La mayoría de la gente tiene la osadía de decir que a mi edad debería estar lleno de energía y vivir feliz y pleno, pero en lugar de eso me siento miserable, enojado y harto de todo lo que me rodea y esos sentimientos se multiplica el doble con Josh a lado que no deja de parlotear cosas sin sentidos mientras no deja de darle caladas a su cigarro.
-Es lo que te digo hermano, si ponemos el negocio juntos es más fácil sacarlo adelante. – se sienta a mi lado y me rodea con su brazo izquierdo. – Además tendría excusa para verte más seguido. - Le doy una mirada de fastidio, pero él se limita a lanzarme un beso para después volver a su cigarro.
-Aun no entiendo cómo vas a vender hamburguesas con marihuana.
-Se pone en la carne. – ya no me sorprende, sus estúpidas ideas de emprendimiento llegan cada semana, al menos ya desistió de crear drogas para animales.
-Podemos comprar uno de esos carritos que tienen cocina incluida y movernos a diferentes puntos del pueblo.
-Ajá. – mientras sigue hablando y pretendo escuchar, veo como la gente comienza a salir de la escuela, estamos en el parque de enfrente y desde esta banca se puede ver perfecto la entrada, todos salen en grupos y se van directos a sus casas, el pueblo es pequeño por lo que la mayoría no usa autos y prefieren caminar. Cuando vemos a la rubia salir no tarda mucho en encontramos también, Josh es el primero en saltar de su lugar para caminar hasta donde esta ella.
- ¿De nuevo se saltaron las clases?
-Solo las últimas dos horas, a Elán le dolió la cabeza. ¿Nos vamos?
-Espera, perdí a Joy cuando venía para acá. – Astrid estaba intentando integrar al grupo a una nueva chica, acababa de llegar y rápidamente se volvieron amigas.
La escuela ya está casi vacía cuando la nueva por fin sale, mi amiga tiene que levantar su mano para que logre vernos, una vez con nosotros la veo de arriba abajo, no había tenido oportunidad de estudiar su vestimenta durante las primeras clases. La chica de nombre Johanne se había presentado con nosotros hace unas semanas bajo el apodo de Joy, no me costó mucho darme cuenta porque la llamaban así, se carga una gran sonrisa que rara vez desaparece según lo que llevo de conocerla, pero lo que definitivamente llama la atención en ella es su ropa y accesorios coloridos, Joy se viste… ¿exagerado? Mmm, no ¿raro? Tal vez. Nunca había visto algo igual, hoy predomina el amarillo, su falda corta y muy grandes aretes de plástico son ese color, combinándolo con una blusa básica blanca haciendo el balance perfecto para que no se vea mal.
- ¿Qué haremos hoy?
-Podemos simplemente ir al sótano. - digo cuando siento que el dolor de cabeza vuelve. Nadie se niega, es el lugar en donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.
Caminamos hasta llegar a la Van de Josh, se sube sin mirar atrás y yo hago los mismo del lado del copiloto, las chicas se suben en la parte trasera, abro la puerta sin problemas pues mi amigo tiene la maldita costumbre de dejar la camioneta abierta todo el tiempo ha sido un milagro que no se la hayan robado aún. Astrid asoma la cabeza en medio de los asientos, tratando de alcanzar la radio, logro quitarle la mano antes que la encienda
- ¡Oye! – no digo nada. - Es la música o Josh hablando de las hamburguesas con marihuana- me susurra así que termino dejándola.
Mi amigo conduce hasta su casa pasándose unos cuantos altos.
Apenas llegamos, bajo de la camioneta con prisa entrando a la casa que no me sorprende que tampoco tenga seguro, la puerta da directo al sótano de la casa de Joshua, el lugar que ha sido testigo de todas nuestras reuniones, me arrojo al sillón viejo que decora la habitación y espero a los demás.
-De vuelta a la cueva. - El dueño de la casa entra abriendo los brazos
-Solo tú la llamas así. - Astrid se va directo al refrigerador sacando bebidas para todos.
- ¿Quién se encargó de decorar el lugar? - la castaña habla por primera vez desde que salimos de la escuela.
-Depende, si dirás que es porque luce muy bien, diré que fui yo, si es para burlarte de los ridículos posters, eso fue idea de Joshua- mi amiga pasa por mi lado dándome una botella de refresco.
-De hecho, iba a decir que me gustan mucho los posters. - Joy habla con gracia, Astrid rueda los ojos y se sienta a su lado.
-Ella sabe. - dice Joshua para sentarse con ellas también.
Mientras ellos siguen hablando y riendo, yo me concentro en el disco que da vueltas en el aparato a unos metros frente a mí, el dolor de cabeza no se ha ido por completo, pero me limito a solo mantenerme en silencio en mi lugar, cierro los ojos pensando solo en la música, ignorando los murmullos.
-Lán me apoya en esto, será mi socio, nos dividiremos 50/50.- me giro cuando escucho mi nombre.
-Joshua ¡No puedes vender hamburguesas con droga en vía pública, entiéndelo! - Astrid parece querer arrancarse el cabello.
- ¿Las papas también tendrán su ingrediente mágico? - la chica nueva ríe mientras hace la pregunta
-Joy no le des más ideas por favor.
-En lugar de sal podemos espolvorearles otro polvo blanco. - dice Josh como si fuera la mejor idea del mundo.
Editado: 24.01.2022