Enredos Digitales

04: Señor arrogancia

La estadía en Londres no sería demasiado larga, serían 5 días, con 3 conciertos y 2 de ellos ya estaban sold out. Era una ciudad que a Luke particularmente le gustaba, aunque no era su preferida de Inglaterra, cuando tenía ratos libres le gustaba salir a disfrutar de algunos restaurantes, lugares turísticos y fiestas en la ciudad.

Pero ese no era de ese tipo de día libre.

—I just wanna shake, shake, shake, shake it off, uh, uh, uh —cantaba Cameron a todo pulmón sin siquiera preocuparse en sonar afinado, o al menos decente para que los demás lo oyeran—. And the haters gonna hate, hate, hate. —Movió la cabeza al ritmo de la canción. No tenía la pista reproduciéndose, pero había oído tanto la canción en la última hora que ya no podía sacarse el ritmo de la cabeza.

—Cierra la puta boca —exclamó Luke, intentando no meterle un zapato en la boca a Cameron.

Esa mañana no había sido el mejor despertar de Luke, físicamente hablando. Su cabeza palpitaba constantemente y sentía su garganta arder, sin importar qué tanta agua tomara. Deseaba solamente echarse en su cama con una almohada sobre la cara, de una forma u otra eso lo ayudaría, pero habían tenían programada una cita con unos productores ingleses, ya preparando un par de sencillos que planeaban lanzar cuando la gira de verano concluyera.

Lo que llevaba a que tener a Cameron gritando -porque eso no se podía considerar canto-, solo estaba logrando que las palpitaciones en su sien incrementara.

—Tú sólo sientes envidia de mi canto, Luke —acusó Cameron, haciendo que el ojiazul hiciera rodar sus ojos en total desacuerdo—. No pongas esa cara, si sabes que te encanta.

—Lo que no sentiré yo será envidia de tu rostro cuando Luke finalmente se harte y se desquite con tu rostro de niño bueno —canturreó Jake, para luego dar un pequeño sorbo a la cerveza que tenía en mano, apenas era el mediodía, pero él siempre decía que la vida era muy corta como para decirle que no a una buena cerveza—. Tan solo basta con mirarle la cara para darse cuenta que preferiría estar en cualquier lado menos acá.

—Y aún así se dignan a decir que son mis amigos. Jódanse —bromeó Cameron antes de dejarse caer en el sofá como parte de su escena dramática.

Luke le echó un vistazo a sus amigos, se veían tan despreocupados, Cameron estaban con un atuendo digno de la playa, pese a que afuera de la casa hacía frío y llovía, se había cortado el cabello, ahora lo llevaba muy corto. Eso había vuelto loca a la estilista, ya que decidió escaparse para cortárselo y darle la sorpresa al mundo de su nuevo cambio de Luke.

—Yo los querré con todas mis fuerzas si me reconfirman que hoy no tenemos ningún concierto o entrevista —casi rogó—. Siento que es una ilusión de mi subconsciente que hoy estamos casi libres, casi. —Dejó caer su cabeza hacia atrás en el sofá—. Una jodida reunión más y me puedo marchar a dormir. Cuento cada segundo para ese hermoso momento.

—¿Tan jodido te sientes, Luke? —preguntó Cameron, ahora sí más consciente de que Luke no se sentía muy bien. Si él decía eso respecto a algo en su agenda, es que de verdad se sentía mal, Luke solía ser demasiado pragmático con las fechas.

—Si yo me levanté en plena madrugada a tomar agua y lo conseguí en la cocina mirando a la nada con su cara de los odio a todos y espero no volverlos a ver —relató Connor, el cual había estado un poco distraído hablando por mensajes con alguien.

—¿Migraña?

—Eso creo —bufó—. Es como si mi cabeza hiciera k-boom cada treinta minutos, joder.

Lo que Luke no comentó a sus amigos y compañeros de banda era que su exnovia, Cassandra, lo había llamado aquella noche llorando ebria, soltando palabrotas contra su ser, diciéndole que, por su culpa, su carrera de modelo se estaba yendo al carajo (citando sus palabras). Luke ya se sentía una basura de persona desde que habían terminado dos meses atrás, pero escuchar esas palabras lo mantuvieron despierto gran parte de la noche, pensando cómo por ponerse a él antes que a otra persona le costó la carrera a alguien que confió en él por mucho tiempo.

Si bien ya tenían dos meses de haber terminado, la información salió a la prensa hacía tres semanas, cuando ella dio la primicia a un portal de prensa rosa. Obviamente, en su versión Luke había sido un novio terrible que la botó en cuanto su carrera tuvo un declive.

En la versión de Luke, Cassandra tenía un romance a sus espaldas, con quien luego se enteró que le conseguía sus castings para diferentes pasarelas. Luke se negó a seguir en una relación donde no le eran fiel y no le correspondían emocionalmente, pero tampoco se sintió con el derecho de exponerla, por lo que guardó silencio y durante esas semanas aceptó toda la mierda que ella tenía para arrojarle, en público y en esas llamadas insultándolo.

Si sabía que había hecho lo correcto para sí mismo, ¿por qué se sentía tan despreciable?

***

Por primera vez en mucho tiempo, Luke se había negado a ir a un club con los demás chicos esa noche, sin importar lo buena que eran las fiestas en Londres. Veía la oportunidad perfecta para descansar y tirarla a la borda por una noche de fiesta, solo prolongaría su malestar al día siguiente.

Él hablaba en serio respecto a tener su cabeza haciendo k-boom cada tanto, por lo que estar en un lugar con luces fluorescentes y música ensordecedora no le vendrían precisamente bien.

Aprovechó para dormir un rato. Las últimas semanas habían sido un caos, apenas y tenía tiempo para sí mismo, sumado a la presión que le colocaban encima el equipo que estaba detrás de la banda.

Lo bueno fue que cuando despertó se sentía mucho mejor, más renovado. Ahora su cabeza sólo se sentía como una pequeña punzada, ya no más k-boom.

Lo malo había sido que por culpa de Cameron ahora tarareaba la letra de aquella canción de Taylor Swift. No era que la cantante no le gustara, pero de tener que elegir, no sería esa la canción que preferiría que se quedara en su cabeza. Se halló tarareando la melodía mientras se preparaba un té en la cocina.




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