Entre las estrellas

Entre las estrellas

Y allí me encontraba yo, vacía, confundida, pero a la vez calmada... como si el tiempo se hubiera detenido. No entendía esos sentimientos que en ese preciso instante me envolvían. De pronto, todo se oscureció.

Mi mente estaba serena, pero con duda de saber qué pasaba... o peor, qué podría pasar. Preguntaba: ¿dónde estaba? Por un momento, pensé: ¿habré muerto? ¿O será un sueño?

De pronto, a lo lejos, muy lejos en esa oscuridad que me envolvía, una luz brillante me atraía hacia ella... Dudando, me acerqué. Fue tan fugaz que desapareció, dejando el vacío del comienzo. Y allí estaba yo, extrañando esa pequeña calidez que por un segundo me fue brindada.

Cerré los ojos por un momento y pensé: "¿Qué hago aquí?" ¿Cuál es mi propósito? ¿Cuál es la razón por la que estoy aquí? Sentada en un rincón, entre la inmensa oscuridad, aquella luz apareció... tan brillante que, sin dudarlo, fui hacia ella.

Pero cada vez que me acercaba, se desvanecía. Ese instante en que la veía era tan feliz... que se borraba el vacío de mi pecho. Y así aconteció... no una, ni dos, ni tres veces. En realidad, olvidé cuántas veces jugó conmigo. Sentí su calidez y, al mismo tiempo, el vacío que dejaba cuando desaparecía.

Llegó el punto en que ya no me importó. Ignoré su luz. Solo quería desaparecer, quería olvidar, quería mi soledad... quería desvanecerme como aquella luz que jugó conmigo. Solo pensaba en lo patética que me veía. Y, por primera vez, agradecía que nadie estuviera conmigo en ese preciso momento.

Pasó un tiempo y arreglé mis pensamientos. A pesar de todo, la soledad no había sido tan mala. Ya que en mi corta vida, no había tenido ni un solo día en el que pudiera decir: "Estoy bien". La mayoría del tiempo, estaba sola. Así que estar sola no era tan nuevo para mí.

De pronto, como una estrella fugaz, por mi mente apareció un extraño recuerdo. Era yo, sentada en un barandal en la mitad de la noche, mirando las estrellas con lágrimas en mis ojos. Era el 4º piso de un edificio. Nadie estaba allí conmigo; estaba sola, tan sola y tan vacía... que, sin pensarlo, salté.

Lo último que recuerdo eran las estrellas que brillaban tan hermosas que me dije a mí misma: "Quisiera estar allí, entre las estrellas".




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