Estoy saliendo con Enrique... Se me declaró pero no lo hizo correctamente y lo rechacé, pero nos besamos como si fuéramos novios y ya no sé que soy de él.
—¡Ay Isa! ¿Porque lo hiciste?
—Por tonta y porque me gusta mucho, porque siento que lo quiero mucho y le creo que él a mí.
—No, no quiero lastimarte pero él no te conviene, es un hombre que lastima a las mujeres, cuídate y no caigas con él en algo más íntimo por tu bienestar te lo digo.
—José ¿Lo has visto con alguien más? Dime por favor.
—No Isa, yo no puedo ni debo decirte nada descúbrelo tú sola. Y se alejó dejándome con una incertidumbre horrenda.
Volvió más tarde a platicar.
—Isa me gusta mucho una amiga, se llama Esmeralda y tiene unos ojos de mar como tu cielo. ja, ja, ja, ja, ja.
—Que alegría me da saberlo ¿Ya la conquistaste?
—No, espero hacerlo muy pronto.
—Te deseo lo mejor.
Más tarde llegó Enrique por mí, venía tomando... Eso ya no me gusta nada, siempre bebiendo. Entonces aproveché para hacerle una pregunta ficticia.
—Me dijeron que te vieron con una mujer güera anoche. ¿Quiero saber si es verdad?... Yo no voy a perder mi tiempo con un hombre mujeriego así que te pido seas sincero conmigo.
—Sí, es verdad. —Levanté mi mano para darle una bofetada y me la detuvo.
—¿Cómo puedes ser tan patán?...
—Así soy yo, ya sabias que NO soy como Roberto, soy todo lo contrario.
—¡Vete de aquí por favor y no vuelvas a buscarme!
—¿Estas segura que quieres eso?
—Ya escuchaste lo que dije.
Escuché acelerar el auto... Se fue quemando llanta y yo me quedé hecha un mar de llanto, auto reprochándome lo estúpida de mi ingenuidad. ¿Cómo es posible que le creyera?... Todos me lo advirtieron y no creí en nadie.
Unos días después entre tristeza y desconcierto, haríamos una carne asada en casa por la primera comunión de mi sobrina Fernanda de quien soy la madrina —Hija de Lourdes— A lo cual le llamé un día a mi jefe y le dije...
—¡Oiga!... ¿Como esta?
—Bien Isabel ¿Y tú?
—Bien gracias. Quiero invitarlo a una carne asada en mi casa pero antes tengo que decirle que yo no invito a nadie que no considere de mi familia o sienta un cariño especial, mi casa es sagrada para mí, al igual que mi familia, lo invito si gusta... Y si puede ir es mañana a las 3.00 pm.
—Muchas gracias Isabel por considerarme de tu familia, tú también eres especial y haré lo posible por acudir.
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No estaba segura que fuera. Casi lo daba por un hecho, pero la vida me sorprende de nuevo cuando lo veo llegar a mi casa y preguntar por... ¡Mi Hermana!
¿Pero como?... ¿Porque?... Si fuí yo quien lo invitó, está bien, no pasa nada. Lo veo y lo saludo.
—Ahora le hablo a mi hermana. —Me retiro... Cuando la veo venir a saludarlo de beso.
Yo quería que me tragara la tierra. Todo me sale mal, me siento terrible.
Se sienta en una mesa sólo y llega mi hermana a platicar con él, yo constantemente lo volteaba a ver en lo que platicaba con mi sobrina Kristell y mi cuñada Cecilia, a lo cual ella me dijo...
—Sabes creo que tu hermana y tu jefe tienen algo.
—¿Como de qué?
—¡Hay Isabel, no seas tan ingenua! Basta con VER sus miradas, y FIJATE cuando ella camina él le ve las sentaderas.
—Eso es algo que hacen todos los hombres ¿Que no?...
—No uno que se dice ser muy caballero y tampoco trajo a su esposa, eso lo dice todo, que quiere algo más con ella. Ella no sabía que fui yo quien lo invitó.
Mi sobrina y yo siempre nos contamos todo. Ella tiene 15 años y es mi hija postiza siempre me dice mamá, es hija de mi hermana mayor, "mis ojitos rasgados".
Fui a platicar con mi jefe.
—No sabía que mi hermana ya lo hubiera invitado.
—NO, no lo hizo, fuiste tú quien me invitó y por quien vine.
—Entonces. ¿Porqué preguntó por ella y no por mí?
—Porque tu hermana tiene más tiempo trabajando conmigo y no quiero que tu familia malinterprete mi llegada.
Me grita mi sobrina que vaya a poner música... Nos encanta la canción "la vida loca" de Ricky así que la pusimos, comenzamos a cantar muy contentas. (Comportándome como una niña)
Cuando volteo a verlo se estaba retirando, se despide de mano. Yo solo le sonrío y correspondo con mi mano.
Tal vez mi cuñada tiene razón. Debo dejar de pensar en esos dos hombres prohibidos.
Me encanta platicar con mi sobrina. Nos fuimos a mi recámara, nos encerramos a comer dulces y echarnos las cartas. Que desde muy chica sé leerlas. Soy la bruja de la familia.
Kristell ya le pidió permiso a su mamá para tener novio y sí se lo dio. Sólo a escondidas de su padre en lo que ella le platica para que no tengan problemas. Mi cuñado es de carácter muy difícil.
Su novio se llama Juan y es todo lo contrario de cómo a ella le gustan los hombres, es morenito, delgado, pero eso sí muy caballeroso y logró conquistar el corazón de mi sobrina.
Ella es mi confidente, todo le contaba y a su corta edad me daba consejos como yo a ella, éramos dos niñas con su primer amor. La única diferencia es mi edad, pero igual a nuestra inexperiencia en el amor con los hombres.
Siempre me dice:
—"Mamá Isabel, cuando te cases y tengas hijos ya no me vas a querer como me quieres"
—Claro que sí, tú siempre serás mi primera hija aun cuando yo no te tuve te he cuidado y Te Amo mucho, nunca lo olvides.
Terminé rendida y dormí profundamente entre tanta felicidad de que haya venido Roberto y algo de decepción de verlo con mi hermana.
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Me desperté con mucha energía y me fui más feliz que de costumbre a trabajar, camino a la oficina me llamó el Sr. Roberto.
—Isabel ¿Puedes venir a la oficina matriz?