Sapphire:
Luego de que Oliver se marchara y me dejara con Corina; una vieja y gran amiga. Tenía que acomodarme y enterarme de todo lo que me perdí. Y la verdad, hasta ahora han sido varias cosas.
En la guerra con el gobernador de la provincia de Corona, Jacob y Oliver tuvieron un “pequeño" cruce y el rey tuvo que separarlos, no se saben los motivos del porqué de esa pelea. Por otro lado, la “Reina” intenta buscar pretendientes para Oliver, Jacob, Iriana y yo. Desgraciadamente para ella, tendrá que esperar a que Iriana cumpla al menos los diecisiete años, de otra forma no podrá casarla. Por otra parte, pobre del que se case con ella.
Corina ha cambiado físicamente, está más alta, y su cabello se ha tornado dorado como el sol. Sus ojos no cambiaran jamás, uno es azul como el de Oliver, y el otro es café como el mío. Algunas personas, creen que es marca de bruja, porque sí, algunos creen en eso. Pero, esos ojos son lo que la hacen única. Eso y su manera de decirme la verdad, aconsejarme y apoyarme siempre.
—Princesa, ¿usted qué opina sobre el baile de bienvenida? — estábamos sentadas en el balcón hecho de mármol, si subes la vista tienes el balcón del rey y si miras hacia delante están los jardines privados —Dicen que la reina intentará encontrarle un esposo.
Sonreí mientras daba vueltas el anillo de esmeralda en mi dedo índice. —La verdad, no sé qué decir. Apenas he llegado y ya me están atosigando con tantas… cosas, que no esperaba tener que hacer ahora.
Me levanté del sillón y caminé hasta la barandilla y allí me quedé. A lo lejos divisé dos figuras moviéndose con rapidez. ¿Qué esa no es Iriana?
—¿A dónde va mi hermana, Cori? —llegó a mi lado sosteniendo el libro que hace rato leyó.
—La princesa suele ir los miércoles y viernes al pueblo a caminar o visitar a la gente, alteza, lo hace desde hace un año.
—¿Su majestad lo sabe?
Iriana jamás se ha comportado amable frente a las personas del pueblo, es más, hasta las humilla cada que puede, su temperamento de caprichosa no cambiará nunca, y eso de que vaya y se haga la buena no me convence.
Y además, ¿El rey lo sabe? Qué tal si se va a ver con alguien y… mejor no. Me callo.
—Él lo autorizó en cuanto volvió de la guerra.
Retiro lo dicho. Si él lo permitió es porque ya la había mandado a seguir.
—Qué curioso…
Toc. Toc. Toc.
—Adelante— ¿Quién será?
La puerta se abrió dejándome ver a Dudú entrar por ella con un gran baúl por detrás. Algo que olvidó cuando vio a Corina, se abrazaron y yo tosí disimuladamente. Ambos se quieren mucho, pero es larga la historia.
—¿Qué traes ahí, Du? —me asomé un poco, aún estábamos en el balcón.
—La reina ha mandado varios vestidos para que se pruebe para esta noche, dijo que “elija el que más le guste” es baile de máscaras.
—Vaya— habló Cori—, apenas ha llegado y ya organizaron así de rápido un baile —chasqueó los dedos cuando dijo así.
—Porqué no me sorprende.
Bien, a elegir vestidos. ¿Por qué yo?
[***]
Luego de ver los siete vestidos que me mandó Marie, estaba entre dos: el vestido azul con detalles plateados y que me queda enorme o, el vestido dorado. Ambos son hermosos, aunque solo puedo usar uno.
—¿Ustedes qué dicen? — pregunté viendo cómo se acercaba la hora de que la fiesta empezara y yo tuviera que bajar. Sí, es en el gran salón.
Dudú observó con detenimiento cada vestido, pensando en su respuesta. Corina, por otro lado, miraba el vestido dorado y me miraba a mí.
—El azul.
—El dorado.
Dijeron al mismo tiempo. Se miraron y negaron. No estaban de acuerdo, casi nunca lo estaban de hecho. Comenzaron una pelea de cuál me quedaba mejor, y cuál no. No se iban a detener hasta en un rato.
Esto será largo.
[***]
Ya tenía la máscara puesta e iba bajando las escaleras, mi hermano Oliver estaría esperándome del otro lado de la puerta junto a mi familia. La música sonaba y podía sentir como bailaban los invitados. Al final me decidí por el vestido azul con bordados de hilo de oro y la tiara a juego. El cabello suelto, Corina se encargó de dejarme bien peinada, la máscara puesta, la postura correcta.
La música se detuvo y sonaron las trompetas deteniendo cualquier otra música y, con ellas mi nombre saliendo de la boca del mayordomo principal. Las puertas se abrieron dejándome ver a Oliver con su codo extendido para que yo lo tomara.
—Estás preciosa— susurró. Oliver estaba de traje a juego con mi vestido y la máscara dorada.
—Tú no quedas atrás, hermanito — cerca de las escaleras, pude divisar al rey, su esposa, a la bruja y a Jacob.
El rey estaba serio, mirando cada movimiento que hacía, la mujer a su lado sonreía encantada, Iriana discutía algo con Jacob mientras sostenía una copa. Hmm.
Todos las miradas apuntaban hacia nosotros, me sentí incómoda, pero nada que no pueda desaparecer.
—Oliver— me miró y siguió caminando —, hay algo de lo que quiero hablar contigo después.
Alzó una ceja y susurró:
—¿Qué pasa?
—Te cuento luego —dije.
Todos los invitados a nuestro alrededor se quedaron quietos e hicieron reverencia. El rey se paró en cuanto llegamos a su lado, la máscara dorada sonriente me dio un escalofrío.
—Sapphire, estás preciosa— Oliver me soltó y papá me abrazó —, no sabes cuánto te había extrañado, fue diferente mientras no estabas.
Su voz sonaba como algo nuevo para mí, la última vez que la escuché tenía quince años. En aquel entonces, su voz era firme pero suave, ahora es suave, pero es como si le estuviera hablando a alguien más y no a mí.
—Yo también te extrañé, padre.
Lo detalle bien, tenía el traje morado que jamás usaba, la corona no la trajo, lo cual es extraño, y el bastón a mano.
Nos separamos y fue el turno de Marie Nicole (la reina) abrazarme. A ella si la quiero, después de todo, fue la mujer que me crio y educó durante diecisiete años.
Editado: 09.12.2024