Mientras miraba a Christopher con horror, lo vi acercarse lentamente. Antes de que pudiera reaccionar, sentí el pinchazo de una aguja en mi cuello. Instintivamente, llevé la mano a la zona afectada, pero la sensación de debilidad se apoderó de mí. Justo antes de perder el conocimiento, escuché su voz burlona.
—Si ese líquido no te mata, podrás regresar con el infeliz de Mike. Ahora depende de ti sobrevivir —dijo con una sonrisa torcida.
Lo siguiente fue como sumergirme en un sueño profundo. Sabía que lo había logrado cuando una voz familiar llegó hasta mí, arrancándome de la oscuridad.
—Perdóname por tardar tanto —susurró Mike con suavidad, acariciando mi rostro—. Solo despierta, por favor... —suplicó, su voz rota por la desesperación—. Despierta, mi little bee...
Reí internamente al escuchar aquel apodo. Después de tanto tiempo, por fin estaba de vuelta con él.
—¿Tuviste más de nueve meses para pensar en un apodo lindo y solo se te ocurrió ese, Mike Scott? —murmuré, abriendo los ojos con dificultad.
Mike tomó mi mano con fuerza, dejando que sus lágrimas resbalaran por su rostro.
—Estás despierta... —susurró con incredulidad.
—Te amo —finalmente, le dije.
Sus lágrimas aumentaron al escuchar mis palabras.
—Gracias por volver conmigo y no rendirte —dijo con voz entrecortada—. Y gracias por amarme... —besó mi mano con ternura.
—Gracias a ti por no rendirte y esperarme —respondí con sinceridad.
—Me alegra que hayas despertado —intervino entonces una voz grave. Era el padre de Mike.
Lo miré con cansancio, pero le dediqué una pequeña sonrisa.
—Yo también, señor Scott —respondí.
Su expresión se tornó seria.
—Debemos hablar ahora —dijo con tono preocupado.
—Padre, no. Ahora no —se opuso Mike de inmediato—. Está recuperándose.
—Está bien, Mike, puedo hablar con tu padre —dije, apretando su mano para tranquilizarlo.
Con esfuerzo, me incorporé en la cama para poder mirarlo mejor. Su expresión era severa, pero había algo más en su mirada... algo que me puso en alerta.
—Lo sabes, ¿verdad? —preguntó, estudiándome con detenimiento.
Fruncí el ceño.
—¿Exactamente qué me está preguntando? —respondí, aún confusa.
—¿Qué tanto sabes? —insistió, sorprendiéndome con su tono.
—Sé por qué Christopher quiere solo una nieta que tenga mi intelecto, sé que Nick es mellizo, sé que lleva ese nombre en honor a usted, Nike. Sé que Mike estuvo involucrado en el accidente de la hermana de Nick y muchas cosas más —respondí con seriedad.
Tanto Mike como su padre quedaron completamente sorprendidos; en sus rostros se reflejaba incredulidad y asombro.
—¿Eso averiguaste en diez meses? —preguntó el padre de Mike, incapaz de creerlo.
Negué con la cabeza y suspiré.
—No —respondí con pesar—. Estaba más ocupada en otros asuntos que en investigar todo esto —dije, recordando lo que pasé con Nick.
La expresión de Mike cambió de inmediato a una de furia. Si no hubiera sido porque sujeté su mano con fuerza, habría ido a asesinar a Nick sin dudarlo.
—Ese maldito bastardo —gruñó Mike con impotencia—. Lo voy a matar —sentenció, mientras yo lo detenía apretando su mano con más fuerza.
—Eso lo averigüé en un mes y unos días —afirmé, viendo cómo Nike abría más los ojos, sorprendido.
—Eres realmente aterradora —dijo Nike con una sonrisa nerviosa—. Ahora entiendo por qué Christopher te dejó salir en una pieza —me miró con una mezcla de asombro e incredulidad.
—¿De qué hablas, padre? —preguntó Mike, impaciente.
Nike suspiró antes de responder.
—Natalia le recuerda a Bella. Por eso no puede hacerte daño, porque tú eres una imagen viviente de lo que habría sido su hija. No por el físico, sino por tu esencia. Le diste una esperanza de recuperar a Bella...
—Está loco —gruñó Mike.
—Por lo que ha hecho, sí. Pero por querer recuperar a Bella, no, Mike. Lo entenderás cuando una pequeña sujete tu mano y sientas que tú eres su mundo, cuando te mire con amor y te llame "papi" con una vocecita que te hará derretirte. Cuando haga una travesura y ponga su puchero llorón para que no la regañes, querrás protegerla con tu vida. Eso era lo que sentía Christopher por su hija, y ese accidente se la arrebató.
—Lo dices como si... —Mike habló, molesto.
—Lo supiera —completó Nike, mirándolo con seriedad—. Hijo, no me malinterpretes, te amo. Pero siempre he creído que los niños son de mamá y las niñas de papá. Tú tenías una conexión especial con tu madre porque eras un niño. Estoy seguro de que Vélez tiene una conexión especial con su padre cuando era una niña. Siempre ha sido así.
—Sí, la tengo —admití mirando a Mike—. Cuando era niña, siempre elegía a mi padre porque era mi héroe, quien me consentía y protegía. No me malinterpreten, mi madre también lo hacía, pero si existe esta conexión como lo dice tu padre, estoy segura de que tú también la sentías con tu madre, solo debes recordarla —lo miré con nostalgia—. Aunque también debo decir que, a medida que crecemos, buscamos... —me quedé pensando unos segundos—. No sabría cómo expresarlo, pero diría que buscamos a nuestra propia especie.— medio rei por ese comentario. — Es decir, cuando fui creciendo, me acerqué más a mi madre porque quería hablar de ciertos temas, como la atracción que comenzaba a sentir por los chicos, y bueno, esos temas no le hacían gracia a mi padre —reí con suavidad—. Estoy segura de que, a medida que crecemos, buscamos a nuestros padres de una forma distinta. En mi caso, busqué a mi madre porque entre mujeres nos entendemos. Y estoy segura de que tú, Mike, buscas a tu padre, es decir al señor Scott...
—Yo jamás lo... —intentó desacreditar mi comentario.
—Mike —lo interrumpí antes de que continuara—, yo ya no puedo tener esa relación con mi madre, y tú tampoco recuperarás a la tuya. Pero aún nos queda la conexión con nuestros padres. Así que deja de prohibirte eso. Mi padre también se alejó de mí cuando mi madre murió. Para él fue muy doloroso porque me parezco a ella. No podía ni verme sin recordar que la había perdido. Pero, a pesar de todo, después de varios años, se dio cuenta de su error y pidió volver a mi vida. Mike, yo ya había pasado la mayor parte de mi vida sin un padre, y aun así, no le guardé rencor. Intento todos los días acercarme más a él —conté con sinceridad, esperando que mis palabras lo hicieran reflexionar sobre su relación con su padre.
#1959 en Novela romántica
#60 en Joven Adulto
giros inesperados, dramaamorpasiondolor, mentirasmanipulacionengaño
Editado: 02.05.2025