10 - Lejos de sí misma

     No estoy tan cansada físicamente como otros días, así que decido regresar a mi habitación tomando uno de los ascensores. Doblo hacia la izquierda con la mirada más allá del pasillo, distraída en pensamientos sobre lo ocurrido en la sala de entrenamiento, cuando, de pronto, choco con alguien que venía a toda velocidad en dirección contraria. Un par de carpetas se escapan de las manos de su dueño y el contenido de cada una vuela por los aires, pareciéndose a la escena de las cartas en Harry Potter y la piedra filosofal (antes de que pregunten, una vez estaban pasando la película en la televisión y estaba lo suficientemente aburrida como para mirarla completa).

     —Ojo la próxima —digo casi restándole importancia al choque, hasta que noto que la víctima se trata del hombre de ojos color tierra. Ambos nos colocamos en cuclillas para levantar los papeles.

     —Lo siento, no vi por dónde iba...

     Apresurado, intenta colocar las cosas en sus respectivos lugares, aunque parece algo perdido sobre dónde va cada uno. En eso, una particular hoja llama mi atención; con un tamaño considerablemente grande y color bordó, el título es Alerta de seguridad: Faireers inestables tipo 2. Debajo, antes de que Frederick me arrebate de la mano el objeto, alcanzo a leer quién es la autora: Karina Ortiz.

     —¿Por qué no te encuentras con Emma en la sala de entrenamiento?

     —Terminamos antes —Levanto los hombros, desinteresada en la conversación que, en vano, trató de formar.

     Él me dirige una mirada de duda y luego continúa su ruta con gran prisa, perdiéndose en los pasillos blanquecinos que estoy acostumbrándome a transitar.

     No puedo evitar que se me instalen dos interrogantes más en aquella lista interminable de preguntas sin respuesta: ¿a qué se refería con faireers inestables y por qué sería calificado como una alerta de seguridad? ¿Karina Ortiz es la Karina que yo creo que es?

     Voy de camino al ascensor con muchos pensamientos dando vueltas cual calesita. ¿Alguna vez escuché hablar de los faireers inestables? Estoy segura de que Henry nunca me mencionó nada sobre ello, aunque, en caso de que se trate de algo peligroso (digo, no se le coloca "Alerta de seguridad" a cualquier cosa, ¿no?), es comprensible que jamás se le haya revelado este tipo de información a un joven faireer. Aún así, ¿será algo reciente? Y en caso de serlo, ¿eso no explicaría la actitud sospechosa de Frederick? Mi hermano solía describírmelo como un hombre tranquilo y divertido, a quien se le veía enojado en ocasiones muy poco frecuentes. Además, si la autora es la misma Karina que me visitó en la enfermería una vez, ¿por qué tiene un conocimiento profundo sobre los faireers inestables (en específico los del tipo 2)? ¿Y por qué estarían en un titular sobre una alerta de seguridad? Recuerdo de aquel día en la enfermería, casi como al pasar, que tanto Frederick como la enfermera mencionaron que yo podría convertirme en "uno de ellos". ¿Acaso se trataba de un faireer inestable? Puede parecer ridículo, lo sé, pero, ¿lo es? Digo, a esta altura ya son válidas las teorías conspirativas, ¿no? En fin... Siento que algo en esta situación se me escapa, está frente a mí y no puedo o quiero ver. No tengo idea qué puede ser, siendo sincera. Tal vez solo es mi paranoia incrementándose por estar tanto tiempo dentro del búnker.

     El ascensor se detiene y, con un sonido metálico, se abre la puerta en el piso correspondiente. Con esto me permito dejar el asunto terminado, al menos por ahora.

Dieciséis de abril

     Emma y yo no volvimos a hablar sobre lo ocurrido el día anterior. Un pacto silencioso había entre nosotras: mientras yo cambiase de actitud, ella no volvería a tocar el tema.

     —Concentrate, Vanina —me indica la pelirroja con su tono autoritario—, canalizá el fuego y la luz en tu interior para que formen un arma; así como yo tengo un arco y una flecha, vos tenés que tener algo para poder atacar.

     Respiro profundo. Con los ojos cerrados, trato de centrar el calor hacia mis miembros superiores. Yo tengo el control, repito cual mantra, yo tengo el control de mí. Visualizo el brillo que se enreda en mi brazo derecho cual serpiente y hasta puedo sentir cómo se arrastra por encima de la tela, arrugándola. Se transforma en una cruz que ocupa la mitad de mi antebrazo y llega a mis nudillos, sin embargo la parte horizontal comienza a tornarse más curva, mientras que los extremos de la misma desprenden alguna especie de hilos que se unen en algún punto de la base vertical. Una pequeña palanca se acomoda de tal modo que puedo activarlo con mi pulgar. De pronto tres anillos, que sostienen el arma, se ajustan al antebrazo. ¿Qué carajos es esto?

     —¿Una ballesta de muñeca? —escucho la voz de la pelirroja en la lejanía, quien, sin saberlo, acaba de responder mi interrogante. Cuando regreso al presente noto que, efectivamente, una ballesta algo pesada se encuentra adherida a mi brazo derecho, con tonalidades similares a las prendas de mi transformación faireer.

     —Nunca usé una en mi vida...

     —Yo tampoco. Y menos había usado arco y flecha cuando invoqué por primera vez mi arma —comenta nostálgica—. Pero bueno, al menos ya sabemos qué es. Va a ser más fácil invocarla la próxima vez, y, además, un arco y una ballesta no son tan diferentes, ¿no? Hasta suena como un mensaje para vos —Sonríe con cierta complicidad. Por unos cuantos segundos me da ganas de arruinarlo todo, pero recuerdo que eso solo me perjudicaría a mí y me controlo.

     Sigo sus movimientos con la mirada, esperando alguna orden suya. Toma una ballesta extraña de los estantes, junto a su respectiva munición, para luego girarse hacia mí con el arma apuntando al suelo.

     —Destransformate; por hoy la lección mágica está terminada —Observa atentamente el mecanismo de la ballesta en sus manos mientras vuelvo a mi forma original—. Vení que te explico cómo usarlo —Suspira—. No entiendo por qué justo este tenía que ser... Agh, hay veces que no entiendo la lógica de la magia.