Miro mi reflejo en el espejo de aquel baño y me quedo hipnotizada mirando mis ojos, pensando en lo que acaba de pasar. Darle mi número me pareció una buena idea, así que así lo hice. Después de eso, vine hasta este baño y no he salido desde entonces. Estoy pensando si debería decirle a Delfín, pero ¿decirle qué? No tengo pruebas, ni siquiera certeza de que ella sea Helena, pero en dado caso de que así sea, ¿Delfín debería saberlo? Es su hermano ¿no? Aunque es imposible, vi cuánto sufrió por su muerte y él no es un buen actor que digamos. Qué estrés, muchas preguntas y ninguna respuesta. Siento que se me va a explotar la cabeza y el cerebro al mismo tiempo; el dolor es insoportable, solo se asemeja a lo que siento cuando trato de recordar todo lo que pasó en ese supuesto accidente. Y digo supuesto porque ya no estoy tan segura de qué pasó realmente.
Por otro lado, está Patrick. Ese es otro tema que lamentablemente no me deja descansar. Es muy extraño cómo actúa. Cada vez que lo encuentro, se queda de piedra viendo en mi dirección, luego niega con la cabeza y se aleja a paso rápido, como si quisiera acercarse y luego recuerda que no puede. Es bastante extraño, la verdad.
No me di cuenta del tiempo que llevaba en el baño hasta que escuché el timbre que indicaba el fin del descanso y el inicio de la tercera hora de clase. Respiré profundamente y me dije a mí misma que el día apenas iniciaba. Tres horas más de tortura en las que solamente estaba con Anthony y Lauren. Con ellos, las clases son más amenas, pero ¿quién rayos puede lograr que una clase de Ética y valores sea entretenida? Aunque esa no es peor que inglés. Por Dios, ya hablo inglés, ¿¡por qué tengo que ver esta clase!? Me desespera.
Como si el universo escuchara mis súplicas, el timbre que indicaba el nuevo receso antes de las últimas horas de clase se hizo presente.
—Chicos, adelántense, yo debo ir a hacer una cosa —Nos dice Lauren a Anthony y a mí mientras se dirige a la salida y se pierde por el pasillo.
—Jummmm, ¿quién será su próxima víctima? —Pregunta Anthony haciendo una mueca de desagrado que al instante borra y trata de disimular.
—Pues no lo sé, pero la verdadera pregunta es ¿cómo te sientes? —Le digo mientras caminamos por el pasillo hacia la cafetería central a paso lento.
—¿A qué te refieres? —Me mira visiblemente desconcertado.
—A ella… ella te gusta. —Al pronunciar esas palabras, Anthony frena en seco, provocando que por poco se me escape una risa que logro controlar. Este no es el momento. —¿Qué pasó? Te pusiste pálido.
—¿Tú… cómo sabes eso? —A duras penas logra articular esas 4 palabras.
—Sabes que soy muy observadora. No te puedo decir que se te nota mucho, tampoco quién lo sabe y quién no, mucho menos si ella lo nota, pero deberías decírselo. Nadie ha logrado algo si el miedo lo domina.
—¿Y si me rechaza? Nuestra amistad se iría al carajo, además estar en el grupo se sentiría incómodo.
—Es una posibilidad, sí. Pero mantenerse con miedo no es vivir, es simplemente existir. A veces toca dejar de pensar y simplemente actuar, y más cuando se trata del corazón. En ese, solo hay dos caminos, o están o no están, no hay más.
—Gracias, amiga. Analizaré tu consejo.
—Vale, adelántate, en unos minutos voy. Necesito ir a mi casillero. —Dicho y hecho, cruzo por el pasillo de la derecha. Antes de llegar a los casilleros, escucho una voz. Es raro, a esta hora todos están en las áreas de receso, de hecho está prohibido pasear por algunos pasillos a esta hora, este es uno de ellos, pero es el camino más corto hacia los lockers.
—No, ya les dije de todas las formas habidas y por haber que no me acercaré solo para causar daño. —Esa es la voz de Patrick, pero ¿de quién y con quién habla?
—Ella no merece que le haga algo así. Deberían buscar otra forma de lograr sus movidas. Ya les dije que no. Ay, no me jodan, adiós.
Al escuchar eso, salí corriendo para que no notara mi presencia. Al llegar a mi casillero, regulo mi respiración y me concentro en pensar de quién se podría tratar, pero sé tan poco sobre su vida que se me hace imposible. No tengo ni idea si tiene hermanos, amigos fuera del colegio, incluso ni sé si hace actividades extracurriculares. No le doy importancia y me voy a la cafetería.
—Ey, chicos, ¿qué hay? —Les digo a mis amigos una vez llego a la mesa. Veo que no hay espacio donde quiero sentarme, así que me dirijo donde Samuel y me siento en su regazo.
—Donde la novia de este sujeto te viera, se formaría la tercera guerra mundial —Dice Vicky apuntándome con su tenedor donde había una manzana.
—Qué va, ella sabe que Lany es como mi hermana, nos conocemos desde el jardín de niños —Le responde Sami a mi buena amiga.
—Exactamente, ahora ¿quién me da comida? Me da flojera hacer esa fila enorme. —Todo se echaron a reír y me dieron una manzana. Como los amo, saben que no soy fanática de las harinas y prefiero las frutas, excepto la pera, soy alérgica.
—Oigan, ¿ya saben a qué deporte se van a inscribir este año? —Nos pregunta Anthony.
—Pues no, pero eso da igual, ustedes dos están en el escuadrón beta y nosotras en el fénix. Bueno, menos Lauren, esa vieja es muy vaga —Digo con una gran sonrisa en el rostro. Todos comenzaron a reír sin pudor alguno, mientras lamencionada me fulmina con la mirada, cosa que no le dura mucho, porque en menos de 2 segundos está riendo con nosotros.
El Escuadrón Fénix es el equipo femenino representativo del colegio, en él se entrenan varios deportes como lo son: tenis, arquería, fútbol y equitación. Sus integrantes deben dominar esos cuatro deportes y tener notas excepcionales. Cada deporte tiene su capitana, la cual se encarga, junto a la entrenadora, de dirigir los entrenamientos en el día que corresponde a ese deporte. En el de tenis, soy yo. En equitación, Vicky. En fútbol, una chica llamada Melody, no soy muy cercana a ella, pero por lo que puedo notar, tiene un gran corazón. Arquería no tiene capitana porque se graduó el año pasado. Me pidieron que la reemplazara, pero no puedo. Aparte de ser la capitana de tenis, lo soy de todo el escuadrón. Ya es mucha carga, además tengo un problema personal con ese deporte y solo disparo una flecha si es estrictamente necesario, así que debemos hacer pruebas.