detrás de ella.

  • ¡Ey! ¡Espera! – gritó algo agitada.

Lo que había detrás de esa puerta eran más paredes en blanco, parecía un laberinto.

Nova persiguió a la niña hasta que logró alcanzarla a tomar por el brazo.

  • ¿Dónde estamos? –Le pregunto.

La niña no respondió.

  • ¿Quién eres?
  • Soy tú – dijo sin más.
  • ¿Yo?

Ella asintió lentamente.

  • ¿Dónde están los demás? ¿Con quién estás?

La niña la observó confundida.

  • Estamos solas.

Al escuchar esas palabras, Nova la soltó poco a poco del brazo, liberándola de su agarre. La niña empezó a correr de nuevo, pero Nova no pudo correr detrás de ella. Cerró los ojos y esta vez apareció en su baño. Frente al espejo, viéndose fijamente.

Pero algo llamó su atención, de forma repentina su reflejo tomó forma de otra persona. Un chico sonriente.

  • Hola…Nova.

Ella no sabía qué decir, estaba petrificada.

  • Te encontré – dijo el sujeto aun con su sonrisa.

Nova sintió una especie de terror en su interior, lo que la despertó de golpe, con dificultad para respirar.




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