El resto de la jornada transcurre con normalidad, no he vuelto a cruzar palabras con aquel chico de ojos azul grisáceo y no es como si le diera importancia a ese hecho. A la hora de la salida me encuentre con su mirada, es como si por un instante el tiempo no corriera y lo único que existe son sus ojos, haciendo que ese breve momento parezca eterno. Salimos hacía el estacionamiento y lo perdí de vista, busqué donde tenía aparcado el coche y conduje hasta casa absorta en mis pensamientos, que como siempre son de helena. Pensamientos sin sentido o importancia aparente, pero que sin duda alguna torturan. Llego a casa y no están ni mis padres, ni mis hermanos, como cosa rara. Me acerco a la cocina y le pregunto a Sonia dónde está Alan, ya que no tenía clase en ese horario, o eso es lo que tengo entendido, a lo que ella respondió con un no sé, genial
-señorita Madeleine llegó ¿Quieres qué le sirva el almuerzo? -Dice Suzette dirigiéndose a mí, ella es la cocinera de casa
- Si gracias, pero comeré en mi habitación - respondo mientras hago un gesto de despedida y voy hacia la mencionada. El resto del día transcurre rutinario y con normalidad, almuerzo, hago mis trabajos, escucho un poco de música y listo. Hasta las 7 de la noche que Alan me envía un mensaje diciendo que no iba a regresar a casa porque tenía una cita con su novia, lo cual no es extraño, pasan mucho tiempo juntos, lo extraño aquí es que no la conocemos. Mi padre y Alex tenían una junta de negocios muy importante qué se ha extendido así que me dijeron que posiblemente llegarán algo tarde. Después de unas horas, estaba tan aburrida que decidí salir a dar una vuelta
A unos 8 minutos de a mi casa me doy cuenta de que la mansión qué estaba a mi izquierda tenía las luces encendidas, lo qué quería decir qué tiene nuevos habitantes, lo cual se me hizo raro porque llevaba más de 4 años deshabitada, la curiosidad me ganó como siempre y quise ir a investigar sobre mis nuevos casi vecinos. Al llegar no bajé del auto, apagué el motor y las luces para observar desde una distancia prudente y lo que veo me deja impactada, el nuevo habitante era nada más y nada menos qué Patrick, estaba discutiendo con alguien qué no sé quién es, pero por su silueta puedo deducir que es una mujer, a lo mejor su madre o algo por el estilo. Al cabo de unos instantes la persona con la que discutía entró a la casa y él se subió a un auto el cual supongo que es propio. Decidí seguirlo hasta que se detuvo en un parque que nunca en mi corta vida había visto, lo que hace aún más raro que una persona que apenas llega a ciudad sepa de su existencia. Se sentó en una banca y se dispuso a mirar hacia el horizonte, parece que trata de asimilar lo que le dijeron lo simplemente olvidarse del mundo por un rato, por lo cual decido bajar
-hola ¿Me puedo sentar? -Le digo mientras el gira la cabeza en mi dirección
-claro, es un lugar público - responde con voz cortante mientras se corre
- lo sé, pero pregunto porque no te quiero incomodar
-pff da igual - luego se eso hay un silencio incómodo, soy muy mala para iniciar conversaciones
-¿Estás bien? - Me animo por fin a preguntar
-¿Por qué la pregunta?
-es que te vi discutir con alguien en tu casa, digo no quiero parecer chismosa ni nada por el estilo, solamente salí a dar una vuelta, vi qué aquella casa qué llevaba 4 años abandonada tenía nuevos habitantes y la curiosidad me ganó
-descuida no pasa nada, pero recuerda que la curiosidad mató al gato
-sí, pero el conocimiento lo trajo de vuelta -Contraataqué con una ligera sonrisa siguiendo su inusual juego
- la persona con la que estaba discutiendo es mi madre -La forma como cambia los temas de conversación es abrupta y repentina, pero no es algo de lo que quiera quejarme
-¿Puedo preguntar porque discutían?
-De poder preguntar, puedes, que haya una respuesta por ahora, no - responde con tono divertido
-bueno al menos me alegra saber que si puede reír
-gracias - me dice mientras se levanta para irse
- espera ¿Estás bien para irte?
- lo estaré - me dedicó una sonrisa y se aleja -Vaya qué momento tan extraño, luego de unos minutos decido volver a casa. Ya en mi habitación dirijo mi atención hacía una caja de cristal qué en su interior contenía 1 collar con un dije en forma de Luna y medio en forma de infinito, fue un regalo qué le hice a celeste
Flashback
Celeste estaba en su habitación, yo tenía 12 años y ella 14, le habían acabado de detectar leucemia y estaba triste, así qué decido ir a animarla un poco
-holaaaaaaaaa - le digo con una gran sonrisa en la cara
- hola Lany - responde ella tratando de imitar mi entusiasmo
- mira lo qué te traje para qué alegre tu día - le digo mientras saco tres cajas de mi bolso -¿Qué es?
- son tres collares, el mío tiene una luna, el de Délfin una estrella y el tuyo un sol, ambos se unen magnéticamente y forman un infinito con los pedazos sueltos que están aquí –le digo mostrándole cada parte de ellos
- son muy hermosos -dice mientras agarra el de ella y me pide qué se lo ponga
- son el símbolo de nuestra eterna amistad - le digo muy feliz mientras salto a sus brazos y reímos un buen rato
Fin del flashback
No puedo evitar llorar cada que la recuerdo, ella era una parte fundamental en mi vida, al irse no solo dejó una herida, sino un gran vacío, desearía haberme despedido de ella o al menos haber recibido una preparación sobre como estar sin ella, ya son 4 años y aun duele como la primera vez, o incluso más. Me dicen que la deje ir, pero simplemente no puedo, mi corazón se niega a hacerlo, una parte de mi dice que todo es una vil mentira y ella está viva, pero la otra sabe que es imposible. Con esos pensamientos, lagrimas rodando por mis mejillas, un inmenso dolor de cabeza y recuerdos atormentando mi vida, me quedo dormida
-Celeste creo que es una muy mala idea ir para allá, deberíamos jugar acá –le digo a mi amiga mientras la halo del brazo hacia el lado opuesto al que quiere ir
-ay no seas bobita, si lo mantenemos haciéndolo –se ríe tratando de soltar mi agarre hasta que lo consigue
- pero algo me dice que hoy no deberíamos ir, mi instinto casi nunca se equivoca -ella corre hacia el patio trasero