Entre lo que somos y lo que dolimos

Capitulo 2: ¿vas a dejar que esto nos separe?

La habitación estaba en silencio, pero no en paz. La luz del atardecer atravesaba las cortinas a medio cerrar, tiñendo el espacio de un dorado pálido, casi triste. Asher estaba sentado al borde de la cama, con los codos sobre las rodillas y la cabeza entre las manos, repasando una y otra vez cada palabra que Kassidy había dicho.

Asher no recordaba bien cómo había comenzado la discusión. Solo sabía que ahora estaba sentado en el borde de la cama, mirando sus manos, mientras Kassidy lo observaba desde la puerta, brazos cruzados, mirada afilada envuelta en una calma peligrosa.

-¿De verdad crees que me hablabas así? -preguntó ella, con una voz tan suave que dolía más que si hubiera gritado-. Asher, pensé que me conocías.

Asher frunció el ceño, confundido. No entendía por qué Kassidy estaba molesta; solo había mencionado que últimamente se sentía inseguro con la relación. Nada que no pudiera decirse entre dos personas que se aman... ¿no?

-Solo dije que a veces siento que... que tú tomas todas las decisiones sin preguntarme. No lo dije para herirte, Kassidy.

Ella se giró lentamente, caminando hacia la ventana como si sus palabras hubieran sido una puñalada. Sus movimientos eran elegantes, casi teatrales.

-Claro... Entonces ahora soy la manipuladora, ¿no? -susurró, como si hablase consigo misma.

-¡No dije eso! -Asher se puso de pie, acercándose-. Yo solo quiero que...

-¿Qué? ¿Que sea alguien más? ¿Una versión de mí que no tenga opinión? -interrumpió ella, dándose vuelta. Su rostro estaba impasible, pero sus ojos brillaban con algo más frío que dolor: control disfrazado de vulnerabilidad.

Asher titubeó. Ella no había dicho eso antes, pero ahora sentía que sus palabras eran armas. Se odiaba por hacerla sentir así. O al menos eso creía.

-No... No quería que sintieras eso. Lo siento, Kassidy. Te juro que no fue mi intención.

Lo siento -murmuró, dando un paso hacia ella-. Perdóname. No era mi intención. Te amo demasiado como para hacerte sentir menos de lo que eres.

Kassidy sonrió, esa sonrisa suya, casi imperceptible y triunfal.

-Lo sé -susurró-. Solo quería escucharlo.
Ella no respondió. Caminó hacia él, colocó una mano en su pecho, y sonrió apenas.

-No quiero que te disculpes, Asher. Solo quiero que me entiendas. Estoy aquí, contigo, dando todo de mí, y lo mínimo que espero es que confíes en mis decisiones... incluso cuando tú no las entiendes del todo.

Y así, una vez más, él terminó siendo quien pedía perdón por algo que no entendía del todo. No porque Kassidy tuviera razón, sino porque ella sabía exactamente qué hilos emocionales tocar para que él se sintiera el culpable.

-Perdóname -murmuró Asher, y ella asintió con dulzura, como si fuera un acto de amor... cuando en realidad, era una victoria silenciosa.




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