Entre el cielo y la Tierra

CONQUISTA

Me desperté como a medio día con un dolor de cabeza tremendo y náuseas, tenía muchísimo que no tomaba. Sólo me gusta la cerveza, no me gusta comer cuando bebo porque me dan ascos.  

Todo ese día estuvo en mis pensamientos "Mi cielo" Sentía vergüenza de verlo el lunes y pensaba... Ojalá que no vaya a la oficina, una parte de mí en su mayoría solo deseaba volver a verlo.

********

Llegué a la oficina y lo primero que veo es su carro y  él dentro de la oficina. Quería que me tragara la tierra pero no sucedería, entré muy segura de mí y lo saludé.  

—¿Cómo les fue ese día de la reunión Isabel? ¿Cómo se fueron a su casa? ¿Cómo te sentiste con la resaca?

Fui respondiendo sus preguntas... Adoro ver el brillo en sus ojos, sus labios sonriendo, sentí como si sintiera celos que nos llevara Enrique pero tal vez fue sólo mi imaginación.

Más tarde llegó José y le dije que quería platicar con él de algo que estaba sintiendo.

—Me encanta mi jefe, estoy sintiendo algo tremendo por él. A lo mejor es porque nunca me he enamorado pero lo estoy.

No dijo palabra alguna, sólo se limitó a escucharme. 

—¿Qué piensas?... ¿Qué opinas?... Tal vez es sólo porque es un hombre espectacular y estoy confundida. Sabes, le digo  "Mi cielo" porque es infinito e interminable como siento mi amor por él.

Cuando me respondió fue tajante y directo. 

—El nunca se fijaría en ti todo es parte de tu imaginación Isa, no te hagas daño, los hombres como él no se fijan en mujeres como tú para algo serio, aparte él ama a su esposa es una señorona.

 —No soy menos que ella, entiendo que es distinguida, de dinero. —Pero mis sentimientos ya habían nacido en mi corazón por él y no  iban a irse de la noche a la mañana.

Le pedí me dejara sola y me puse a... Escribir mis sentimientos.

ERES

Eres maravilloso, cuanto más te conozco más me enamoro, disfruto tus pensamientos, me encantan tus movimientos, tu cuerpo es perfecto, tus sentimientos son sinceros, eres de quien aprendo, eres lo que más quiero.

Llegaste cambiando repentinamente mi forma de vida, enseñándome el valor de la vida, comprendiendo mi inexperta actitud, todo cuanto te pido me das, nunca dices ya, para ti nunca es suficiente porque todo tú te das.

Te veo a diario y no me enfado de ti, aprendo cada día que va pasando, que eres lo que más amo, que tú has cambiado mi vida con tus celos, con tu dedicación, has derrochado tu amor en mí, cada segundo diciéndome que sientes amor....

Isabel Covarrubias

*******

Y así continué imaginando su amor sabiéndome correspondida, hasta que un día deje de fantasear y pensé... ¿Cómo es posible que yo piense en su amor? Si es un hombre casado, me reprimí, me castigué, me odié.

Me prometí olvidar, dejar de sentir, solo admirar a ese maravilloso hombre que hacía erizar mi piel con solo escuchar su voz.

*******

Un día cualquiera llegó Enrique con unas cervezas, entró así con mucha confianza y me ofreció una, la tomé malamente y comenzó hablarme. 

—¿Te puedo decir gordita? 

— ¡ja, ja, ja!  Claro, no me importa porque así estoy.

—Es de cariño. —Me afirmó él.

—¿Cómo puedes sentir cariño por mí si nos acabamos de conocer Enrique? 

—No lo sé, pero siento afecto por ti Isabel.

—Gracias, pero yo aún no puedo decir lo mismo, sólo que me caes muy bien.

—Gracias por tu sinceridad, eres tan diferente a tu hermana como el aceite y el agua, si alguien me dijera que son hermanas de verdad no lo creería, eres muy bonita. 

—Espera, espera. ¿Qué intentas al decirme eso? Ella es mi hermana y claro que tiene su propia personalidad como yo, y eso no me hace mejor que ella, solo te lo aclaro.

—Discúlpame no es mi intención ofenderla ni a ti, será mejor que me valla ya ando borracho y no sé lo que digo. 

—Está bien, vete con cuidado.

—No, mejor te espero para llevarte a tu casa.       

 —¡Pero es temprano todavía! 

—¿Entonces no quieres que me quede contigo? 

— ¡ja, ja, ja!  —No contuve mi risa—  No es eso Enrique. 

—A ver, quiero saber algo.

—Dime Enrique.

—¿Tienes novio gordita? 

—¡Ahhh! ¿Porque me preguntas eso?  

—Quiero saber si tengo oportunidad de conquistarte.

—Creo que sí estás borracho. Mejor vete a descansar Enrique. ¿En dónde vives? 

—En la gloria. 

—¿Dónde queda eso? 

—Lejos gordita 

—Y dime... ¿Porque tomas si tienes que manejar lejos? 

—Porque soy un pendejo.

—¡ja, ja, ja!  Enrique...  ¿Qué te pasa? ¿Quieres platicarme? 

Y allí voy yo tratando de ayudar como es mi costumbre, me causa mucha tristeza ver que alguna persona sufre por no hablar sus sentimientos, por no demostrar amor o aceptar perder uno.

—Sabes, no sé porqué estoy aquí eres una niña para mí, cómo crees que tú me vas ayudar si yo soy un viejo.

—Eso lo sabrás si me cuentas qué te pasa. Aparte ¿Como es eso que soy una niña para ti? ¡ja, ja, ja! no soy para ti sabes, sólo soy y seré tu amiga. 

—Eso no lo sabemos... Me gustas un chingo desde el día que te vi tienes unos ojos hermosos.

—Detente. No sigas por favor, no cabe duda que los hombres se transforman cuando toman.

—Puedo venir mañana y decírtelo de nuevo con mis cinco sentidos. 

Lo vi tan seguro que sentí miedo, miedo de dejarlo acercarse a mí, de llegar a sentir algo por él, pero me parece imposible no es mi tipo de hombre no es como yo lo he soñado, no es como... "Mi cielo".

—Está bien, debo irme. —Se levantó y se fue así, despidiéndose a lo lejos con su mano.

Puedo decir a su favor, que tiene una sonrisa y espontaneidad hermosa.

*******

Casi no llegaban clientes han pasado meses, mi jefe me platica que de seguir así cerraría el negocio eso me entristeció muchísimo no quería dejar de verlo, de platicar, de aprender de él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.