Capítulo 17: La Prueba del Amor

Después de la confrontación con Eros y la restauración del equilibrio en sus dominios, Cupido y Thanatos creían que podían disfrutar de un período de paz y felicidad. Sin embargo, los dioses, preocupados por la fortaleza y la autenticidad del vínculo entre ellos, decidieron imponer una serie de pruebas para asegurarse de que su amor era verdaderamente duradero y genuino.

El Mensaje Divino

Un día, mientras Cupido y Thanatos estaban en un momento de tranquilidad en el jardín celestial de Cupido, una presencia divina se manifestó ante ellos. Era una figura majestuosa, envuelta en una luz dorada que irradiaba una energía imponente. Era la diosa Hera, quien había sido enviada por el consejo de los dioses para supervisar las pruebas.

“Cupido, Thanatos,” dijo Hera con una voz que resonaba como un eco celestial. “El consejo de los dioses ha decidido que deben pasar por una serie de pruebas para demostrar que su amor es verdadero y duradero. Estas pruebas han sido diseñadas para evaluar no solo la fortaleza de su amor, sino también su capacidad para enfrentar juntos los desafíos y las adversidades.”

Cupido, con una mezcla de sorpresa y preocupación, se volvió hacia Thanatos. “¿Qué pruebas debemos enfrentar?”

Hera, con una expresión solemne, respondió: “Las pruebas son variadas y pondrán a prueba diferentes aspectos de su relación. Deberán enfrentarlas con valentía, sinceridad y compromiso. Solo al superar estas pruebas podrán demostrar que su amor es lo suficientemente fuerte para resistir el paso del tiempo y las pruebas del destino.”

La Primera Prueba: La Visión del Futuro

La primera prueba se reveló en forma de una visión que mostraba el futuro potencial de su relación. Cupido y Thanatos se encontraron en un paisaje celestial que se transformaba rápidamente en diferentes escenarios posibles. Algunas visiones mostraban un futuro lleno de dicha y armonía, mientras que otras mostraban momentos de conflicto y tristeza.

“Esta prueba,” explicó Hera, “es para que puedan ver las posibles realidades que pueden enfrentar en el futuro. Deben enfrentar estas visiones con la certeza de que su amor puede superar cualquier obstáculo.”

Cupido y Thanatos caminaron juntos a través de las visiones, enfrentando cada una con determinación y apoyo mutuo. En cada escenario, se apoyaron el uno al otro, mostrando su compromiso y amor incluso en los momentos más difíciles.

La Segunda Prueba: El Laberinto de la Duda

La segunda prueba fue un laberinto lleno de trampas emocionales y dudas. En su interior, había espejos que reflejaban las inseguridades y temores más profundos de Cupido y Thanatos. Cada uno debía enfrentar sus propias dudas y las del otro mientras navegaban por el laberinto.

Mientras avanzaban, los espejos mostraban imágenes distorsionadas y pesadillas que ponían a prueba su confianza mutua. A veces, los espejos reflejaban temores de traición o desilusión, y otras veces, presentaban visiones de separación o abandono.

Cupido, viendo las dudas de Thanatos, se acercó y le dijo: “No importa lo que veas en estos espejos. Lo que siento por ti es real y verdadero. Estoy aquí para ti, sin importar lo que enfrentes.”

Thanatos, tocado por las palabras de Cupido, respondió: “Y yo estoy aquí para ti, enfrentando estas pruebas juntos. Nada puede cambiar lo que siento por ti.”

Juntos, encontraron la salida del laberinto, habiendo superado sus propias dudas y fortaleciendo su confianza mutua.

La Tercera Prueba: La Prueba de la Sacrificio

La tercera prueba les requirió realizar un sacrificio significativo por el bien del otro. Debían elegir algo de gran valor personal y renunciar a ello para demostrar su amor y compromiso.

Cupido y Thanatos se enfrentaron a la difícil decisión de lo que debían sacrificar. Cupido estaba dispuesto a renunciar a uno de sus poderes más preciados, mientras que Thanatos consideró sacrificar un objeto importante en su reino.

Al final, ambos decidieron sacrificar algo que, aunque no era esencial para su existencia, tenía un profundo valor personal. Cupido renunció a un artefacto mágico que le permitía controlar las emociones de los mortales de una manera más precisa, mientras que Thanatos ofreció un relicario que simbolizaba su conexión con las almas y el equilibrio de su reino.

La decisión de hacer estos sacrificios, aunque dolorosa, demostró su disposición a poner el bienestar del otro por encima de sus propios deseos y necesidades.

La Cuarta Prueba: El Desafío del Tiempo

La cuarta prueba era un desafío relacionado con el tiempo. Cupido y Thanatos fueron transportados a un reino donde el tiempo fluía de manera errática. Debían encontrar una manera de mantener su conexión y apoyo mutuo mientras enfrentaban la distorsión temporal.

En este reino, el tiempo avanzaba y retrocedía sin previo aviso, y cada momento parecía ser una eternidad o un instante fugaz. Cupido y Thanatos debían adaptarse a estos cambios, manteniendo su compromiso y apoyo el uno al otro.

A pesar de las dificultades que enfrentaban, como la separación temporal y la pérdida de referencia en el tiempo, Cupido y Thanatos demostraron su resiliencia al mantenerse conectados emocionalmente y apoyarse mutuamente en cada giro del tiempo.

La Quinta Prueba: La Prueba del Corazón

La última prueba fue la más íntima y personal. Se les pidió que revelaran sus sentimientos más profundos y vulnerables a través de una ceremonia en la que compartieron sus miedos, esperanzas y sueños más profundos.

En un espacio sagrado rodeado de luz suave, Cupido y Thanatos se sentaron uno frente al otro. El ambiente estaba impregnado de una sensación de calma y serenidad, diseñada para facilitar una conexión emocional profunda.

“Debemos ser completamente sinceros el uno con el otro,” dijo Cupido, “compartiendo nuestras vulnerabilidades y nuestros sueños más profundos. Solo así podremos demostrar que nuestro amor es verdadero.”