Entre 2 Corazones

4 | ¿Comienza un nuevo capítulo?

   Llegó el día en que Rachel se reencontraría con Liam. Estaba muy nerviosa, pero se repetía que no debía estarlo, era solo un desconocido con quien apenas había cruzado un par de palabras. Mientras conducía hacia la clínica veterinaria con Luna, no podía evitar pensar en si se veia bien como estaba, quizas le faltaba maquillaje, ¿Maquillarse? ¿Sería demasiado cuando ella casi nunca lo hacía?

Al llegar, se anunció en la recepción y la recepcionista le dijo que debía esperar, que el doctor Harris la atendería pronto. Rachel no sabía si sentirse aliviada o decepcionada porque no era Liam quien la atendería. Entró a la consulta, y después de unas caricias a Luna, el doctor Harris terminó con las vacunas. Pagó y se dispuso a irse, pero en ese momento vio a Liam, sin su uniforme de veterinario, se despedía de los empleados con una sonrisa cálida. Sus miradas se cruzaron por un instante, y Rachel sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo. Liam, muy dulce, se agachó para jugar con Luna.

- ¡Estás muy hermosa! - dijo, haciendo que Rachel se sonrojara profundamente. Pero Liam continuó hablando, aclarando su comentario - Eres la perrita más hermosa -  refiriéndose claramente a Luna.

Rachel no encontraba dónde meterse de la vergüenza, pero luego levantó la mirada y vio que Liam la observaba con una sonrisa cálida

- ¿Cómo te ha ido cuidando a Luna?

Rachel le respondió, notando lo guapo y varonil que se veía. Su pelo oscuro estaba ligeramente desordenado, y sus ojos azules parecían brillar con una intensidad que la hacía sentir incómodamente atraída hacia él.

- Ha sido genial. Luna es una compañera increíble, y ha sido un gran alivio tenerla conmigo -  respondió Rachel, tratando de mantener la compostura.

El día estaba caluroso y Liam, notando su incomodidad, le hizo una propuesta.

- Hace mucho calor aquí afuera. ¿Te gustaría continuar nuestra conversación en una cafetería cercana? Tienen una limonada excelente.

Rachel aceptó tan rápido que casi se sorprendió a sí misma.

Mientras se subía al coche y conducía hacia el lugar, no podía dejar de pensar en lo que estaba haciendo. ¿Por qué estaba saliendo con alguien que apenas conocía? ¿Qué pasaría si Ethan se enteraba? Pero también se decía que solo era una limonada, que no tenía nada de malo. Además, quería hacer amigos, ¿verdad?

En menos de tres minutos ya estaba en el lugar. Liam tenía razón, era bastante cerca. Cuando se bajó del auto, lo vio a lo lejos y de nuevo sintió esa corriente que la emocionaba y la ponía nerviosa.

Pidieron algo de tomar y comenzaron a hablar. Liam se mostró encantador y genuino, compartiendo detalles de su vida. Había crecido en una pequeña ciudad en el norte de California y había decidido convertirse en veterinario después de una infancia rodeada de animales. Le contó a Rachel sobre sus estudios en la Universidad de California y su traslado a Texas por una oportunidad de trabajo en una clínica especializada.

Rachel también compartió su historia, aunque mantuvo algunos detalles personales para sí misma. Le habló de Ohio, de su mudanza reciente, y de cómo había intentado adaptarse a la nueva vida en Texas.

- Debe ser difícil dejar todo atrás y empezar de nuevo -  dijo Liam con empatía.

- Sí, lo es - admitió Rachel - Pero Luna ha sido una gran ayuda. Y conocer a nuevas personas también ha sido bueno.

Liam también compartió una parte más personal de su vida. Le confesó que estuvo comprometido con una mujer, pero descubrió que ella lo engañaba y rompió el compromiso. Desde entonces, no había salido con nadie.

- Fue una experiencia muy dolorosa - dijo Liam, su mirada perdida por un momento - Desde entonces, me he enfocado en mi trabajo y en encontrarme a mí mismo."

Rachel sintió una mezcla de compasión y una conexión más profunda con Liam al escuchar su historia. La conversación fluía con naturalidad, y Rachel se dio cuenta de lo fácil que era hablar con Liam. A medida que el tiempo pasaba, se sentía cada vez más cómoda, aunque una parte de ella seguía sintiéndose culpable.

Liam era atento y caballeroso, y su presencia tenía un efecto tranquilizador en Rachel.  Al final de la conversación, se despidieron con una promesa de verse de nuevo, al despedirse, intercambiaron números de teléfono y Liam le dio un beso en la mejilla a Rachel, dejandola con un torbellino de emociones y pensamientos contradictorios mientras se subia al auto, su corazón latia con fuerza, sabía que ese encuentro había marcado un antes y un después en su vida. Mientras conducía de regreso a casa, Rachel no podía dejar de pensar la agrabale tarde que acababa de tener con Liam. Su imagen la perseguía en cada pensamiento, y una sonrisa traviesa se dibujaba en sus labios. El futuro se presentaba incierto, pero una cosa era segura: Rachel ya no podía negar la conexión que la unía a Liam.

 




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