Entre las sombras del amanecer

Capitulo 3: El libro de los guardianes

Alejandra y Samuel llegaron a la biblioteca del pueblo con la determinación de encontrar el libro mencionado por Doña Clara. La biblioteca, un edificio antiguo de piedra con altos ventanales, parecía aún más imponente bajo la luz tenue del atardecer. Al entrar, fueron recibidos por la bibliotecaria, una mujer de cabello canoso y gafas redondas que les sonrió amablemente.

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarles? —preguntó la bibliotecaria, notando la urgencia en sus rostros.

—Estamos buscando un libro antiguo, escrito por uno de los guardianes originales del pueblo —respondió Alejandra—. Creemos que contiene información crucial sobre un amuleto que encontramos.

La bibliotecaria frunció el ceño, pensativa.

—Creo que sé de qué libro están hablando. Hace años, se guardó en la sección de manuscritos antiguos. Síganme, por favor.

Los condujo por pasillos llenos de estanterías repletas de libros hasta una pequeña sala en la parte trasera de la biblioteca. La sala estaba iluminada por lámparas de mesa y el aire olía a pergamino y polvo. En una de las estanterías más altas, la bibliotecaria señaló un libro encuadernado en cuero oscuro con inscripciones doradas en la portada.

—Aquí está. "El Libro de los Guardianes". Tengan cuidado, es muy frágil —advirtió, entregándoles el libro con sumo cuidado.

Alejandra y Samuel se sentaron en una mesa cercana, abriendo el libro con reverencia. Las páginas amarillentas estaban llenas de escritura minuciosa y dibujos detallados. Empezaron a leer, buscando cualquier mención del amuleto y el ritual perdido.

Después de una hora de lectura intensa, encontraron una sección que describía el amuleto y su propósito. Según el libro, el amuleto tenía el poder de sellar las sombras y proteger al pueblo, pero solo podía ser activado mediante un ritual complejo que involucraba varios elementos sagrados y la recitación de antiguos conjuros.

—Mira esto, Samuel —dijo Alejandra, señalando un dibujo del amuleto rodeado de símbolos—. Aquí está el ritual, pero está en un idioma antiguo que no entiendo del todo.

Samuel examinó el texto con atención.

—Conozco a alguien que podría ayudarnos con esto. El profesor Morales, un experto en lenguas antiguas, vive en el pueblo vecino. Podríamos pedirle que lo traduzca para nosotros.

Alejandra asintió, sabiendo que esta era su mejor oportunidad para descifrar el ritual. Agradecieron a la bibliotecaria y salieron de la biblioteca, dirigiéndose a la casa de Alejandra para planificar su viaje al pueblo vecino.

Esa noche, mientras revisaban el contenido del libro y preparaban sus pertenencias, Alejandra no podía evitar sentir una mezcla de emoción y temor. Sabía que estaban más cerca de descubrir cómo activar el poder del amuleto, pero también era consciente de los peligros que podían enfrentar.

Al día siguiente, partieron temprano hacia el pueblo vecino. El camino serpenteaba a través de colinas y bosques, y aunque el paisaje era hermoso, Alejandra no podía dejar de pensar en la importancia de su misión. Llegaron al mediodía y se dirigieron directamente a la casa del profesor Morales.

El profesor, un hombre mayor con una barba canosa y ojos brillantes de curiosidad, los recibió con amabilidad. Alejandra le explicó la situación y le mostró el libro. Morales examinó el texto con entusiasmo, prometiendo ayudarles a descifrar el ritual.

—Esto es fascinante —dijo Morales, ajustando sus gafas mientras leía—. Este texto describe un ritual de gran poder, uno que no he visto en años. Puedo traducirlo para ustedes, pero necesitará tiempo y precisión.

Durante los días siguientes, Morales trabajó incansablemente en la traducción, mientras Alejandra y Samuel lo asistían en lo que podían. Finalmente, después de varios días de trabajo, Morales les entregó la traducción completa.

—Aquí tienen. Ahora depende de ustedes reunir los elementos necesarios y realizar el ritual —dijo Morales, su tono serio pero esperanzado.

Alejandra y Samuel agradecieron al profesor por su ayuda y regresaron a San Esteban con la traducción en mano. Sabían que el tiempo era esencial y que debían actuar rápidamente para proteger a su pueblo de las sombras que acechaban.

Mientras el sol se ponía, Alejandra observó el amuleto, sintiendo una renovada determinación. Estaban un paso más cerca de desentrañar el misterio y salvar a su comunidad. Con el libro de los guardianes y la guía del profesor Morales, estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.




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