Capítulo 1

¿Ella está en la morgue?

Anoche me dormí muy tarde porque después de terminar de hablar con Ari, no podía dejar de pensar en la historia que me había contado, lo más probable era que aquella historia fuera una mentira, pero al escuchar de que aquel niño había sido su padre, en verdad me daba más miedo.

No dejaba de pensar en aquel niño al que se le caía la piel de la cara en trozos y el que emitía unos sonidos muy aterradores solo por una fiebre según lo que me conto Aris en aquella historia.

Ni bien había despertado cuando escuche el sonido de mi teléfono que estaba al lado de mi cama en la mesita de noche. Deje salir un gruñido molesto y estire la mano para alcanzarlo, cuando vi el mensaje mis ojos se ensancharon e inclusive pase el dorso de mi mano por mis ojos para asegurarme de que no estaba viendo mal.

Era la morgue.

Me puse el teléfono en la oreja y escuché aquella voz.

—¡Buenos días! ¿Con el señor Thiago Sanz?

—Si, soy yo —murmure medio dormido.

—Lo contactamos para informarle que debe pasar por la morgue para que reconozca un cuerpo, hubo un accidente en el hospital en donde trabaja su madre y dejo a todos muertos, se dice que fue un ataque de un terrorista y otros dicen que fue un animal, por el momento no sabemos con certeza que provocó aquel terrible accidente y queremos que venga para que vea los cuerpos para ver si uno de ellos es su madre. Les esperamos.

Mi corazón se detuvo por un momento al escuchar lo que decía la persona que estaba al otro lado del teléfono, lo agarre con fuerza en la mano y lo quite de mi oreja, sentí que un balde de agua fría caía sobre mi cuerpo y me apuñalaban mil veces el corazón.

Me quede perplejo.

Lo primero que hice fue levantarme de la cama y correr a la cocina, cuando llegué, no había nadie, la soledad de la casa me ponía más nervioso de lo que ya estaba. Miré la hora en el reloj de pared que estaba en la cocina y la comprobé con mi teléfono, eran las diez y veinticinco de la mañana y mi madre aún no había llegado a casa.

Respire hondo tratando de calmarme, pero no podía y no quería pensar en si era ella, pero todo indicaba que...

Me aclare la garganta, corrí por las escaleras hasta que llegue a mi habitación, ni siquiera me bañe, solo me cambie de ropa y me puse una sudadera para cubrirme del frio. No estaba en un momento para bañarme y sacar la mejor ropa, lo único que importaba ahora era ir a esa morgue y ver si en verdad era o no mi madre.

Cuando salí de la casa, la brisa fría impacto mi rostro, frote mis manos y las entre en los bolsillos de mis pantalones, la morgue no estaba tan lejos de mi casa por eso camine hasta allá, pero no llegue tan rápido como pensaba, mis piernas me estaban temblando a tal punto que no me dejaban avanzar rápido y pensaba que en cualquier momento iba a caer al suelo.

Mi teléfono vibro en mi bolsillo y lo saque tan rápido con la esperanza de que la morgue me dijera que se habían equivocado de teléfono, pero no fue así.

Cuando saqué el teléfono vi que era un mensaje de Ari quien me había enviado un sticker gracioso, sticker que me hizo sonreír en medio de los nervios y el dolor en el pecho que sentía, entonces decidí enviarle un audio mientras veía la morgue en la distancia.

—Voy de camino a la morgue porque hace unos minutos se contactaron conmigo diciendo que fuera para que reconociera un cuerpo porque había pasado un accidente en el hospital en donde trabaja mi madre y la gran mayoría habían muerto

Mi voz se estaba entrecortando al decir aquellas palabras así que envié el audio y note que no se había enviado, mire a ver si tenía cobertura y efectivamente, no tenía un solo punto de señal.

La morgue era un lugar en el que nunca había estado y mirarla desde la distancia me hacía que se me erizara la piel. Nunca pensé que estuviera a punto de entrar en ese lugar frio y escalofriante, nunca pensé que alguien de mi familia estuviera allí, mucho menos alguien tan cercano a mi como lo era mi madre.

Cuando estaba por cruzar la calle el teléfono me volvió a vibrar en el bolsillo, lo saqué rápidamente sin dejar de caminar, quería llegar lo antes posible, pero al ver la pantalla vi que en realidad era una notificación del clima lo que me hizo fruncir el ceño, pero sabía que el mensaje a Ari se le había enviado porque por lo menos tenía una notificación de una app que solo funcionaba con internet.

Cuando levante la cabeza estaba cerca de la otra acera, había cruzado la calle mientras miraba el teléfono, pero un ruido me hizo mirar a ver, era un camión que me tocaba bocina con desesperación viniendo hacia mí con mucha velocidad.

Los nervios no dejaron que me moviera y solo cerré los ojos con fuerza estando a dos pasos de la acera en donde estaba la morgue.

Sentí un gran viento impactar en mi cuerpo y como el murmullo de la gente y del camión habían disminuido, por lo menos estaba vivo, abrí los ojos y toqué mi cuerpo dándole gracias a Dios porque estaba vivo, pero a la misma vez sentía vergüenza por las personas que iban a creer que era un estúpido por no moverme en ese momento.

Fue entonces cuando vi que las personas caminaban como si nada hubiese pasado. Fruncí el ceño y crucé lo que me quedaba de calle.

Al estar en la acera, miré todo a mi alrededor, todo estaba como si hace unos segundos un camión no estuviera a punto de atropellarme. Me quedé observando a todos por un momento, pero una niña que iba llorando abrazada de una señora, me recordó porque había venido a la morgue y me di la vuelta caminando rápido hacia esta.

Cuando entre una chica me sonrió al otro lado de un gran escritorio, le devolví una sonrisa que se vio muy fingida y caminé hacia ella.

—Buenos días, soy Thiago Ruiz, y he venido porque me han dicho que tenía que reconocer un cuerpo.

Ella apretó los labios y dejo salir un suspiro, al parecer se lamentaba porque alguien más tuviera la mala suerte de venir a la morgue a reconocer un cuerpo que podría ser el de un ser querido.