Entre el amor y la guerra

Capítulo 4

— No dirás lo mismo una vez sepas toda la verdad. ¿Alguna vez oíste sobre jurar lealtad?  

  

Ella arqueo las cejas de manera cínica.  

  

Ben estaba en la otra esquina examinando todo, sólo intervendría si algo salía mal.  

  

—Sí, en esos cuentos tontos donde hay un caballero y una damisela  

  

—Los lobos también tienen lealtad y esta dura hasta la muerte, por eso tu chico Máximo te traicionó, porque me juro lealtad y no le quedaba más remedio que hacer lo que le pedía, ignorando sus sentimientos por ti—Ella se veía indignada mientras me oía hablar, cómo esas personas que tienen la verdad en frente y no quieren verla  

  

—¿Qué tiene que ver con los lobos? son solo una leyenda, no digas tonterías.  

  

Me reí ante su ignorancia  

  

—Eres tan inteligente pero no puedo creer que no te hayas dado cuenta antes, tú familia desciende de los lobos igual que la mía, aunque soy un alfa de sangre pura, tú sin embargo eres una mestiza. Tal vez por eso no puedes hacer que los demás te obedezcan y sean leales.  

  

—En ese caso, te quieres casar con una mestiza, no me jodas ve y consíguete una de sangre pura por ahí y déjame en paz idiota—dijo ella en tono burlón  

  

—Sé que te sientes atraída por mí, y no puedes explicarlo, inclusive siendo más fuerte que esos sentimientos que tienes por ese idiota. Pero para mí no hay nadie más que tu  

  

—¿Por qué? ¿es por mi herencia?  

  

—No, desde siempre nuestros padres querían que nos casáramos hasta habían hecho un papel en mutuo acuerdo, pero después de todo lo que paso me di cuenta que te quería cerca, y mi venganza contra tu padre hiso que cayeras tú también y eso me dolió, pero no podía dejar que se saliera con la suya, no después de haber jodido a mi padre  

  

—¿De qué hablas? fue tu padre quién jodio todo  

  

—Supongo que la historia cambia según le convenga al emisor, tú querido padre no era ningún santo, ¿sabías que mi padre conoció primero a tu madre? mientras que tu padre se encapricho con ella y no paro hasta separarlos, eso no fue todo, sé encargo de que las pocas propiedades que él tenía se las quitara de manera anónima, claro. Mientras que mi padre le ayudaba no sabía las trampas que le tendía su amigo, y después que se casara con mi madre aun estando en la ruina, sólo porque querían un legado poderoso y puro. Mejoró mucho porque ella tenía el poder más elevado que tu padre, entonces ambos idearon planes para arruinarlo, pero mientras ocurría todo esto nacimos nosotros, nuestros padres mientras fingían llevarse bien empeoraba cada día más hasta que nosotros perdimos contacto ya que fuimos envueltos en esta venganza, amor, odio y traiciones solo para al final terminar haciendo lo mismo, así que te pido encarecidamente que terminemos con esto, con esta futura guerra casándonos oficialmente. Quiero oírlo de ti y no de manera obligada...—No quería que mi voz se oyera suplicante pero así fue, era egoísta, lo sabía bien, pero la quería solo para mí.  

  

Ella estaba ida, sin embargo, mientras divagaba perdida en sus pensamientos lucía como una reina, sentada en el sofá individual, con las piernas cruzadas de manera sexy y sus brazos estaban sobre la falda del vestido. El silencio se estaba volviendo demasiado molesto, me molestaba que lo pensara tanto, seguro que aún pensaba en él.  

  

  

  

  

  

Gianna  

  

Entendí que todo encajaba muy bien, y aunque quería prueba con mis propios ojos siempre supe que no era ningún inocente, por alguna razón mis padres se fueron ambos a una isla hasta que perdimos el contacto mientras caía sola en picado, pensé que lo tenía que hacer porque se lo debía a ellos, pero resulta que ellos ya sabían que perdíamos todo, excepto que nunca me lo dijeron. Odio, la lealtad a la familia, té ata con una soga invisible y te tira para que siempre cumplas por el resto de tu vida, pero lo que no sabemos es que no todas las familias tienen que ser leales y queridas, no es una ley. Por ahora le daré una respuesta, sin embargo, la parte de los lobos me cuesta creerla, por supuesto voy a buscar las pruebas que confirmen semejante deprimente historia.  

  

Solo sabía que me habían dejado con un montón de problemas por resolver, y como Caruso que soy me corresponde devolverle el honor a mi familia, sea de la manera que sea. Aunque odie la manera en que me dejaron sola en el ojo de la tormenta... 

—Sí, nos casaremos —dije rompiendo el incómodo silencio.  

Sus ojos almendrados brillaron de emoción, lo cual no pude entender, pero era el único en la sala al que le agradaba la idea. 

  —Mañana a primera hora iremos al civil, lleva dos testigos. 

—Necesitamos sacar fecha 

 —¿Con quién crees que estás hablando? las personas comunes sacan fecha, nosotros no necesitamos esas tonterías—mientras decía eso se acomodó el traje de algún pliegue que no pude distinguir desde la distancia. 

  

—Siendo el caso ya pueden irse retirando —dije de la forma más amable posible. 

—Ban es mi mano derecha —señalo al chico que estaba cerca de él, quién estaba parado admirando todo de manera fría y calculadora que no asemejaba con el verde de sus ojos. Sin embargo, parecía alto, su cabello era negro azabache.  

—Si, bueno, me gustaría saber más al respecto, pero es tarde—mentira solo quería que se largaran de una vez. 

Leonardo se levantó del sofá caminado varios pasos para irse y enseguida Ben lo acompaño siguiéndole los pasos, casi suspiraba de alivio hasta que se giró y me hecho un vistazo rápido de arriba abajo. 

—Por favor, mañana vístete como una reina, cómo mi reina — dicho eso dio unas rápidas pisadas hasta que no pude verlo. 

—Es solo un civil —me quejé pero él ya había salido por la puerta principal sin oírlo. 



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En el texto hay: mafia, lobo, matrimonio

Editado: 08.07.2022

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