Entre Dioses y espejismos

Capítulo 03 | Baile de Estrellas

Aria se encontraba de pie en el gran salón del palacio celestial, donde resonaban las voces de los dioses y diosas junto con los susurros emocionados de los elegidos. El ambiente estaba impregnado de expectación y elegancia mientras los jóvenes se preparaban para el baile y la presentación oficial ante los dioses y diosas que presidían el evento.

El salón estaba decorado con opulencia, columnas de mármol que se alzaban hacia el cielo estrellado del reino celestial, mientras las luces de cristal emitían destellos que parecían reflejar las mismas estrellas. Una orquesta celestial comenzó a tocar una melodía envolvente, marcando el inicio del baile que precedía a la competencia.

Aria, vestida con un elegante vestido de seda blanco adornado con bordados dorados que Zeus había ordenado especialmente para ella, se sentía tanto emocionada como nerviosa. A su lado, Elara Ivory, la joven con actitud arrogante y cabello negro mezclado con azul, miraba a su alrededor con una expresión de desdén apenas disimulado.

Elara había sido asignada a Hecate como mentora, y desde el principio mostraba una clara aversión hacia Aria. Sus ojos se encontraron brevemente, chispas de tensión y rivalidad brillaban entre ellas antes de que Elara apartara la mirada con un gesto despectivo.

Mientras tanto, Milo Radiant, el joven de cabello crespo y ojos avellana, se acercó a Aria con una sonrisa amistosa. Milo había establecido una conexión instantánea con ella desde su primer encuentro en el palacio celestial. Su amabilidad y gentileza contrastaban notablemente con la actitud de Elara, y Aria sentía un alivio al contar con su apoyo.

—Hola, Aria— saludó Milo con voz suave, su sonrisa iluminando su rostro. —¿Estás lista para este baile?

Aria asintió con gratitud, agradecida por la presencia reconfortante de Milo en medio de la tensión que se palpaba en el ambiente.

—Sí, Milo. Gracias por estar aquí — respondió Aria con una sonrisa genuina.

Mientras conversaban, las gemelas Raven Scarlet y Ruby Scarlet hicieron su entrada en el salón, atrayendo todas las miradas con su belleza deslumbrante y su presencia imponente. Sus cabellos rubios como el sol y sus ojos verdes resplandecían con la luz de las velas, mientras caminaban con gracia y elegancia hacia el centro del salón.

Raven, con su porte firme y su mirada penetrante, y Ruby, con una sonrisa encantadora pero igualmente poderosa, irradiaban una energía que capturaba la atención de todos los presentes. Aria las observó con admiración y respeto, consciente de que las gemelas no solo eran hermosas, sino también formidables.

—Bienvenidas, Raven y Ruby —saludó Milo con cortesía mientras se acercaban al grupo. —Es un honor estar en presencia de ustedes.

Raven asintió con una sonrisa suave, su expresión mostrando un destello de aprecio por las palabras de Milo. Ruby, por su parte, extendió una mano amistosa hacia Aria.

—Encantada de conocerte, Aria —dijo Ruby con calidez. —Estamos ansiosas por ver qué nos depara este torneo.

Aria tomó la mano de Ruby con gratitud, sintiéndose bienvenida por las gemelas a pesar de su inicial intimidación.

El baile continuó con gracia y armonía, los elegidos y sus mentores moviéndose al compás de la música celestial. Aria encontró consuelo en la compañía de Milo y la cortesía de las gemelas, mientras navegaban entre las intrigas y rivalidades que comenzaban a emerger entre los elegidos.

Elara observaba con ojos entrecerrados desde la distancia, su desdén apenas disimulado mientras observaba a Aria interactuar con los demás. La tensión entre ellas era palpable, presagiando conflictos que podrían influir en el curso del torneo por venir.

Al final del baile, Zeus se puso de pie para dirigir unas palabras a los presentes, marcando el cierre de la ceremonia de apertura del Torneo del Eclipse Celestial. Los elegidos se dispersaron entre murmullos y miradas furtivas, cada uno llevando consigo la anticipación y el peso del destino que les aguardaba en los días venideros.

Después de las últimas palabras de Zeus resonando en el salón, la ceremonia llegó a su fin. Los elegidos fueron escoltados de regreso a sus aposentos en el palacio celestial, donde podrían descansar y reflexionar sobre el significado de lo que estaba por venir.

Cada uno de ellos llevaba consigo la tensión y la emoción anticipada por el evento crucial del día siguiente es la asignación de los poderes divinos que determinarían su camino en el Torneo del Eclipse Celestial. Esta ceremonia pública no solo sería un momento de revelación, sino también el inicio oficial del arduo entrenamiento y la preparación intensiva que necesitarían para enfrentar los desafíos que les aguardaban en los reinos divinos a los desafíos del Torneo del Eclipse Celestial.

 



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En el texto hay: dioses y humanos, utopia y distopia, mitologia y poderes

Editado: 27.06.2024

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