Encontrando el Destino - Hielo y Acero

Capítulo 5

La plaza principal en la noche era otro mundo, porque de la gran cantidad de personas que habían durante el día haciendo sus compras, ahora solo quedaban las que iban a posadas o tabernas ya que eran los únicos lugares abiertos a esa hora de la madrugada. Pero por lo menos el lado bueno de eso, era que ya no molestaban tanto a Valerian, quien habiendo estado toda la tarde ahí esposado, ya tenía mucha sed para esas horas.

 

—Psss hey amigo, ¿Quieres ganarte un filete de carne jugoso? —le dijo Valerian a un perro callejero que justo pasaba cerca de él.

 

El perro era un mestizo de tamaño grande color marrón claro y pelo corto con ojos de almendra. Valerian tenía demasiada sed y pocas oportunidades de encontrar alguien con alguna intención de ayudarlo así que no perdía nada con intentar hacer que el perro le trajera algo de agua de un bebedero de caballos que había por ahí cerca. 

 

—Solo tráeme esa cubeta de allí ¿Quieres? yo me encargare del resto.

 

Tal vez los perros no tengan labios pero éste parecía que le respondía con una sonrisa a sus preguntas y solo se le sentó en frente a mover la cola ladrando como si le estuviera conversando.

 

—Agua, tráeme esa cubeta por favor, te daré una vaca entera para tí solo por favorrrr.

 

—Guaufff guaufff —le contestó el perrito.

 

—Bien supongo que no habrá agua para mi de todos modos. A pesar de eso eres el primero que no se detiene solo para agredirme. ¿Seguro debes saber lo que se siente que no te quieran allá donde vayas solo porque eres distinto no?, si… las personas dudan de mí porque me comporto como alguien que nunca han visto, la gente le teme a lo desconocido y no me terminan de entender que soy así porque así me sale ser. Están acostumbradas al engaño, la falsedad así como a los malos tratos, y cuando no los tratas así te miran peor aún. Por eso me cuesta mucho hacer amigos, la mayoría solo se aprovecha, otra parte vive desconfiando en que tengo intenciones ocultas, y una pequeña parte muy pequeña si cree en mí, pero como si fuera una burla de los dioses las circunstancias de la vida me separan de ellos. No se porque te digo esto amiguito… Supongo que es porque tengo miedo de que voy a morir mañana y no tengo a nadie a quien decirle esto —dijo en voz alta Valerian.

 

El perro entendiendo cómo se sentía de triste aquel hombre, solo se agacho al piso bajando las orejas, para después sentarse a su lado muy cerca de las piernas y compartir un poco de calor.

 

—Creo que ahora eres mi amigo —le dijo Valerian con una gran sonrisa— es tu turno, cuéntame tu que haces por esta plaza a esta hora.

 

Su interlocutor le respondió con unos gruñidos y bufidos en su propia lengua, para ese momento el perro ya tenía la cabeza en su regazo.

 

—Si, sé de lo que hablas —le dijo como si le hubiera entendido aunque no fuera así.

 

En ese momento una voz desde atrás donde no le alcanzaba la cabeza para girarse le dijo:

 

—No sabía que hablabas el lenguaje de los animales.

 

—¿Aurora, eres tú? — dijo emocionado el guerrero girándose a los dos lados rápidamente intentando ver detrás de él aunque no pudiese.

 

—Si, escuche que un arconiano necesitaba ayuda y veo que no te fue tan bien —dijo mientras miraba al perro, y viendo que éste le movía la cola en respuesta continuo— o tal vez si je je. Aunque sé la respuesta tengo que preguntarte de todas maneras, ¿Fuiste tú quien cometió esos crímenes de los que te acusan, ya sean de ahora o en otro momento en el pasado?.

 

—No, nunca me interesaron los bienes materiales, solo soy fan de la comida pero por suerte sé cazar y forrajear las praderas para cuando no tengo dinero —le respondió con seguridad y la mirada tranquila.

 

—Te creo.

 

—¿De verdad?, ¿Escuchaste Rigoberto? —le dijo al perro de su regazo— !Alguien más cree que soy inocente!.

 

Aurora miró extrañada por el nombre raro que le había puesto al perro pero prosiguió.

 

—No te conozco Valerian, solo viaje unos días contigo, pero también sé que no estuviste aquí cuando pasaron esos robos y de lo que investigue tengo una pista de quién se trata, por eso sé que no fuiste tú el responsable, así que para resolver esto necesito que hacerte unas preguntas.

 

—¿Por qué me están haciendo esto Aurora?.

 

—Como dije primero debes responderme unas preguntas a mí, ¿Dónde te quedaste y con quien hablaste la última vez que estuviste en Leres?.

 

Valerian notando la seriedad de sus palabras hizo su mejor esfuerzo para recordar cada detalle que le pudiera dar.

 

—En la posada que vimos cuando llegamos a la ciudad fue donde me hospedé la última vez que estuve aquí, y de hablar no hable con nadie porque estaba muy cansado así que después de cenar me fui directo a dormir —le respondió.

 

En los ojos de Aurora hubo un resplandor al darse cuenta de que dijo lo que esperaba escuchar 

 

—¿Qué tal el mesero? —volvió a preguntar la elfa.

 

—Si, él fue el único con el que hablé obviamente pero para pedir mi orden solamente, ¿Dices que es el responsable? pero es que ni siquiera se parece a mi como para hacerse pasar por un doble mío, además como supo que yo era de Arconia, soy muy cuidadoso respecto a eso.

 

—Pues es porque no es una persona normal, es un doppelganger —le respondió esta vez Aurora con mirada seria.

 

—Habían sido eliminados durante la última guerra cuando los usaban como espías, incluso enviaron a la Legión Sagrada de Melkiat para cazarlos a todos —Exclamó

 

—Porque esa es su especialidad, ocultarse y esperar la oportunidad para salirse con la suya. Con solo tocarte la mano ellos pueden ver tus recuerdos más recientes para robarte tu imagen. Lo que me extraña es que haya hecho tantos robos seguidos, ese no es un comportamiento normal para sus mentes meticulosas. Pero eso era todo lo que quería saber, ya sé donde encontrarlo e iré ahora mismo a por él.




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